Huevo Sánchez recorre el store del Naismith Basketball Hall of Fame con una sonrisa que le ilumina el rostro. Julio Lamas, en el sector opuesto, se quita sus lentes de sol para leer la inscripción de una taza conmemorativa de la Clase 2022. "Es emocionante leer el nombre de Manu Ginóbili acá. Creo que lo que nos pasa a los argentinos es que aún no caemos en lo que se logró", comenta.
Llegaron con el tiempo justo, porque son las 11.50 de la mañana del sábado y el Salón de la Fama cerrará sus puestas a las 13 horas. La razón es lógica: hoy, día de ceremonia, el horario es acotado porque habrá un brunch VIP en el centro de la cancha que lleva el nombre de Jerry Colangelo.
Leandro Ginóbili se detiene en las remeras y observa todo lo que tiene alrededor. "Todo esto es increíble", dice, mientras toma un balón para llevarle de regalo a una de sus hijas. La gente se agolpa en la cancha porque sabe que en pocos minutos ya no permitirán el paso. Hay balones de todo tipo y mucha gente tirando a la docena de aros que están en el lugar: desde los primeros canastos de madera creados por James Naismith a fines del Siglo XIX a las jirafas actuales que brillan en las arenas de NBA.
Hay visitantes de todas las edades. Un hormiguero regado de pelotas para divertirse. Me acerco a Lamas y le digo que observe la cantidad de elementos interactivos que hay en el lugar y la igualdad manifiesta entre el hombre y la mujer en todos los pabellones. Que no se trata de un espacio para historiadores sino que está construido para la gente. "En esto, los estadounidenses están un paso adelante. Tienen el básquet primero y después saben cómo venderlo. No se conforman y siempre van por más", confiesa. El grupo compacto está extasiado con lo que ve.
"No entiendo como Emanuel llegó acá. Es impensado, es maravilloso. Mirá como tengo la piel", dice Huevo con los ojos vidriosos mientras lee el banderín de Clase 2022 que cuelga sobre uno de los laterales de la cancha. Acerco un tip importante: el recorrido tiene que ser desde arriba e ir descendiendo. Desde el anillo que rodea la cancha, ir bajando para recorrer desde los orígenes del juego hacia delante.
Empezamos a caminar y casi sin quererlo hablamos sobre Manu. Llegamos al Hall of Honor, un espacio 360° que homenajea a la Clase 2022, y la emoción nos invade por dentro cuando aparecen las gráficas de Manu, acompañadas de una música ambiente movilizadora, imágenes de Bill Russell y Wilt Chamberlain, y un panel completo en el que figura el flamante Hall of Famer argentino. "Tenés que venir a ver la primera canasta. No puedo creer que exista eso", dice Lamas y me lleva al sector donde figura la primera mujer que jugó al básquetbol y el aro que creó Naismith en el inicio de este deporte. Tenía una base cerrada por lo que cada vez que el balón ingresaba había que subir una escalera y sacarlo, hasta que lo hicieron hueco y cambió todo.
"Pensé que tenía solo un piso, esto me abruma. No puedo entender que Manu esté acá. Las zapatillas, las camisetas, me recuerdan lo que vivió Manu con la NBA en los años de campeonato. Recuerdo sus inicios, esto es mucho más de lo imaginado", dice Huevo.
"Veo este pabellón (Nota: Center of Attention en el que están Wilt Chamberlain y George Mikan) y vuelvo en el tiempo. Nosotros entrenábamos con un drill de George Mikan en la Selección Argentina. Mirábamos videos de Pete Maravich con el dribbling y antes del pase. Voy caminando y encuentro mi carrera sumergida acá. Es muy emocionante", agrega Lamas. "Manu abrió puertas que no sabíamos que existían".
"Es muy difícil pensar que vaya a existir otro Ginóbili. Alguien que esté acá adentro, junto a Michael Jordan, Magic Johnson, Bill Russell. No se puede entender, realmente", agrega Huevo.
El verdadero legado de Ginóbili es la humildad que despertó en todo el deporte internacional. Poder dar un paso atrás para que el resto se luzca. "San Antonio hizo muchos años el sistema Flex que nosotros usábamos en la Selección con la Generación Dorada. Fue Manu y el resto de los chicos los que lograron este mérito", señala Sánchez.
"Los Spurs tuvieron la humildad de copiar cosas de la Selección Argentina. Dejaron en claro que se aprenden cosas todos los días. El título de 2014, siete años después de haber ganado el de 2007, es de trabajadores elite", suma Lamas. "Eligieron bien la gente. Pop tiene un gran sentido de lo internacional, se rodeó de entrenadores como Ettore Messina que lo acompañaron y mejoraron", completa Huevo el concepto.
Vamos dejando atrás una vez más el Salón de la Fama. Los empleados anuncian que hay que abandonar el recinto porque ya es hora de cierre. En el Hall de entrada aparecen seguidores de los Spurs listos para comprar entradas para la ceremonia. "Amamos a Manu con todo el alma, es nuestro jugador favorito", dice un fan disfrazado al cien por ciento de Ginóbili.
Con la cuenta regresiva rumbo a la alfombra roja del Salón de la Fama, entramos en tiempo de definiciones.
Lo mejor, entonces, está por venir.