Randy Arozarena suma ocho juegos con Seattle Mariners hasta ahora, batea para .290, con tres dobles, un cuadrangular y dos producidas.
El cambio de aires ha favorecido a Randy Arozarena. En los ocho juegos que ha firmado hasta el domingo 4 de agosto con su nuevo equipo, Seattle Mariners, batea para .290 con tres dobles, un cuadrangular y dos producidas, un desempeño distante a lo que mostró esta temporada con Tampa Bay Rays.
Randy Arozarena cayó en un slump sin precedentes en su carrera en abril, cuando en 26 juegos promedió .112, con 32 ponches y apenas un jonrón. Mayo no resultó un mes muy diferente, si bien conectó cinco vuelacercas y empujó 10 carreras, se ponchó 30 veces e incrementó su promedio apenas a .178.
Los Rays decidieron ser vendedores antes de la fecha límite de cambios y contrataciones de las Grandes Ligas, que tuvo lugar el pasado 30 de julio y los Mariners, con Julio Rodríguez y J.P. Crawford en la lista de lesionados, fueron al mercado por Randy Arozarena, a quien adquirieron procedente de Tampa Bay, a cambio de dos prospectos, el lanzador derecho Brody Hopkins y el jardinero Aidan Smith, además de un jugador por ser designado.
Justin Hollander, gerente general de los Mariners, comentó recientemente que buscaron a Randy Arozarena por la energía que inyecta en el terreno de juego y en el clubhouse y porque es un jugador que se crece en momentos de alta exigencia y en escenarios de gran responsabilidad, como lo demostró en el pasado Clásico Mundial con el equipo mexicano.
El jugador cubano, nacionalizado mexicano, disparó su primer cuadrangular con su nuevo equipo el pasado 29 de julio en un juego ante los Boston Red Sox. Aunque es cierto que Arozarena mostró una clara mejoría en junio y julio, todavía como jugador de Tampa Bay.
Mientras su ex equipo, Rays (57-54), está a diez juegos de la cima divisional en el Este de la Liga Americana, los Mariners, con un récord muy parecido (59-54), tienen los recursos para ser los líderes del Oeste del Joven Circuito, en una férrea pelea con Houston Astros, por ello, Seattle decidió apuntalar su roster con Randy.
Seattle presume este lunes la mejor efectividad de las Mayores (3.48), empatado con Atlanta Braves y el segundo mejor WHIP (1.09), por lo que el área de oportunidad no está en el cuerpo de lanzadores, sino en la ofensiva, que es la número 29 de los 30 clubes que conforman la liga, con paupérrimo promedio, de .218, y la cuarta peor en fabricar carreras con apenas 447.
Seattle apuesta a que pronto esté de vuelta Rodríguez, para sumarse a Cal Raleigh como los líderes ofensivos y que Arozarena, con el impulso de nuevos aires, detone el juego agresivo y alegre que lo convirtió el año pasado en un jugador convocado al Juego de Estrellas.
Randy buscará con Seattle cuatro cuadrangulares y cuatro robos de base más, para concretar su cuarta temporada consecutiva en el grupo de los 20-20. Actualmente, es el primer jugador en la historia de las Mayores en ostentar una temporada de 20-20 como novato y nuevamente en cada una de sus dos siguientes campañas. Además, junto con José Ramírez y Bobby Witt Jr. son los únicos jugadores en la Liga Americana con 15 o más cuadrangulares y 15 o más robos en esta campaña.
Veremos si Randy mantiene el buen paso mostrado en los primeros ocho juegos con Seattle y si ayuda a este equipo a ir nuevamente a la postemporada, instancia a la que arribaron por última vez en 2022 y para lo cual debieron esperar más de 20 años, pues no se ganaban un boleto a playoffs desde 2001.
Seattle tendrá un cierre de calendario que, junto con Arozarena, puede aprovechar para incrementar su ventaja en la cima divisional: repartirá 26 encuentros entre clubes que juegan por debajo de .500 (Detroit, Oakland, Anaheim, San Francisco y Texas). Aunque también repartirá nueve juegos, tres ante cada uno, entre Dodgers, Yankees y Astros.