Robinson Canó aseguró que la suspensión de 80 juegos que cumple por dar positivo en un control antidopaje es lo más difícil que ha experimentado en su vida, sólo comparable con el fallecimiento de su abuelo.
En su primera aparición pública desde que fue suspendido el 15 de mayo por violar la política de sustancias prohibidas de Grandes Ligas, Canó señaló el sábado que esperó el momento correcto para hablar de la sanción para no convertirse en una distracción para los Marineros de Seattle.
“Esto es lo más difícil con lo que he tenido que lidiar en mi vida aparte de la muerte de mi abuelo. Como saben, amo este deporte. Para mí, el beisbol lo es todo”, dijo Canó a reporteros locales, según el diario The Seattle Times.
Al comenzar la reunión con reporteros de Seattle, el dominicano leyó un comunicado en el que agradeció el apoyo de los Marineros, la ciudad y sus aficionados, además de ofrecer una explicación por el positivo que arrojó por un diurético llamado Furosemide, el cual esconde los efectos de sustancias para mejorar el rendimiento.
“Me han hecho exámenes (antidopaje) los últimos 12 años y nunca tuve problemas con la política de Grandes Ligas. Estaba en tratamiento con algunas medicinas y estaba supervisado por un doctor, pero, al mismo tiempo, sé que soy responsable de todo lo que entra en mi cuerpo”, señaló el pelotero de 35 años.
Canó viajará a República Dominicana llevar una preparación física más completa, pues, aunque presentarse en el Safeco Field de Seattle, sólo puede hacerlo en las mañanas.