SCOTTSDALE, Arizona -- En momentos en que las ligas deportivas de Estados Unidos sopesan la posibilidad de prohibir el ingreso de público a los estadios y arenas para frenar la propagación del nuevo coronavirus, el lanzador de los San Francisco Giants, Jeff Samardzija, es uno de los pocos jugadores que pueden decir exactamente cómo se siente jugar a puerta cerrada.
“No es muy divertido”, dijo.
Samardzija lanzó con los Chicago White Sox ante los Baltimore Orioles en un juego disputado en 2015, que se disputó sin espectadores por las protestas en Baltimore. Fue una extraña situación en Camden Yards, pero que se ha vuelto más común en otros países y que podría presentarse en Estados Unidos si no hay una disminución del contagio por la cepa de COVID-19 que ha afectado a más de 100.000 personas a nivel mundial.
El brote ha generado preocupación por el hecho de congregar a más de 10.000 personas en eventos que bien podrían llevarse a cabo sin público.
Ligas de Europa, Asia y Medio Oriente han dejado fuera a los seguidores y la NBA envió un memo el viernes a los equipos, pidiendo que se prepararan en caso de tener que jugar sin espectadores en el graderío.
Aunque las organizaciones deportivas de Estados Unidos han estado en constante contacto entre ellas por el brote, las Grandes Ligas de béisbol y la NHL, del hockey sobre hielo, no han enviado ningún comunicado similar.
El comisionado de la MLB Rob Manfred tiene programado discutir el tema del coronavirus en una llamada con los dueños de los equipos este lunes --la primera comunicación general con los clubes y el comisionado para tratar el brote. Pero en este momento la liga planea iniciar la temporada en dos semanas y media, como está previsto.
En una situación que evoluciona constantemente, los deportistas en Estados Unidos están más conscientes --y preocupados-- ante la posibilidad de jugar a puerta cerrada.
La estrella de Los Ángeles Lakers, LeBron James, dijo el viernes que “no jugaría si no hay público en las gradas”, y otros jugadores han expresado su decepción de jugar en recintos vacíos.
“Aburrido, aburrido”, dijo el campocorto de los White Sox, Tim Anderson. “Recibimos la energía de los aficionados. Esto apestaría”.
La preocupación por el brote es más grave en algunas partes del país --como en el estado de Washington que ha reportado 16 muertes y más de 100 diagnósticos.
Los temores por el virus ya han afectado la asistencia a eventos deportivos. El club de fútbol Sounders de Seattle jugó con 33.080 aficionados el sábado, la menor cantidad en un encuentro de temporada regular de la MLS para una ciudad que ha arropado entusiasta este deporte desde su primera temporada en 2009.
Los Seattle Mariners, como todos los grandes equipos, han monitoreado la situación en conjunto con las Grandes Ligas y han tomado las precauciones necesarias en el complejo de entrenamiento en Peoria, Arizona. Pero el vicepresidente de comunicaciones del equipo, Tim Hevly dijo que en este momento “no tenemos ninguna preocupación o precaución en específico por lo que está ocurriendo en Washington”.
Las rutinas en los entrenamientos de pretemporada en el béisbol se han modificado ligeramente, pero los peloteros han dicho que en general ni ellos ni su familia han sido afectados.
La Federación Internacional de Hockey sobre Hielo dijo el sábado que cancelaría el mundial femenino en Canadá, y el torneo de baloncesto de la División III se realizó con la arena vacía en John Hopkins este fin de semana.
En los próximos meses, el calendario está colmado de grandes eventos deportivos que quizá tendrán que ajustarse, incluyendo el torneo de baloncesto de la NCAA y el Masters de Augusta.