Bienvenidos al ranking GOAT franquicia a franquicia. Hoy es el turno de Seattle Supersonics/Oklahoma City Thunder.
Bienvenidos al ranking GOAT franquicia a franquicia de la NBA. Antes de empezar, es importante definir el criterio de evaluación: no se trata de los mejores jugadores sino de los que más impacto han tenido para el equipo en su historia. Ponemos, en situación, trayectoria, campeonatos ganados, fidelidad y, por supuesto, calidad.
Este comité integrado por una sola persona ha decidido sumergirse en aguas pantanosas para traer definiciones. Seremos inflexibles. Seremos dogmáticos. Y traeremos respuestas.
Hechas las respectivas aclaraciones, nos metemos en el Top 10 de Seattle SuperSonics/Oklahoma City Thunder.
Ajusten sus cinturones. Es tiempo de despegar.
10. Lenny Wilkens (1968-1972)
Ganar tiene un valor importante, y más allá de que solo estuvo cuatro años en la franquicia, merece entrar en el Top 10. Wilkens es una leyenda absoluta de la NBA, tanto por lo hecho como jugador como también por lo hecho como entrenador.
En su paso por los SuperSonics, este habilidoso armador promedió 19.5 puntos y nueve asistencias por juego. Llegó a tres All-Star Game, pero mucho más importante que todo eso es que ayudó a sentar las bases para transformar a esta franquicia en ganadora. Su número 19 fue retirado por los SuperSonics, y fue inducido tres veces al Hall of Fame: en 1989 como jugador, en 1998 como coach y en 2010 como asistente del Dream Team de 1992.
Más allá de su paso como jugador, no podemos dejar de mencionar su impacto como coach en estas tierras: con él al mando ganaron el campeonato de 1979.
9. Detlef Schrempf (1993-1999)
Schrempf compitió seis años para Seattle SuperSonics y su juego versátil se adelantó a la época. El talento alemán -el primero de su país en jugar en la NBA- fue tres veces All-Star (1993, 1995 y 1997) y previo a su llegada al vértigo de George Karl, Gary Payton y Shawn Kemp, había sido dos veces Sexto Hombre del año.
Schrempf fue puro equilibrio y ayudó a los Sonics a alcanzar las Finales de la NBA en 1996, instancia en la que perdieron ante los Chicago Bulls de Michael Jordan y compañía. Tirador de alto porcentaje, dinámico y polifacético, dejó una huella imborrable en el corazón de los fanáticos de Seattle. Fue precursor de la NBA moderna que conocemos hoy, plagada de talento internacional.
8. Fred Brown (1971-1984)
Ya son varias entregas, pero lo diremos hasta el hartazgo: la fidelidad, en este ranking, paga. Brown jugó trece temporadas en los Sonics, arrancó siendo suplente de Lenny Wilkens y Dick Snyder, pero cuando Seattle envió a Wilkens a Cleveland Cavaliers cobró máxima notoriedad al punto tal de erigirse en insustituible. Su historia está muy vinculada a la de Wilkens, porque 'Downtown Freddie Brown' formó parte del equipo campeón de 1979 que, curiosamente, dirigía Wilkens ya en su rol de entrenador.
Tirador excelso, determinante en el clutch, posee un partido que lo define: en el quinto juego ante Washington Bullets, decisivo para ser campeones, Brown saltó del banco, hizo 7-10 en tiros de campo (14 puntos) y ayudó a su equipo a ganar el trofeo de campeonato. Se hizo eterno para los fanáticos de Seattle, que disfrutaron en grande cuando lo honraron retirando su número en 1986, dos años después de su retiro.
7. Jalen Williams (2022-presente)
¿Demasiado pronto para ya ser el séptimo mejor de todos los tiempos en la franquicia? En absoluto. Después de tres años con el uniforme del Thunder, Williams se transformó en el guardaespaldas perfecto de Shai Gilgeous-Alexander.
Williams, campeón en 2025 con el Thunder, es una rueda de auxilio perfecta. Brillante en defensa y ataque, es un jugador doble-vía que no se veía desde Kawhi Leonard. Una reencarnación deportiva de Scottie Pippen. Williams, con una extensión de brazos absurda, mide solo 1.96 metros pero parece mucho más alto. Cubre muchísimo espacio con sus movimientos.
All-Star en 2025, le espera una carrera prolífica en logros. Firmó por cinco años más y 287 millones, por lo que puede subir mucho más en esta lista de elegidos.
6. Shawn Kemp (1989-1997)
The Reign Man. Jugó ocho años en los SuperSonics, pero nunca jamás pudo quitarse el tatuaje que le provocó esta franquicia de culto. Formó junto a Gary Payton uno de los dúos más maravillosos que existieron en la NBA: el pequeño y el gigante. El pase volado y la volcada. Fueron juntos pan y manteca: hicieron del alley oop su marca registrada.
¿Qué ganaron aquellos Sonics? Nada. Absolutamente nada. Sin embargo, sobreviven en el imaginario popular como un hechizo de medianoche. Y Kemp, seis veces All-Star, jugador espectacular por donde se lo mire, fue pieza fundamental de esta película fluorescente.
Los problemas posteriores con la ley no le impidieron coronarse con el sexto puesto del ranking de GOATs de la franquicia. Un dato que ilumina su juego es que, en los playoffs de 1996, que terminaron con Seattle jugando las Finales ante Chicago Bulls, Kemp promedió 20.9 puntos, 10.4 rebotes y 2 tapas por encuentro.
Kemp fue una fuerza de la naturaleza. Una máquina que acompañó siempre su contenido con forma; sus estadísticas con saltos acrobáticos y show.
Antes de la mudanza de Seattle a OKC, Shawn se despidió con su nombre en el top ten histórico en puntos, y fue segundo en tapas y rebotes.
5. Kevin Durant (2007-2016)
Hablamos aquí del nombre más ilustre de esta lista. Ingresa al Top Five, pero bien podría haber sido el número uno si no hubiese tirado la toalla antes de tiempo. Jugó tanto para los Sonics como para el Thunder, y es el talento principal de la migración de hogar.
Durant, Novato del Año en 2007-08, arañó un campeonato en 2012 tras caer en las Finales ante Miami Heat. Compartió equipo con James Harden y Russell Westbrook, un Big Three electrizante, pero cometieron el pecado original de la generación que pisó la liga antes de 2010: demasiado impacientes para ganar cosas, algo que subsanó la generación actual con Shai Gilgeous-Alexander, Jalen Williams y Chet Holmgren.
Alero espigado, jugador imposible de defender, talento ofensivo sin precedentes, ganó, en su etapa en el Thunder, el MVP de 2013-14, fue siete veces All-Star, cinco veces estuvo en el equipo ideal de la NBA y fue cuatro veces máximo anotador de la competencia. También ganó dos oros olímpicos y un Mundial mientras defendía este uniforme. Es, para muchos, el mayor 'What if' de la historia: ¿Y si se hubiese quedado? ¿Cuántos anillos tendría el Thunder? Por supuesto, es contrafáctico. La respuesta jamás la conoceremos.
Durant fue campeón dos veces, pero ya en Golden State Warriors. Pudo estar más arriba, pero la falta de fidelidad le hizo bajar puestos. Spoiler alert: su camiseta será retirada cuando deje la actividad y tendrá un lugar seguro en el Hall of Fame. Más allá de todo, es lo de siempre: honor a quien honor merece.
4. Russell Westbrook (2008-2019)
Repasamos algunas de las mejores acciones de Westbrook con el Thunder, equipo con el que llegó a disputar finales. Además ganó el MVP en la temporada 2016-17 promediando un triple doble.
Los fanáticos del Thunder aman a Westbrook, porque fue el integrante del Big Three que no los abandonó. Se fue Harden, se fue Durant, y Westbrook se quedó a batallar en soledad. No fue ni mejor que La Barba ni mejor que KD, pero aún así es justo que tenga un lugar más elevado en el Monte Rushmore de la franquicia.
Westbrook fue un físico sobrenatural para el deporte. Jugador triple-doble, viajó siempre más rápido que el resto de los mortales, aún a riesgo, por momentos, de no pensar. Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Harvey Dos Caras. Tómalo o déjalo en partes iguales. Sin embargo, en sus años en OKC, fue siempre determinante, al punto tal de ganar el MVP en 2016-17. El año que Durant se fue, Russ promedió 31.6 puntos, 10.7 rebotes y 10.4 asistencias por encuentro.
En su etapa en Oklahoma City, fue ocho veces All-Star y dos veces estuvo en el equipo ideal de la liga. Además, fue goleador de la NBA en dos temporadas y también fue máximo asistidor en dos series regulares. Números realmente extraordinarios, aunque con una mochila que aún carga a cuestas: jamás ganó un campeonato.
Pese a todo, en esta tierra a Westbrook lo aman, porque su salida a los Rockets fue decisión de la franquicia. En definitiva, nadie deja de querer a quien nunca le soltó la mano.
3. Jack Sikma (1977-1986)
Es inobjetable que Sikma pertenece al Top 3 del ranking GOAT de esta franquicia. Llegó a la NBA en 1977 y dos años después se coronó campeón con los Sonics. Su cabellera rubia lo identificó siempre: fue mucho más habilidoso que sus competidores en el puesto, exhibió siempre una mano fina para el aro y también una capacidad enorme para anotar de diferentes maneras. A diferencia de otros hombres grandes, sabía pasar la pelota y corría la cancha de manera frecuente. Para la época un hombre grande con capacidad de lanzamiento era revolucionario y en eso se destacó por encima de la media.
Sikma fue siete veces All-Star, todas en su etapa en Seattle. Jugó 715 partidos en los Sonics y promedió un doble-doble de 16.8 puntos, 10.8 rebotes, además de 3.3 asistencias, 1.1 robos y un bloqueo por aparición, con 47% en tiros de campo y 83% desde la línea de personales.
Su número 43 fue retirado por la franquicia en 1992. Llegó al Hall of Fame en 2019. Es el máximo reboteador histórico de la franquicia con 7.729 en su carrera y figura segundo en minutos jugados (24.707) y segundo en tapas (705).
2. Gary Payton (1990-2003)
Los mejores años de la carrera de The Glove, fueron en Seattle aunque no pudo coronarlo con un campeonato.
The Glove. Un base maravilloso, que hizo del balón una goma de mascar. Defensor perimetral de excelencia, Payton fue uno de los mayores trash talker de la historia de la NBA. Formó con Kemp un dúo élite, icónico para la liga de los años noventa, la belle epoque de la globalización. Fue, lo que conocimos, como el 'Sonic Boom' a las órdenes de George Karl.
Payton jugó 13 años en los Sonics y dominó casi todos los rubros estadísticos de la franquicia: juegos, minutos jugados, puntos, asistencias y robos, entre otros. En sus tiempos de Seattle consiguió sus nueve apariciones All-Star, fue Jugador Defensivo del Año en 1996 (mismo año que fue el mayor robador de balones de la liga), integró nueve equipos defensivos ideales de la NBA y dos veces estuvo en el quinteto ideal. Una carrera de galera y bastón.
Ganó dos oros olímpicos (Atlanta 1996 y Sidney 2000). No permitió que el Thunder le retire el número 20 por respeto a los fanáticos de Seattle, dado que siempre quiso que su ceremonia fuera en esa ciudad. Sin embargo, este armador eléctrico, intenso, hipnótico, no ganó ningún título. Ingresó al Hall of Fame en el año 2013.
1. Shai Gilgeous-Alexander (2019-presente)
Repasamos las mejores jugadas del MVP de las finales, quien firmará un contrato super-máximo que lo liga al Thunder hasta finales de la temporada 2030-31 por un total de 285 millones.
Llegó a la franquicia en 2019, procedente de Los Angeles Clippers, y ya es el GOAT indiscutido, con solo 27 años. Canadiense de nacimiento, Shai conquistó en el pasado curso el título de máximo anotador (32.7 puntos por juego), el MVP de la temporada, el MVP de Finales y el trofeo Larry O'Brien, algo que solo consiguieron en una campaña, en la historia de la NBA: Lew Alcindor (quien luego fuera Kareem Abdul-Jabbar) en 1971, Michael Jordan en 1991, 1992, 1996 y 1998, Shaquille O’Neal en 2000 y Shai enl consagratorio 2025. Ningún talento de los Sonics o el Thunder alcanzó, en cualquier época, un mérito semejante.
Shai, perimetral élite, rey del silencio con el balón en las manos, ya fue elegido tres veces All-Star y tres veces integró el quinteto ideal de la temporada. De la mano de Sam Presti, el arquitecto en las oficinas de una franquicia que quiere transformarse en dinastía, Gilgeous-Alexander, maestro de la media y corta distancia, se subió a la cima del Monte Rushmore en OKC.
Y las mejores páginas, todavía, están por escribirse.
