"The Last Dance", un documental de 10 partes que presenta la historia no contada de Michael Jordan y la temporada de campeonato de los Chicago Bulls de 1997-98, estrena por ESPN el domingo 19 de abril.
Debido en parte a la pandemia de coronavirus que suspendió la temporada de la NBA y provocó medidas de refugio y acuartelamiento a través de todo el país, el documental se adelantó de la fecha de lanzamiento original del 2 de junio.
De cara al anticipado estreno, nuestros expertos de la NBA recuerdan la carrera mágica de Jordan, Scottie Pippen, Phil Jackson y el equipo de la NBA de los años 90.
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1. ¿Cuál es el mayor legado de la dinastía de los Bulls?
Sebastián M. Christensen: La NBA era primordialmente una liga que dominaban los hombres grandes, hasta que llegó Jordan, dominando con estilo y un juego atlético inusual. Se convirtió en una figura global, que esencialmente puso a la liga en el mapa internacional. Su aporte fue mucho más allá de la duela, y lo hizo con una gracia y un espíritu competitivo que todos recordamos al día de hoy. Debería mencionar a cada uno de sus compañeros también, porque ellos ayudaron a ser posible que la figura de Jordan crezca a lo que es hoy, pero nos pidieron pocas palabras. Todos sabemos quiénes son.
Bruno Altieri: Ese equipo de Chicago fue la bienvenida al básquetbol de la globalización. No hay ícono más grande para el básquetbol mundial que Michael Jordan, porque él llegó en la época justa de expansión del juego en la TV por cable y satelital. El legado fundamental es el fanatismo que generó en una generación de jóvenes que se convirtieron en fanáticos de su figura y la NBA.
Hiram Martínez: Por las 72 victorias de 1995-96, por las seis Finales ganadas y por ser el equipo que tenía al que es reconocido como el mejor jugador de la historia, el principal legado de los Bulls es que son el referente de cualquier buen equipo con potencial de llegar a ser una dinastía. Pusieron la vara muy alta para todos los grandes equipos.
Kevin Pelton: Marcando la transición de la NBA de la década de 1980, que crece en popularidad, pero aún no está completamente profesionalizada, a la liga moderna más pulida que ahora conocemos. Ese cambio está simbolizado por la mudanza del venerable Chicago Stadium al United Center corporativo a mediados de la dinastía de los Bulls, pero también incluye el primer salario de jugador de $30 millones para Jordan, la adopción generalizada de intros de jugadores al estilo de los Bulls y la atención masiva de los medios, por nombrar algunos.
Kirk Goldsberry: La reforma de Jordan del superestrellato. Magic y Bird fueron estrellas del deporte, pero Jordan fue un ícono internacional. Mostró al mundo que los jugadores de baloncesto podían ser fuerzas globales y marcas en sí mismas. Todas las estrellas más importantes de hoy están tratando de "Ser Como Mike" en ese sentido, pero solo unas pocas pueden acercarse. ¡Deben ser los zapatos!
2. ¿Cuál tricampeonato fue mejor: 1991-93 o 1996-98?
Christensen: Diría que la dinastía de 1996 a 1998. Más que nada porque cuando volvió Michael Jordan del retiro, muchos alegaban que ya no era el mismo, y porque ese equipo de la temporada 95-96 es potencialmente el mejor de la historia. Sí, los Golden State Warriors del 2015-16 ganaron 73 partidos de temporada regular, pero luego se quedaron cortos de la gloria. Además, nos regalaron memorias como el "Flu Game", el canasto ganador sobre Bryon Russell y los 55 puntos en Madison Square Garden.
Altieri: A ver, desde un punto de vista subjetivo, a mí me gustó más el primer three-peat, por todo lo que significó ver ganar a Jordan por primera vez. Por las finales contra los Blazers y contra los Lakers. Pero el equipo de las 72 victorias, con Dennis Rodman en el equipo y otros talentos, fue en el segundo tricampeonato. Elijo el primero solo por gusto, pero los dos fueron mágicos.
Martínez: El de 96-98. La entrada a escena de un rebotero del calibre de Dennis Rodman, de un creador como Toni Kukoc, y un francotirador saliendo de la banca como Steve Kerr los mejoró considerablemente, como lo indica el récord de 72-10 en 1995-96 y el 69-13 en 96-97. Ya los Bulls no necesitaban que Jordan anotara 31 puntos por juego, con que anotara 29 por juego era suficiente.
Pelton: El segundo de los tricampeonatos. Parte de la diferencia en términos de números absolutos (un total combinado de 203 victorias en la temporada regular a 185 del primer tricampeonato) puede explicarse por una liga muy fuerte en la cima después de la expansión y el descubrimiento del valor de ‘tanking’; mi clasificación de los mejores equipos de todos los tiempos ubicó a los Bulls de 1991-92 y 1992-93 sobre los equipos del segundo y tercer título la segunda vez. No obstante, el equipo de 72 victorias de 1995-96 fue tan dominante que le da la ventaja al segundo tricampeonato.
Goldsberry: El segundo, porque lo apreciamos más después del primer retiro de Jordan. Después de que regresó del béisbol, había una energía loca alrededor de él y del equipo. Si es cierto que la ausencia hace que el corazón se vuelva más cariñoso, entonces el primer retiro de Jordan hizo que todo el mundo del baloncesto apreciara aún más su grandeza.
3. ¿Cuál es tu recuerdo favorito de Michael Jordan durante la dinastía de los Bulls?
Christensen: El "Flu Game". Jordan jugó con 40 grados de fiebre durante el Juego 5 de las Finales de 1997. Su nivel de energía no era el habitual debido a la gripe, y el Jazz aprovechó para ponerse 16 puntos arriba en el primer cuarto. Sin embargo, Jordan empezó a lucir como su habitual ser en el segundo cuarto, en el cual se despachó con 17 tantos. A la postre, terminó con 38 puntos, siete rebotes, cinco asistencias y tres robos, incluyendo un triple a falta de 25 segundos para poner a los Bulls arriba de manera definitiva. La voluntad de ganar que mostró ese día sigue siendo difícil de replicar.
Altieri: Tengo muchos, yo era solo un niño en esa época. Recuerdo ver los partidos y pensar a Michael Jordan como un superhéroe. Hay jugadas que me marcaron. Por mencionar algunas, la bandeja con cambio de manos ante Lakers en las Finales, el campeonato de volcadas contra Dominique Wilkins, el último tiro ante Utah Jazz en las Finales de 1998... son muchos y variados. ¡No puedo quedarme con uno solo!
Martínez: Juego 2 de las Finales de 1992 frente a los Lakers. Michael va por una clavada, cuando salta, se da cuenta de que posiblemente no podría lograrla, se pasa la bola a la mano izquierda – todavía en el aire – y anota una bandeja. Soy de la época de Bird-Magic y todavía no le había prestado suficiente atención a Jordan hasta ese momento. Creo que repitieron la jugada como seis veces más durante el partido. El otro gran recuerdo vino antes de anotar ‘El ultimo tiro’ contra Utah en 1998. Ese momento fue tan grande y tan mágico que se pasa por alto que Utah iba por la ventaja y con un manotazo le robó el balón a Karl Malone. Sin esa gestión, no hay tiro.
Pelton: Bueno, Gary Payton despojando a Jordan en los últimos segundos para sellar la segunda derrota de Chicago de la temporada 1995-96 es mi recuerdo favorito. Pero dejando de lado mi fanatismo, tiene que ser el robo de Jordan y el tiro ganador en el Juego 6 de las Finales de la NBA de 1998. El final más perfecto para una temporada (y, aparentemente, una carrera) que alguien haya creado.
Goldsberry: Fácil: los últimos 40 segundos de las Finales de 1998. Utah lideraba 86-83. Jordan primero llevó a Bryon Russell al canasto para una rápida cesta que todos olvidan, lo que llevó a los Bulls a estar a un punto y aseguró el 2 por 1 en una situación enorme. En la próxima posesión, el Jazz intentó matar el reloj antes de finalmente postear a Malone en el bloque derecho. Todos sabían que se acercaba, especialmente Michael, que le quitó el balón a The Mailman justo después de que el pase de entrada aterrizara en las manos de Malone. Los Bulls no piden un tiempo fuera y Jordan nunca pasa antes de irse y encesta el canasto decisivo de la serie sobre Russell. Esa secuencia ejemplificó la grandeza en el clutch de Jordan en ofensiva y defensiva perfectamente y dramáticamente.
4. ¿Quién fue el héroe anónimo de esos equipos de los Bulls?
Christensen: Johnny Bach. El asistente de los Bulls en aquel entonces no jugó ningún minuto para Chicago. Sin embargo, él fue el arquitecto de la "defensiva Doberman", por la cual eran conocidos esos Bulls. Todo el mundo se enfoca en Jordan volando por el aire, pero se olvida que esos equipos de Chicago tenían defensivas dominantes, y Bach fue crucial en esos primeros tres campeonatos. Bach murió hace un par de años y Jordan lo llenó de elogios. Hoy es un buen día para volver a recordarlo.
Altieri: Hay varios, podría decir B.J. Armstrong, John Paxson y Horace Grant en la primera época, y Ron Harper y Steve Kerr en la segunda.
Martínez: Tex Winters, un veterano coach de basquetbol colegial que era asistente y mentor de Phil Jackson. A Winters se le atribuye el desarrollo de la ofensiva triangular que tanto predicó Jackson durante su carrera como entrenador. Era la mano derecha de Jackson y uno de los cerebros de los Bulls y más adelante, de los Lakers.
Pelton: Horace Grant. Grant fue un destacado jugador de rol que fue un anotador altamente eficiente antes de que estuviera de modo (su porcentaje verdadero de tiros de campo de .618 en 1991-92 ocupó el quinto lugar en la liga) y un defensor versátil. Las estadísticas avanzadas de Grant sugieren que, a pesar de solo formar parte de un equipo All-Star en su carrera, debería ser un fuerte candidato al Salón de la Fama.
Goldsberry: Johnny Bach, un veterano condecorado de la II Guerra Mundial y un genio defensivo, quien como entrenador asistente fue un conductor cultural que ayudó a crear la identidad defensiva de los Bulls en su primer tricampeonato. Pero no confíen en mi palabra: esto es lo que Jordan le dijo al Chicago Tribune: "El entrenador Bach fue realmente una de las mejores mentes de baloncesto de todos los tiempos. Me enseñó mucho, me alentó, trabajó conmigo y realmente ayudó moldear mi juego profesional. Sin él, no sé si hubiéramos ganado nuestros primeros tres campeonatos. Era más que un entrenador para mí. Era un gran amigo".
5. ¿Qué cosa deben saber los fanáticos que nunca vieron esos equipos de los Bulls?
Christensen: Que se perdieron la mejor dinastía de la historia. Porque si bien los Celtics ganaron 11 títulos en 13 años durante la década del 50 y del 60, aquella NBA tenía menos equipos, no tenía agencia libre ni tope salarial. La liga ya era más profesional, y aquellos Bulls ganaron las seis Finales que jugaron. Aún más increíble, terminaron con un récord combinado de 90-26 en postemporada.
Altieri: Que era imposible controlar, aunque sea en parte, a Michael Jordan. Con él se rompió el molde para siempre.
Martínez: Que no lo tuvieron tan fácil. En esta era de los Warriors, uno prácticamente daba por seguro de que Golden State llegaría a la Final. En la era de Jordan, siempre había unos New York Knicks, unos Indiana Pacers y luego unos Seattle SuperSonics y unos Utah Jazz bastante complicados. No había nada seguro, aunque fueran fuertes favoritos.
Pelton: La capacidad de los Bulls para crecerse en el momento. No eran imbatibles, incluso en su mejor momento. Pero siempre encontraron la manera de lograr las jugadas necesarias para evitar un Juego 7 en sus apariciones en las Finales y ganar el puñado que jugaron contra los rivales del Este (1992 contra Nueva York y 1998 contra Indiana). Naturalmente, mucho de eso tenía que ver con el tipo que llevaba el número 23.
Goldsberry: Cuán culturalmente significativas fueron esas transmisiones televisivas. Fue como The Beatles en Ed Sullivan para una generación de nosotros. Todavía puedo escuchar "Roundball Rock" en mi cabeza cada vez que pienso en los Bulls. Realmente era una televisión imperdible para todo el país.
BONO: ¿Es MJ el mejor de todos los tiempos? ¿Cuál es tu Mount Rushmore de jugadores NBA?
Christensen: A mi juicio, Jordan es el mejor de todos los tiempos porque significó tanto más que sus seis títulos e infinidad de récords. Jordan se transformó en un embajador global que fue el catalista de lo que la NBA es hoy en día. No todo es números en la vida, y si tomamos en cuenta el elemento romántico, no creo que nadie supere a Jordan. Siempre pensé en Jordan y Magic en un pedesal distinto, un escalón al cual LeBron James seguramente pertenecerá cuando se retire.
Altieri: Esto es muy subjetivo, pero mi respuesta es sí. Tengo varios, pero van algunos nombres ilustres: Magic Johnson, LeBron James, Tim Duncan, Bill Russell, Wilt Chamberlain, Kobe Bryant, Larry Bird, Kareem Abdul-Jabbar... y hay más. La lista, para mí, es grande. Pero en mi escala de valores, Jordan está un paso adelante de todos.
Martínez: Los números individuales y colectivos cuentan toda la verdad. LeBron es un gran jugador, un hombre muy inteligente y quizás el mejor atleta que ha jugado basquetbol en términos puramente atléticos, pero Michael es un jugador de todas las épocas, que lo tenía todo. Estoy seguro de que en este basquetbol del nuevo milenio también hubiese sido mejor tirador de triples de lo que fue en aquellos tiempos en los que el tiro de detrás del arco no era una opción táctica como ahora. ¿Mi Rushmore? Jordan, Magic, LeBron y Bill Russell, pero le haría un espacio a Bird.