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Por favor, echen a Stephen Curry de la NBA

El escolta de los Warriors atraviesa el mejor momento de su carrera Getty Images

Estimado Adam Silver:

Debí escribirle hace tiempo, pero me faltó valor. Quizás no quise pecar de impulsivo y hoy me arrepiento profundamente, porque he visto, apenado, como este tema ha crecido a límites insospechados en las últimas dos semanas. Producto de mi falta de coraje, de mi letargo en continuado, he permitido que se arruine el deporte que más amo en el mundo: el básquetbol. Seré directo en mi solicitud: debe echar a Stephen Curry de la NBA. Debió hacerlo antes, pero comprendo que usted no pudo ver lo que yo vi. Lo que estudié de manera compulsiva. Quizás no se ha dado cuenta aún del alcance del fenómeno, de lo que significa que alguien haya descifrado nuestro juego.

¿Ha oído hablar del método Jarecki? ¿No? Richard Wilhelm Jarecki. Médico nacido en Alemania pero con nacionalidad estadounidense. Ganó ocho millones de dólares en los casinos de la Costa Azul europea tras entender el patrón, la falla, el quiebre de probabilidades que garantizaba el éxito en continuado. Observó de manera obsesiva el desgaste de las ruedas de la ruleta, las imperfecciones estadísticas y los desvíos mecánicos. Llegó a contratar estadísticos que estudiaban los movimientos en los casinos para intensificar las variables matemáticas y transformar hipótesis en conclusiones. Comprendió cuáles eran las zonas calientes y las utilizó a su favor. Su propio cerebro fue la fisura del sistema.

"Es una amenaza para todos y cada uno de los casinos de Europa. No sé cómo lo hace (Jarecki), pero si nunca volviese a pasarse por el mío, me haría un hombre muy feliz", señaló Signor Lardera, dueño del casino de San Remo, quien emitió una orden de prohibición a Jarecki en mayo de 1969 para evitar que ingrese a su establecimiento.

¿Entiende ahora de lo que estoy hablando? Curry, para el básquetbol, es Jarecki para el casino. Ha utilizado la numerología avanzada como Jarecki empleó a los estadísticos en los años 60. No ha necesitado observar demasiado el movimiento desde afuera porque él es el propio crupier que lanza la bola. Lo desafío a que observe la sonrisa de Jarecki en la fotografía que le adjunto y la de Curry en cada noche que se presentan los Warriors. Siga ese gesto casi diabólico, esa mirada condescendiente con el entorno que lo rodea. Entienda el punto común entre ambas celebridades. Curry es para el básquetbol un contador de cartas avezado. Aún no puedo entender cómo lo hace, pero estoy seguro que es un tramposo. Un maldito tramposo y es solo cuestión de tiempo que lo descubramos. Ha encontrado la clave para destruir el juego, la tecla que arruina lo más preciado que tenemos. De lo contrario no se explica. No se entiende que lance y convierta desde cualquier lugar a máxima velocidad, sin necesidad de un movimiento previo, sin una cortina, sin los pies en el suelo. Detesto profundamente su alegría vestida de soberbia. Su facilidad para que el mundo se sorprenda y los rivales queden como idiotas en la contemplación. Ya sin ganas de ocultar la mentira anota a los 33 años más que antes. Está en estado compulsivo: suma dentro de la cancha lo que antes hacía fuera con tiros desde el estacionamiento, desde la quinta grada, con la mano izquierda. Es una burla. Y la gente no se está dando cuenta. Créame que nadie puede hacer las cosas tan fáciles sin tener una carta oculta bajo la manga. Un secreto que esté próximo a ser revelado.

Señor Silver, usted tiene que echar a Curry de la NBA de inmediato. La fisura se agranda cada día más. Su función es evitar que esto se propague. Sume a esto que sus competidores no entienden el ilusionismo y han tomado las primeras páginas de lanzamiento de Curry para escribir libros enteros sobre cómo crecer en la NBA. "Ritmo", le dicen. ¡Ritmo! Jaja, como si pudiese existir una hoja de ruta para emular algo semejante. Correr y tirar despatarrado a ritmo de gacela. Como si se pudiese "copiar" a un tipo así. Corte esto de una vez, le pido por favor. La evolución que ha planteado este hombre no es real, es un engaño, y nos empuja al abismo. El Jarecki del básquetbol lo está arruinando todo. Hay que apresurarse a hacerlo porque ha encontrado la clave de este deporte y corremos riesgo de que algún día la revele. Y entonces ese día se terminará todo: las franquicias, los jugadores, los entrenadores, los directivos. Sí, esto lo incluye a usted. Quítele la licencia de conducir. Un decreto, un comunicado, no sé. Usted sabrá. Si lo deja ser, pronto no tendremos vuelta atrás. Hasta los chicos de mi barrio se agolpan por las tardes en el playground y lo estudian de manera compulsiva. Lo imitan, aunque por suerte aún sin éxito. Que no descubran el secreto. Prohíbale de inmediato la entrada a cualquier estadio de la NBA. Elimine sus camisetas de las tiendas, quite sus pósters, restrinja incluso sus videos. Estigmatice el proceder para evitar adeptos. Si estábamos bien como estábamos, a veces anotaba uno, a veces otro. ¿No ve que es siempre igual? ¿No se da cuenta que no es normal? Cómo soportar algo así. Cómo permite esto. Reflexione, se lo pido. Se lo exijo. Se lo suplico.

Por última vez: no más rivales, no más retos, no más marcas. No tiene sentido: tiene que echar ya a Stephen Curry de la NBA.

Nosotros, los fanáticos de los 29 equipos de la NBA no llamados Golden State Warriors, le estaremos infinitamente agradecidos.