Diría buenos días pero es por la tarde. Doy las gracias a Vanessa y la familia Bryant por la oportunidad de hablar hoy. Estoy agradecido de estar aquí, de honrar a Gigi y celebrar el regalo que Kobe nos dio a todos. Lo que consiguió como jugador de baloncesto, como empresario, y como narrador de historias, y como padre. En el juego del baloncesto, en la vida, como padre, Kobe no dejó nada en la recámara. Lo dejó todo sobre la pista.
Puede que sorprendiera a la gente que Kobe y yo fuéramos amigos. Pero éramos muy buenos amigos. Kobe era mi querido amigo, era como un hermano pequeño. Todo el mundo quería hablar siempre sobre las comparaciones entre él y yo. Yo solo quería hablar sobre Kobe. Todos nosotros tenemos hermanos, hermanas, hermanos pequeños, hermanas pequeñas que, por alguna razón, siempre se meten en nuestras cosas, nuestro armario, nuestros zapatos, todo. Era una molestia, si puedo decir esta palabra.
Pero esa molestia se convierte en amor al cabo de un tiempo, solo porque la admiración que ellos tienen por nosotros como hermanos o hermanas mayores, las preguntas, el querer saber cada pequeño detalle sobre la vida de la que van a formar parte. Él solía llamarme, enviarme mensajes de texto, a las 11:30, 2:30, 3:00 de la madrugada hablando sobre jugadas o movimientos, y a veces sobre entrenamientos. Al principio, era irritante. Pero luego se convirtió en una especie de pasión. Ese chico tenía una pasión que no os podéis imaginar.
La pasión es algo fascinante. Si amas alguna cosa, si tienes una gran pasión por alguna cosa, irías a cualquier extremo para intentar entenderlo o conseguirlo, ya sea helado, refrescos de cola, hamburguesas, lo que sea que ames. Si tienes que andar, lo harás para conseguirlo. Si tienes que suplicar a alguien, irás y lo harás. Lo que Kobe Bryant fue para mí es la inspiración de que alguien se interesara realmente por la forma en la que yo jugaba o la forma en la que él quería jugar.
Quería ser el mejor jugador de baloncesto que podía ser. Y a medida que lo fui conociendo. Yo quería ser el mejor hermano mayor que podía ser. Para hacerlo tienes que aguantar la irritación, las llamadas a altas horas de la noche o las preguntas estúpidas. Me enorgullecí mucho a medida que fui conociendo a Kobe Bryant por el hecho de que solo intentaba ser una mejor persona, un mejor jugador de baloncesto. Hablamos de negocios. Hablamos de familia. Hablamos de todo, y él solo intentaba ser una mejor persona.
Mira lo que sucedió en el Memorial de Kobe y Gianna Bryant
Ahora me tiene. Me va a tocar ver otro meme en el que lloro [bromeando mientras se le escapaban las lágrimas] le dije a mi mujer que no iba a hacerlo porque no quería tener que verlo durante los próximos tres o cuatro años.
Eso es lo que me hace sentir Kobe Bryant. Estoy seguro de que Vanesa y sus amigos también pueden decir lo mismo. Sabía cómo cogerte de una forma en la que te afectaba personalmente, pese a que era un pesado. Pero sentías amor por él porque podía sacar lo mejor de ti. Y eso es lo que hizo por mí.
Recuerdo, hará unos dos meses, que me envió un mensaje. Y me dijo, "estoy intentando enseñarle algunas jugadas a mi hija. Y no sé lo que estaba pensando, o en lo que estaba trabajando, pero en qué pensabas tú cuando eras joven y trabajabas en mejorar tus jugadas?" Yo le dije "¿A qué edad?" Me dijo "12". Yo dije "A los 12, intentaba jugar a béisbol". Me mandó otro mensaje diciendo "me estoy partiendo de risa".
Eso era a las dos de la madrugada. Pero lo que tenía era que podíamos hablar de cualquier cosa relacionada con el baloncesto, pero también de cualquier cosa relacionada con la vida. Y a medida que nos hacemos mayores quedan pocos amigos con los que podemos tener conversaciones como esas. Bueno, es todavía más raro cuando puedes jugar como rivales y tener conversaciones como esas.
Fui a ver a Phil Jackson en 1999 o quizás 2000, no sé cuándo estuvo en Los Angeles. Y entré y Kobe estaba allí. Yo llevaba un traje, y lo primero que dijo Kobe, "¿has traído tus zapatillas?" No, no me esperaba jugar. Pero su actitud era la de competir y jugar contra alguien porque sentía que podría mejorar su juego. Para mí, eso es lo que me encantaba del chico. Amaba el juego. Da igual dónde me viera, era una competición.
Y yo lo admiraba por su pasión, raramente ves a alguien que intenta mejorar día tras día, no solo en el deporte sino también como padre, como marido. Me inspira lo que ha hecho y lo que compartió con Vanessa y lo que compartió con sus hijas. Yo tengo una hija de 30 años, soy abuelo, y tengo dos gemelas, de seis años. No puedo esperarme a volver a casa y ser el padre de esas niñas, y abrazarlas y ver el amor y las sonrisas que nos dan como padres. Él me enseñó lo que veo aquí hoy, por como él respondía y reaccionaba con la gente a la que amaba. Estas son las cosas que seguiremos aprendiendo de Kobe Bryant.
A Vanessa, Natalia, Bianca, Capri; mi mujer y yo os llevaremos en el corazón y rezaremos por vosotras. Siempre estaremos con vosotras, siempre. También quiero ofrecer nuestro pésame y apoyo a todas las familias afectadas por esta enorme tragedia.
Kobe lo dejaba todo por cualquier cosa que hiciera. Después del baloncesto mostró una faceta creativa que no creo que ninguno de nosotros sabía que tenía. Tras retirarse, se le veía muy feliz. Encontró nuevas pasiones. Y siguió aportando cosas como entrenador en su comunidad. Y lo más importante, era un padre fantástico, un marido fantástico que se dedicaba a su familia y que amaba a sus hijas con todo su corazón."
*Palabras pronunciadas el 24 de febrero en el Staples Center por Michael Jordan en el Memorial donde se celebró la vida de Kobe Bryant, y su hija Gianna, quienes fallecieron en un accidente de helicóptero.