(Nota del editor: Este artículo fue publicado originalmente en abril de 2020)
“Los Chicago Bulls seleccionan a Michael Jordan, de la Universidad de Carolina del Norte”, así comenzó la carrera de Michael Jordan en la NBA, como comienza la mayoría de las estrellas de este deporte, en el draft.
Todos sabemos lo que sucedió después (y si no, te puedes enterar viendo “The Last Dance), pero pudo haber sido de otra manera. Unos minutos más, unos minutos menos, o quien sabe, un año más, hubiesen cambiado la historia de la NBA y de los Bulls como la conocemos. Cuando Michael Jordan llega al sorteo de la NBA de 1984, los hombres grandes habilidosos eran fundamentales en las estrategias de los equipos. Larry Bird, Julius Erving y Magic Johnson dominaban la escena de los grandes equipos de la era, pero estos no eran lo mismo sin Robert Parrish, Moses Malone y Kareem-Abdul Jabbar.
En ese contexto, con el primer turno, Houston escogió a su héroe local, Akeem Olajuwon (en aquel entonces sin la H).
Entonces, llegó el momento: “Con la segunda selección del sorteo de la NBA, los Portland Trail Blazers escogen a… Sam Bowie, de la Universidad de Kentucky”. Bowie era un buen jugador, pero venia de una seguidilla de lesiones que la habían hecho perder un año en la NCAA.
Los Bulls, entonces, seleccionan a Michael Jordan en el tercer turno. Esa selección no solo cambió para siempre la franquicia de los Bulls, sino que fue el nacimiento del que se reconoce como el mejor jugador de la historia.
Houston y Chicago la pegaron. Los equipos de Jordan y Olajuwon ganaron ocho de diez títulos en la década del 90. Pero, ¿te los puedes imaginar juntos en un equipo toda una carrera? Aunque no lo creas, pudo haber pasado esa noche de 1984.
En un ejercicio de imaginación, ESPN pensó cómo habría sido la NBA, si los Portland Trail Blazers hubiesen escuchado a Bobby Knight, quien entrenaba a Jordan para los Juegos Olímpicos de Los Angeles 1984, o si Houston hubiese aceptado la oferta que vino tan pronto hicieron la primera selección. Como bono, también examinamos lo que hubiese pasado si Jordan hubiese jugado su temporada senior y ser elegible en el sorteo de 1985. Veamos los escenarios.
Universo paralelo 1: Con la segunda selección del sorteo, los Houston Rockets (mediante cambio con los Portland Trail Blazers) escogen a Michael Jordan, de la Universidad de North Carolina.
Inmediatamente después de que Houston escoge a Hakeem (Akeem) Olajuwon, Portland ofrece a Clyde Drexler, otra estrella de la Universidad de Houston, y cede su segundo turno a cambio de Ralph Sampson, la otra ‘Torre Gemela’ con la que Houston aspiraba a unir a Olajuwon en una línea frontal de ensueño. Houston acepta y selecciona a la estrella de los Tar Heels. Olajuwon detalla el cambio en su autobiografía Living the Dream.
Con un ‘Big Three’ estelar en potencia capitaneado por un inmenso Olajuwon, los Rockets caen en siete juegos ante los Boston Celtics, liderados por el Big Three de Larry Bird, Kevin McHale y Robert Parrish. La ausencia de Sampson fue notable ante la talentosa línea frontal de Boston, pero Drexler demostró que estaba para cosas grandes y Jordan exhibió destellos que lo que venía.
La más grande dinastía en la historia de la NBA no tardó mucho en ejercer su histórico dominio. Houston dominó la conferencia Oeste por los próximos 14 años y ganó 12 títulos, incluyendo nueve de diez en la década de los 90.
“Hakeem Olajuwon no fue un mal pick para nada”, opinó Marcos Brenes, del podcast Los NBA Freaks, quien ha analizado por años los draft de la NBA. “En otro contexto, en el que los Rockets hubiesen hecho mejores movimientos de los que hicieron, los Rockets hubiesen podido tener más campeonatos de los que tuvieron. Pero por muchos años lo rodearon de talento bastante mediocre”.
Universo paralelo 2: Con la segunda selección del sorteo, los Portland Trail Blazers seleccionan a Michael Jordan.
Por un momento, los Trail Blazers piensan en Sam Bowie, el talentoso pero propenso a lesiones pivot de la Universidad de Kentucky, pero deciden preguntarle a Bobby Knight como va la cosa en los entrenamientos del equipo olímpico de Estados Unidos en Bloomington, Indiana. Bobby los convence: con Jordan no van a fallar.
Ejecutivo de los Blazers: -Bobby, pero es que necesitamos un centro.
Knight: -Seleccionen a Jordan y pónganlo a jugar de centro.
Así, los Blazers evitan caer en un error y consiguen la pieza que los convertirá en la dinastía de los 90. El cambio por Kevin Duckworth les da el pívot adecuado que necesitaban, pero la combinación de Jordan con Clyde Drexler es imparable y el respaldo de Terry Porter, Buck Williams, Jerome Kersey y Cliff Robinson hacen de este equipo uno de los mejores de la historia.
Universo paralelo 3: Con la segunda selección del draft de 1985, los Indiana Pacers seleccionan a Michael Jordan, de la Universidad de North Carolina.
Michael Jordan no escucha el consejo de Dean Smith y prefiere hacer su año senior con North Carolina, para tener otra oportunidad de ganar el título nacional. Los Tar Heels sorprenden a Villanova em el Elite 8 y vencen nuevamente al Georgetown de Patrick Ewing en la final.
¿Lo escogieron los New York Knicks? Difícilmente.
“Ewing sería la primera selección de 1985 de cualquier manera”, argumento Brenes. “No solo era un pívot de gran calidad, considerado un Bill Russell moderno por su versatilidad defensiva, sino que las reglas y el juego daba preferencia a los hombres grandes. El concepto de los centros en esa época era muy distinto al de ahora. No estamos hablando de Michael Olowokandi, sino de dos centros que resultaron miembros del Salon de la Fama”.
Así, los Indiana Pacers tenían la selección. Y Jordan aterrizaba en Indiana, a la cual llevaría en seis ocasiones al título de la Final de la NBA, con Reggie Miller como lugarteniente y figuras con Rik Smits, Detlef Schrempf y Chuck Person como personal. Ewing, Spike Lee y los Knicks sufrirían al perder cinco intentos de llegar a la esquiva Final y solo lo conseguirían en 1995, cuando Jordan deja a Indiana para irse a jugar béisbol.