Ustedes aman el béisbol. Tim Kurkjian también ama el béisbol. Así que mientras esperamos ansiosamente por el regreso del deporte, cada día les daremos una historia o dos, atada a lo ocurrido en esta fecha en la historia del béisbol.
UN DÍA COMO HOY EN 1974, ocurrió el No. 715.
Los relevistas de los Braves hicieron una especie de lotería en el día del 715, sabiendo que esa podría ser la noche en que Hank Aaron haría historia. Basado en antigüedad, cada relevista seleccionó un lugar en el bullpen desde donde verían el partido con la esperanza de poder atrapar la pelota del cuadrangular No. 715. Cecil Upshaw, quien tenía la mayor antiguedad, eligió pararse al lado del poste de foul del jardín izquierdo, porque a Aaron, con esas fuertes manos y muñecas que tenía, le gustaba halar la pelota hacia la raya del jardín izquierdo.
"Yo era el más joven en el bullpen. Para el momento que llegó mi turno, me tocó bien lejos en el jardín izquierdo central'', dijo el relevista Tom House. "Hank podía conectar la pelota hacia cualquier lugar, pero no me gustaban mis posibilidades. Luego, tan pronto como la conectó, pensé: 'Dios mío, esto me va a golpear en el pecho'. Ni siquiera tuve que moverme. Fue increíble. Después de atraparla, llevé corriendo la pelota al plato. Le di la pelota a Hank. Él estaba llorando. Nunca había visto llorar a Hank Aaron''.
La presión había desaparecido, Aaron había superado a la icónica figura de Babe Ruth en la lista de jonrones de todos los tiempos. Finalmente, la persecución terminó. Quizás ahora, los correos de odio se detendría; un hombre negro procedente del sur del país había sobrepasado a un hombre blanco, un jugador legendario, en la lista más importante en los deportes.
Hace dos años, Aaron se sentó con Dave Flemming, Eduardo Pérez y yo en la cabina durante cuatro entradas de un juego de los Bravos en la televisión nacional. Durante 90 minutos, contó historias, con un recuerdo sorprendente, sobre su vida y carrera. Nos hizo reír, nos hizo llorar. Estábamos hipnotizados. Fue la primera vez que dejé de llevar la anotación de un juego, porque Aaron era lo único que importaba. Esa noche, en Twitter, que siempre está lleno de odio, alguien escribió: "Si alguna vez conoces a alguien que te mira como Tim Kurkjian mira a Hank Aaron, cásate con esa persona".
Hank Aaron en la cabina. Lo más destacado de mi carrera profesional.
Otras notas de béisbol del 8 de abril
En 1989, Jim Abbott, que nació sin su mano derecha, hizo su debut en las Grandes Ligas. Se saltó las ligas menores. De todas sus hazañas increíbles, y hubo muchas, incluso un partido sin hits, la más sorprendente podría haber sido en los entrenamientos de primavera de un año. Conectó un triple, con una mano.
En 1994, el Kent Mercker de los Bravos dejó sin hits a los Dodgers en el Dodger Stadium. Al día siguiente, me dijo: "Me quedé despierto toda la noche viendo lo más destacado del partido en CNN Headline News cada 20 minutos".
En 1993, el puertorriqueño Carlos Baerga de los Indios se convirtió en el primer jugador en la historia de las Grandes Ligas en conectar un jonrón a la zurda y a la derecha en la misma entrada. Baerga logró sus cuadrangulares frente a los Steve Howe y Steve Farr de los Yankees. Viajaron alrededor de 800 pies, así de lejos.
En 2008, Plácido Polanco estableció un récord de Grandes Ligas con 186 juegos consecutivos sin errores en la segunda base. Me dijo que nunca usaba una copa cuando jugaba en segunda base, ya que limitaba su movimiento alrededor de la almohadilla. Pero me dijo que siempre usaba una cuando jugaba en la antesala.
En 2003, se reveló una estatua de Ralph Kiner en PNC Park. Kiner fue un jugador del Salón de la Fama, un presentador muy querido y un hombre maravilloso que nunca se tomó a sí mismo demasiado en serio. Era el rey de las palabras parónimas. Una vez llamó al receptor de los Rojos Dann Bilardello... "Don Bordello".
En 1979, nació el lanzador Jeremy Guthrie. Le encantaba llegar en bicicleta al estadio de béisbol. "Después de una salida en los entrenamientos de primavera", dijo su compañero de equipo de los Rockies, Michael Cuddyer, "corrió su bicicleta por unas 5 millas de vuelta a nuestras instalaciones". Tenía el guante en el manillar. Fue como una escena de 'The Sandlot' ''.