Jabari Parker nunca ha tenido miedo de encontrarse a la sombra de Derrick Rose. Ha asumido ese hecho en cada paso en su vida dentro del mundo del baloncesto. Mientras se preparar para incorporarse a los Chicago Bulls, los paralelos entre ambos orgullosos nativos del lado Sur de la ciudad de Chicago sólo se incrementarán. Para Parker, las comparaciones con Rose son una bendición y no una maldición.
“Sigue siendo un héroe para mucha gente, incluyéndome”, comentó Parker a ESPN.com hace pocos meses. “Y su legado será… se encontrará entre los mejores e históricamente con el mejor sin importar otras razones… Apreciamos a Derrick muchísimo, sin importar lo que haga. Podría dejar de jugar aquí y ahora. Seguirá siendo una leyenda”.
Las similitudes entre los caminos tomados por Parker y Rose hasta alcanzar el estrellato de la NBA no son difíciles de percibir. En la Academia Simeon Career, Parker llevó a su equipo a cuatro campeonatos estatales consecutivos, siguiendo los pasos del título alcanzado por Rose en la misma escuela secundaria. Tras ver a Rose convertirse en el Más Valioso más joven en la historia de la NBA a los 22 años, Parker fue segundo seleccionado del draft 2014, sufrió la misma lesión del ligamento cruzado anterior en la rodilla izquierda que Rose tuvo en 2012 (sólo que a Parker le tocó en par de ocasiones) y debió asumir el mismo tedioso proceso de rehabilitación por segunda oportunidad antes de volver en febrero pasado con resultados diferentes.
“Sus lesiones no le definen”, expresó Parker con respecto a Rose, aunque fácilmente se pudo haber referido a sí mismo. Cuando se encuentra sano, el veterano con cuatro años de vida en la NBA ha mostrado destellos de la forma que le convirtió en uno de los prospectos más cotizados desde que comenzara su carrera en el bachillerato. Antes de sufrir nuevamente la lesión en su rodilla en 2017, Parker sostenía topes personales promedio en varias categorías (20.1 puntos, 6.2 rebotes y 2.8 asistencias por partido) y mostraba una capacidad para encestar triples que no tenía desde su adolescencia.
Los Bulls aspiran que las palabras expresadas por Parker con respecto a Rose se conviertan en proféticas con respecto a su propio futuro y que éste pueda regresar a la forma mostrada antes de su lesión o, posiblemente, hasta mejorarla. No hay otra organización con mayor familiaridad con los riesgos que conlleva depender de que una estrella regrese a plena forma tras un desgarre en su ligamento cruzado anterior: luego de tres campañas en forma consecutiva en la cual mantuvo promedios superiores a 20 puntos por encuentro, previos a su lesión; Rose nunca llegó a alcanzar siquiera los 18 puntos por partido en el uniforme de los Bulls después de ello; sin embargo, los Bulls están dispuestos a asumir ese riesgo, en parte porque el segundo año dentro del contrato por $40 millones de Parker es una opción potestad del equipo.
“Jabari es un jugador de 23 años quien encaja naturalmente con nuestro núcleo joven”, expresó el Gerente General de los Bulls Gar Forman, en un comunicado anunciando la incorporación de Parker. Aspiramos darle la bienvenida a su terruño, nuevamente”.
Cuando Parker vista su nuevo uniforme en octubre, se convertirá en el jugador número 19 en la historia de la franquicia nacido en la ciudad de Chicago, según Jeff Mangurten, estadístico del circuito radial de los Bulls. Los Bulls confían en que esa conexión los ayudará a revitalizar el ánimo de un frustrado grupo de abonados que ha dudado si continuará invirtiendo en un producto mediocre. Incluso, jugando en Milwaukee, los nexos de Parker con su ciudad natal siguieron siendo fuertes y si bien es cierto que su relación con Rose no fue todo lo cercana que se esperaba cuando Parker llegó a la NBA, ambos mantienen respeto por todos los pasos necesarios para ascender desde las secundarias de Chicago al mayor escenario del baloncesto.
“Su influencia dentro de la cultura me motivó y ayudó a ingresar a Simeon”, dijo Parker. “He visto que, si se compagina un grupo de personas y se es exitoso, se harán las cosas bien, y eso es lo que me encanta: La exposición que él ayudó a tener allanó el camino para mí y otros chicos, por lo pude hacer lo mismo para otros que vinieron después de mí”.
Ahora, Parker se enfrenta al reto de hacer lo que Rose y Dwyane Wade, también oriundo de Chicago, no pudieron hacer antes que él: Mantener el mismo nivel de amor mostrado por la ciudad cuando estuvieron en ella, tras haber partido.
La relación de Rose con la ciudad se hizo amarga durante su ausencia por un año, mientras seguía su rehabilitación del ligamento cruzado anterior lesionado.
Mientras mantuvo dificultades para permanecer activo debido a varias lesiones sufridas en sus tres últimas temporadas en Chicago, Rose recibió una retroalimentación cada vez más complicada.
“Es normal, especialmente con los aficionados; no lo conocen”, expresa Parker con respecto a la forma en la cual la relación entre Chicago y Rose se amargó.
“Pero la gente que sí surte impacto en él le ama. Esa es la clase de relación normal en cualquier sociedad, pero esta es una relación amor-odio”.
La llegada de Wade en el verano de 2016 fue ampliamente celebrada. No obstante, los buenos sentimientos no duraron mucho ya que éste no pudo recobrar la forma mostrada en sus años en Miami en los cuales fue campeón, tuvo roces con compañeros y eventualmente se rescindió su contrato, para dejar su terruño natal luego de solo un año.
Es una historia común. De 18 nativos de Chicago que jugaron con los Bulls antes de Parker, solo Rose llegó a formar parte de un equipo All-Star con el uniforme de Chicago y sólo Randy Brown y Darrell Walker (suplentes en los equipos liderados por Michael Jordan en los años 90) ganaron un título. Sin embargo, Parker se mantiene concentrado en lo positivo.
“Siempre recuerdo los buenos momentos”, afirmó. “(Rose es) un Más Valioso. No hay muchas personas que puedan decir que son Más Valiosos en la NBA y todo lo que recuerdo es la forma en la cual cargó con su ciudad, lo que representaba para nosotros cuando crecía y simplemente, será mi héroe”.