LOS ÁNGELES -- El guardabosques Josh Reddick explotó con el cuarto grand slam de su carrera, el séptimo batazo de cuatro esquinas con las bases llenas del equipo en la presente temporada, para que los Dodgers de Los Angeles sellaran la paliza por 14-1 sobre los Rockies de Colorado para ponerse a un triunfo del tradicional baño con el espumoso líquido.
“Me lanzó primero la bola rápida y me fui con ella. Creo que estaba un poco ansioso”, relató Reddick sobre el turno en el que mandó la pelota a volar con la casa llena. “Pero luego esperé para hacer un buen contacto y considero que eso es lo que necesito hacer más a menudo”.
Y mientras Reddick hacía vibrar a Dodger Stadium, el antesalista Justin Turner circuló alegremente por las bases en cinco ocasiones en una noche en la que pegó de hits en sus tres voajes a la caja de bateo, además de recibir dos pasaportes, anotar dos veces e impulsar igual número de carreras.
“Es un fin de semana muy especial para los aficionados a la pelota en el sur de California y no habría nada más satisfactorio en este vestuario, en la ciudad o en el país entero, que pudiésemos coronarnos en el último juego que Vin Scully relatará en Dodger Stadium”, aseguró Turner sobre la posibilidad de que el domingo, los dirigidos por Dave Roberts logren su cuarto título en el Oeste de la Nacional en forma consecutiva.
“Lo mejor de todo es que tenemos nuestro destino en nuestras propias manos”, dijo Roberts.
El triunfo azul había tenido como epicentro la explosión del segundo acto, cuando todos los hombres cuyos nombres aparecían en la papeleta de Roberts desfilaron por la caja de bateo hasta lograr cuatro anotaciones por conducto de Yasmani Grandal, Reddick, Howie Kendrick y Joc Pederson, quien, justamente, inició el fandango al remolcar dos carreras con un sencillo a la pradera derecha.
Luego marcaron dos rayitas más en la pizarra en el cuarto capítulo y un par más en cada uno de los siguientes dos episodios, el quinto y el sexto.
El mexicano Adrián González también fue cómplice en la revuelta azul al contribuir con dos carreras impulsadas en el séptimo acto al disparar una rola por la segunda base que se internó en el bosque de la alameda central.
Como las bases se encontraban atestadas de Dodgers, Pederson y Chase Utley llegaron a la tierra prometida para aumentar la ventaja a 10-0 con el hit de González.
Fue otro episodio en el que los dueños de casa mandaron a la pasarela del pentágono a toda su artillería para respaldar la labor de Kershaw.
“Físicamente me sentí muy bien”, aseguró el abridor, quien colgó sólo argollas en siete entradas completas al permitir sólo tres imparables y ponchar a seis bateadores para llegar a la docena de triunfos y dejar su efectividad en 1.65.
“Siete (entradas) es definitivamente la marca que uno se propone lograr, porque dejas al bullpen solamente con dos entradas qué cubrir”, señaló Kershaw sobre su actuación. “Siete debería ser como lo mínimo, en cuanto a los objetivos de un abridor.
Los Dodgers no pudieron coronarse el sábado porque los Gigantes de San Francisco vencieron en extra innings a San Diego y aunque no pudo coronar su victoria con el título divisional, Kershaw se reportó listo para celebrar el domingo.
“A esperar una salida más, para quedar listo”, señaló el tres veces ganador del Cy Young en relación a la inminente presencia de los Dodgers en postemporada.
Apenas Jesse Chávez relevó a Kershaw en el octavo acto, los Rockies lograron la carrera del honor con jonrón de Pat Valaika, el primero de su carrera y que salió disparado a lo más profundo del jardín central.
Por Colorado, el abridor Chad Bettis (13-7, efectividad de 4.79) lanzó durante cuatro entradas y dos tercios en los que fue víctima de ocho imparables y siete carreras, dos de ellas sucias, mientras que regaló cuatro bases por bolas y recetó tres chocolates.