La ovación se escuchó más fuerte que un trueno. Restaban 51 segundos del tercer cuarto en la categórica victoria de Oklahoma City Thunder 125-93 sobre Denver Nuggets en el séptimo partido de las semifinales de la Conferencia Oeste y el público estremeció. Alex Caruso se sentó a descansar y todos los hinchas que colmaron el Paycom Center deliraron. Gritos y aplausos para reconocer el trabajo del líder defensivo de la revolución del básquetbol que va en busca de la conquista de la NBA.
Caruso es un jugador fundamental para el Thunder. Uno de esos que realizan el trabajo arduo sin estridencias ni buscan el lucimiento individual: un auténtico jugador de equipo. Este domingo, Mark Daigneault, entrenador de Oklahoma City, lo mandó a defender nada menos que a Nikola Jokic. Ni la desventaja de altura, ni la diferencia de potencia física, ni el talento del serbio lo intimidaron: Alex lo sacó a bailar el vals del obrero.
La resistencia defensiva del Thunder comenzó a partir de que ingresó Caruso, un sexto hombre enérgico y comprometido. Su objetivo era incomodar a Jokic, sacarlo de sus zonas de confort, evitar que asistiera a placer a partir de que tuviera la pelota o, mejor aún, evitar que la recibiera. Por delante del serbio, para cortar la línea de pase, o por detrás, con el centro de gravedad bien bajo para contenerlo. De la manera que fuera necesaria, Alex fue un león defensivo.
Está claro que Caruso no es la estrella de este equipo en el que encandila Shai Gilgeous-Alexander, máximo candidato al MVP de la temporada regular, y se lucen Jalen Williams y Chet Holmgren, dos que brillan a puro talento. El escolta no es la cara visible del conjunto ni el que grita más fuerte: hace el trabajo que pocos ven y en silencio.
En esa salida a descansar en el cierre del tercer cuarto, Alex no fue aclamado por alguna de sus acciones espectaculares en ataque, que también las tuvo. El público le reconoció el esfuerzo. "¿Cómo no van a amar a un jugador que entrega todo?", dijo Andrés 'Chapu' Nocioni en la transmisión de ESPN y Disney+. Y sí, ¿cómo no van a amarlo?
Caruso estuvo cara a cara con Jokic en 40 ataques de los Nuggets. Nunca un guardia defendió al pivote serbio en tantas ofensivas en un partido en toda su carrera.
Y además de asumir la tarea, Alex la realizó con absoluto éxito: según indica ESPN Stats and Info, los Nuggets promediaron 0,78 puntos por jugada cuando Caruso fue el encargado de defender a Jokic, mientras que cuando el responsable fue Isaiah Hartenstein, un jugador acostumbrado a esta asignación y con características físicas más acordes, el número ascendió a 1,07 puntos por ataque.
La estrategia defensiva del Thunder sobre Jokic, liderada por Caruso, logró alejar al serbio de la pelota: el mejor jugador de los Nuggets promedió 103,8 toques de balón cada 100 posesiones en el séptimo partido, la menor cantidad en un partido de playoffs en su carrera.
Caruso cerró su show con un robo de manera inmejorable: presionó a Jokic cerca de la mitad de la cancha, le robó la pelota, corrió el contraataque y asistió sin mirar a Gilgeous-Alexander. El Thunder ampliaba su ventaja a 32 puntos cuando aún restaban 9:36 en el último cuarto. No hacía falta más trabajo defensivo de Alex sobre el serbio, simplemente porque el entrenador de los Nuggets sacó a sus mejores jugadores de la cancha. El obrero había cumplido con su función.
Sam Presti, el hombre clave para la llegada de Caruso al Thunder
La temporada 2023/2024 terminó con un sabor amargo para Oklahoma City. Luego de una gran performance en la serie regular, en la que se quedó con el número 1 del Oeste con récord de 57-25, perdió contra Dallas Mavericks en semifinales de Conferencia. Luka Doncic se dio un banquete con cada jugador que Daigneault le asignó para detenerlo.
La inexperiencia en ese tipo de instancias para un conjunto joven se notó. Pero había algo más: el Thunder necesitaba jugadores de rol que se pusieran el overol para la tarea defensiva.
Y Sam Presti, general manager del equipo, encontró las piezas que necesitaba para mejorar y dar otro paso hacia adelante en la 2024/2025. A Hartenstein lo tomó de la agencia libre y a Caruso lo consiguió en un traspaso en el que mandó a Josh Giddey a Chicago Bulls. Se desprendió de un joven con futuro de estrella para incorporar a un obrero de lujo, ya maduro. El constructor de Oklahoma City acertó un pleno.
Caruso, que había sido campeón con Los Angeles Lakers en la Burbuja de Orlando en 2020, y luego había estado tres campañas en los Bulls, llegó al Thunder para hacer ruido desde su labor silenciosa.
Venció 125 a 93 con una gran defensa y juego rápido en ofensiva. Shai Gilgeous-Alexander sumó 35 puntos y Williams 24 para el ganador. Jokic aportó 20 tantos y 9 rebotes en los Nuggets.