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Parece que fue ayer; Dirk Nowitzki, a un año de su retiro

DALLAS – Parece que fue ayer. Pero hace un año ya que Dirk Nowitzki jugó su último partido para los Dallas Mavericks.

El All-Star alemán pisó la duela como jugador activo por última vez el 10 de abril del 2019 y, de manera irónica, fue contra el más acérrimo rival que tuvo durante su dilatada carrera los San Antonio Spurs.

Nowitzki está seguro de que tomó la decisión correcta en el momento idóneo, después de una legendaria carrera de 21 temporadas, todas con los Mavs,con los que ganó un anillo de campeón en 2011al vencer al Miami Heat. Esa y otras grandes noches en las que estableció un sin fin de marcas con seguridad lo llevarán al Salón de la Fama dentro de cuatro años.

"Es una locura que sólo ha pasado un año, se siente como si hubieran sido tres", dijo Nowitzki este viernes en entrevista con 103.3 FM ESPN Radio Dallas. "Han pasado tantas cosas, tantos viajes y ahora con esta cosa (Covid-19) que estamos atravesando y que nunca habíamos visto en nuestras vidas".

"Tantas cosas han pasado que siento como si me hubiera ido de la Liga hace mucho tiempo", agregó. "Ni siquiera puedo pensar que hace un año estaba por jugar un partido de NBA; mi último".

Un día antes de su último partido en San Antonio, Nowitzki se despidió de su arena, después de finalizar el encuentro contra los Phoenix Suns, recibió un emotivo homenaje en la que fue su casa durante más de dos décadas, el American Airlines Center, como pocas veces se había visto.

Era de esperarse para un jugador que llegó a la organización proveniente de Alemania a los 17 años, que sacrificó el dinero que pudo ganar en otro equipo para tratar de ayudar a que sus Mavericks pudieran reforzarse, que fue el Jugador Más Valioso de las únicas Finales NBA que la franquicia ha conquistado en su historia (2011).

"Todo fue muy emocional desde las semanas anteriores", dijo Nowitzki, de 41 años. "Fueron momentos especiales. Ni siquiera había anunciado que me retiraría y comencé a sentir todo ese amor y respeto en la gira. Y cuando llegué a mi juego final en casa, sabía que sería difícil no romperme".

Nowitzki lloró al ritmo de las ovaciones de sus aficionados, compañeros actuales y pasados, y hasta de sus rivales, quienes se quedaron afuera en la duela para ver el homenaje.

Su familia, incluyendo a sus padres, estuvieron en la arena. También algunos de sus ex entrenadores y su preparador personal, Holger Geschwindner.

"Todo estuvo muy fresco y sentimental", recordó. "Fue un día increíble. Fue el día en que probablemente más me he roto. Cuando me vestí con mi traje en el vestidor para irme a casa fue un momento súper emocional. Pensaba en todo. Especialmente, en que era la última vez que salía de ese vestidor después de disputar un partido".

"Disfruté de mis compañeros, del staff de entrenadores por última vez", añadió. "Estuve ahí con los aficionados y algunos de mis ídolos que llegaron para saludarme. Fue increíble".

Más tardó en retirarse Nowitzki que la Ciudad de Dallas nombrar la calle principal frente a la arena con su nombre.

Mark Cuban, dueño del equipo, anunció que ya comenzaron con la construcción de la estatua de Nowitzki, aunque aún no hay fecha para su develación. Quizá cuando llegue el momento de su inducción al Salón de la Fama.

Muy al estilo humilde que siempre caracterizó a Nowitzki, ni siquiera quizo hablar de eso, mucho menos ser parte de la realización.

Indicó que ahora se ha dado cuenta que hay otra vida después del basquetbol, como pasar con su familia Navidad; viajar y disfrutar de las cosas pequeñas cotidianas a las que prácticamente nunca tuvo acceso desde su adolescencia.

"Algo con lo que siempre he soñado es simplemente escapar y tomar un descanso y alejarme mentalmente del juego y ha sido todo lo que siempre he esperado", señaló. "Pero como dije, estamos viviendo una fase muy difícil y triste. En este momento, estoy pensando principalmente en todas las personas que han sido afectadas. Espero que podamos superar esto todos juntos, muy pronto".