El entrenador de Los Angeles Lakers Frank Vogel tomó muchas decisiones difíciles durante su tiempo como coach de los Indiana Pacers, pero hubo un error que ha sido difícil de olvidar.
En el Juego 1 de la final de la Conferencia del Este del 2013, Vogel sacó del juego a su pívot defensivo Roy Hibbert en la jugada final del tiempo extra contra el Miami Heat. Reconoció el peligro que el ala-pívot Chris Bosh presentaba con su tiro a larga distancia y temía que cambiar en la jugada pudiera resultar en un mal emparejamiento en otro lugar.
LeBron James arruinó la estrategia, dejando atrás a Paul George para una canasta cómoda al sonar la chicharra con uno de los mejores jugadores defensivos del aro de esta generación en la banca. El Heat ganó por un punto y terminó ganando la serie en siete juegos.
Esa decisión todavía duele.
En esencia, Vogel cree en el poder de tener un gran pívot defensivo. Él rechaza la noción contemporánea de que los centros perdieron su valor y que el juego se ha movido de tener un defensor algo estacionario patrullando el frente del aro.
Con James ahora en su equipo, Vogel reconoce una forma para retroceder el reloj. Pero necesita de la grandeza de James para lograrlo. Específicamente, para que los Lakers cumplan sus objeticos y sigan su plan, necesitan una gran temporada defensiva de su número 23.
"Las ofensivas modernas en la NBA están diseñadas para invertir tus defensas. Conseguir cambios para que jugadores de siete pies defiendan a bases y bases defiendan abajo en la pintura a hombres grandes", dijo Vogel. "Nosotros queremos resistir esa tentación. Existen ocasiones en que tienes que hacerlo, pero lo queremos hacer lo menos posible".
La plantilla de los Lakers cuenta con el personal para hacer la visión de Vogel una realidad. Vogel tiene dos pívots que sobresalen defendiendo el aro y bloqueando tiros en JaVale McGee y Dwight Howard. Y cuenta con un mago defensivo en Anthony Davis que también lo puede hacer. En teoría, los Lakers podrían ser uno de los mejores quintetos a la hora de defender el canasto.
Desde el comienzo de la pretemporada, Vogel tuvo a sus perimetrales jugando baloncesto de la vieja escuela y defendiendo cara a cara a sus rivales en el perímetro. Avery Bradley corrió una clínica en lo que a eso se refiere. El estilo también acentúa las fortalezas de jugadores como Danny Green, Rajon Rondo y Kentavious Caldwell-Pope. La idea es negar el tiro a larga distancia y alentar las penetraciones a la pintura donde rondan los hombres grandes, conocida como 'canalizar' la ofensiva hacia los mejores jugadores defensivos.
Esta fue la base en que Vogel construyó una de las mejores unidades defensivas alrededor de Hibbert en Indiana, donde el pívot cambió el juego al aprender a dominar el arte de la 'regla de verticalidad' que le permitió defender y hacer contacto con rivales sin cometer falta.
Hibbert y otros centros como él ya no existen en la NBA. Los equipos utilizan hombres grandes de menor estatura y más ágiles debido a la preocupación por las cortinas que dejan abiertos a tiradores certeros a larga distancia. Pero en vez, los Lakers planifican dejar a sus pívots atrás y defender las cortinas por encima.
Este sistema requiere que los aleros trabajen fuerte en defensa. Tienen que comprometerse a ayudar al pívot y también salirle al paso a tiradores que casi todos los equipos emplean alrededor del tabloncillo. Es un ejercicio de energía que requiere disciplina ya que la oposición de seguro la tratará de explotar.
"Nací para la carga de trabajo, es quien soy", comentó James. "Defensivamente es donde dejamos nuestra marca, y todo el resto cae en su sitio".
Comenzando en la temporada 2008-09, no por casualidad cuando ganó su primer MVP, James encadenó cinco presencias en el primer equipo defensivo. Durante sus anos en el Heat del 2010-14 fue un demonio en ese lado de la cancha, rondando para robos de balón y corriendo una clínica diaria de cómo ayudar en recuperación.
Esos equipos de Heat en ocasiones atrapaban las cortinas, provocando los rompimientos rápidos que convertían un juego cerrado en uno abierto en cuestión de minutos. El entrenador Erik Spoelstra cantaba la jugada uniendo sus manos, como si estuvieran alrededor del cuello de la oposición.
Pero requería tanta energía que era difícil mantenerlo. Para la temporada del 2013-14, la última de James en Miami, el astro comenzaba a resbalar un poco en defensa. Fue incluido en el equipo defensivo esa temporada, pero solo el segundo y basado algo en su reputación. Cuando llegó a Cleveland la temporada siguiente y no existía ese esquema defensivo en sitio, pareció que James comenzó a tomar vacaciones en defensa durante la fase regular.
Eso no quiere decir que no podía sobresalir en ese lado de la cancha cuando fuera necesario. La mejor jugada de su carrera fue probablemente el bloqueo que le propinó a Andre Iguodala en el Juego 7 de las Finales 2016. Pero existe una razón por la cual no ha pertenecido al equipo defensivo desde que se fue del sur de Florida.
En las últimas campañas, la actuación defensiva de James ha ido en declive. Luce más lento, o hasta inexistente, al momento de cerrar espacios. Se ha vuelto letárgico en rotaciones y a veces abandona el lado débil.
Hace dos años en Cleveland su más/menos real en defensa fue el 44to mejor entre aleros. Pero esa temporada jugó 82 partidos y conservaba energía para los playoffs, donde lució fenomenal. Fue parte de un grupo mediocre en defensa la campaña pasada con los Lakers, aunque se vio afectado por una lesión de ingle.
Si Vogel se mantiene con el esquema defensivo que busca emplear, no funcionará esta temporada. Y eso es algo que ya James y su nuevo compañero de alto perfil buscan abordar.
Al principio de temporada, Davis le emitió un reto a James: Regresar al equipo defensivo de la NBA. Es un desafío en código, ya que lo logre James o no, Davis lo que anhela es no ver a la versión de los últimos años de James pasando el tiempo en defensa durante largos tramos de la fase regular.
"Podemos aceptar la crítica constructiva del uno al otro", mencionó James. "Puedo hablarle al oído y él en el mío, pero es todo para mejorar y retarnos el uno al otro, lo que a última hora beneficia al equipo".
"Podemos ser honestos en el uno con el otro y no tomar nada personal", añadió.
En conversaciones durante comidas, en aviones privados o en la silla de maquillaje mientras filmaron "Space Jam 2" en el verano, James y Davis crearon una estrategia para esta campaña. Entrenaron juntos, y practicaron como posicionarse en lo que podría ser uno de los combos de pick-and-roll más devastador en la historia de la NBA. Pero la conversación, el hablar, fue quizás lo más importante.
Un tema central de conversación que surgió, según fuentes, es el tono a establecer y emplear en toda la organización cuando las cosas no vayan bien; en el camerino, ante los medios, y en las redes sociales.
Mantente nivelado si ganas o pierdes por 30. Relajado si estás en una racha ganadora y los expertos escogen a los Lakers como favoritos; relajado si atraviesas una mala racha y surgen rumores de cambios o el despido del entrenador. Cuando publiques algo en las redes, la idea es involucrar al equipo no señalar a alguien en específico.
"Las personas dirán muchas cosas, habrá muchas narraciones distintas que la gente buscarán aplicar a los Lakers", indicó Davis, "Van a buscar pintar a los Lakers o a un jugador de una manera que no es. Tenemos que mantenernos unidos".
Esto funciona de ambos lados. Fue James quien se soltó durante su primera temporada de vuelta en Cleveland en 2014-15, publicando tuits pasivos-agresivos y ocasionalmente hablando en código que debilitó la moral de compañeros o entrenadores. Fue Davis el que manejó mal su pedido de cambio, siendo multado por la NBA, y saliendo por la puerta con un mensaje de "eso es todo" de muy mal gusto (aunque dentro de todo, buena promoción para la película de Looney Tunes).
La idea es que James y Davis se responsabilicen mutuamente de cara a las maquinaciones que amenazan a cada dúo de estrellas recién formado. Pero gran parte de esa responsabilidad tiene que ver con la defensa. Aunque Vogel juega un papel crucial a la hora de motivar a James y colocarlo en posición para tener éxito, cuando todo está dicho y hecho, James probablemente tenga más respeto por Davis que por alguna otra persona en el grupo.
Eso significa que si Davis puede luchar en defensa para apoyar a McGee y entonces salir disparado para desafiar un tiro, lo mismo se puede esperar de James. "En un mundo ideal ambos se ayudan para reducir la carga", comentó Vogel sobre sus dos estrellas. "Lo que buscamos es ser dominantes en defensa sin egoísmos en ofensiva".
La parte ofensiva, con James y Davis entre los jugadores más eficientes en la historia, no solo promete ser más fácil de lograr sino que es una razones para estar pendiente a la NBA esta temporada.
La defensa, sin embargo, es donde quizás la atención real debe ser enfocada.
"Nunca he jugado con alguien como él, y no estoy seguro que él haya jugador con alguien como yo", puntualizó Davis. "Nos vamos a complementar. No somos egoístas y lo que queremos es ganar".