Imagínate la siguiente situación: Durante toda tu vida te preparaste para intentar ser el mejor de tu profesión, pero cuando presentas tu currículum salido de la universidad te pasan por alto seis veces incluyendo a otros dos prospectos supuestamente más preparados que tú. Eso no te derrumba, todo lo contrario, te motiva hasta tal punto que siete años después llegas a ser el mejor del mundo y todos te veneran.
Sin embargo, esa adulación te dura apenas unos meses e inesperadamente llega otra súper estrella a la oficina. Te dicen que debes ser buen compañero, especulan sobre como reaccionarás, y bajo la lupa tú te mantienes estoico. Es más, le cedes el protagonismo a ese nuevo colega haciéndolo sentirse como en casa desde el primer día.
Ese es el caso de Stephen Curry, el dos veces MVP que resignó la posibilidad de volver a ser considerado para el galardón individual más venerado de la NBA por tercera vez consecutiva esta temporada y optó por regresar como favorito a las Finales en armonía junto a Kevin Durant.
En un principio esta columna iba a ser sobre como Curry se sobrepuso a la llegada de Durant, pero la realidad es que el número 30 de los Warriors fue el primero en extenderle la alfombra roja al flamante refuerzo del conjunto californiano y el que puso a su orgullo de lado para redimirse tras permitir la remontada más inédita de la historia cuando él y sus compañeros estaban a un triunfo de ser bicampeones.
LOS MEJORES ALIADOS
El liderato del equipo en puntos (28.6) por partido en los playoffs le pertenece a Curry, mientras que Durant es el que encabeza los rebotes gracias a su talla. Así fue como Golden State se paseó por la fase definitiva sin perder un solo encuentro y ganando 10 de sus 12 compromisos por 10 puntos o más como si fuese rutinario.
Curry se lució con nueve de sus 34 puntos en el último minuto de una de las pocas victorias ajustadas en el camino a unas terceras Finales consecutivas por 119—113 sobre los Portland Trail Blazers en el Juego 3 de la primera ronda.
Luego fue el turno de Durant para impulsar a los Warriors en el Juego 3 de la segunda ronda contra el Utah Jazz con 38 puntos y 13 rebotes, pero ambos se coordinaron a la perfección para anotar 11 unidades cada uno (22 de los 30 de GS) en el cuarto definitivo y así convertir a una ventaja de dos puntos después de tres periodos en una de 11 para aplastar las esperanzas de su rival.
Por último, la obra maestra llegó en el Juego 4 de las finales de su conferencia contra los San Antonio Spurs cuando los 36 puntos y seis asistencias de Curry se combinaron con los 29 y 12 rebotes de Durant para barrer a su rival y saltar de cabeza a las Finales de la NBA.
Stephen Curry(36 puntos) y Kevin Durant(29 puntos) lideraron el triunfo de anoche de los Warriors en el Game 4 pic.twitter.com/PzfrBhHhA6
— More Than A Game ™ (@Pasion_Basket) May 23, 2017
Ahora Durant parece ser el favorito de las casas de apuestas para ser el Jugador Más Valioso de las Finales de la NBA con Curry como escolta, pero ninguno de los dos parece estar muy consternado por ello.
El ejemplo previo más fácil de evocar es el de Dwyane Wade y LeBron James en Miami, pero hasta ellos dos que eran “Best Friends Forever” tuvieron que acostumbrarse a compartir el centro de la escena con más de un partido incómodo en el camino hasta que finalmente Wade le cedió el cetro a LeBron.
Curry es dueño de la idolatría colectiva de toda la bahía de California tal y como Miami le “pertenecía” a Wade, mientras que LeBron llegaba como agente libre e invitado de lujo al Sur de la Florida de la misma manera que Durant lo hacía a Golden State en dos franquicias que los consideraban las piezas finales para regresar a la cima.
Sin embargo, mientras que el Heat se vio obligado a superar un arranque tumultuoso y rumores sobre la supuesta relación fracturada entre LeBron y su entrenador Erik Spoelstra rumbo a una marca de 58-24, los Warriors ganaron 67 juegos en la temporada regular y todos los de los playoffs hasta ahora sin que Steve Kerr o Mike Brown tengan que hacer más que asegurarse de que él esté al 100 por ciento tras la lesión que lo marginó de 22 juegos esta campaña.
La incógnita ahora se centra en cómo terminará esta historia y si Curry podrá lograr lo que Russell Westbrook no pudo junto a Durant en el 2012: Derrotar a LeBron en las Finales.