Para muchos, Josh Tomlin debió haber iniciado el segundo juego de la Serie Mundial por los Indios de Cleveland, creencia que se confirma cuando, con el periódico bajo el brazo ya, se ve la pobre actuación que tuvo Trevor Bauer.
Pero ya eso es historia. Ahora le toca a Tomlin hacer su trabajo, aunque en un ambiente sumamente hostil, con decenas de miles de fanáticos que han esperado siete décadas para ver un juego de Serie Mundial en Wrigley Field, y con la serie igualada a una victoria por bando.
El abridor de los Indios tiene ya dos salidas anteriores en esta postemporada y en ambas se alzó con el triunfo.
Derrotó 4-3 a los Medias Rojas de Boston en la serie divisional y luego a los Azulejos de Toronto 2-1 en la Serie de Campeonato de la Liga Americana.
En total ha lanzado 10.2 episodios, con siete hits y tres carreras limpias, diez ponches, tres boletos y efectividad de 2.53.
En busca de ofensiva, el manager de la tribu, Terry Francona, valora la posibilidad de colocar al dominicano Carlos Santana en el jardín izquierdo, posición que ha jugado una sola vez en siete años de carrera en Grandes Ligas.
Movida riesgosa la de Francona, pues además de la debilidad que podría representar Santana en la pradera izquierda, no garantiza con ello una buena producción ofensiva del dominicano, quien lleva de 6-0 en el clásico de otoño y de 35-5 (.143) en toda la postemporada del 2016.
Los meteorólogos pronostican para esta noche fuertes vientos de más de 20 millas por hora, lo cual hace difícil fildear los batazos elevados incluso para los jardineros más experimentados.
Los Chicago Cubs, por su parte, dependerán de los envíos del derecho Kyle Hendricks, una especie de 'nuevo Greg Maddux', que basa su trabajo en la colocación perfecta de sus pitcheos y no en una velocidad aterradora.
Hendricks se fue sin decisión en el juego que lanzó ante los San Francisco Giants en la serie divisional, luego perdió 1-0 en un duelazo ante Clayton Kershaw, pero volvió a enfrentar a Los Angeles Dodgers en el partido final de la serie de campeonato de la Liga Nacional y se desquitó al vencerlos 5-0.
En total ha trabajado 16.1 episodios en la postemporada, con nueve hits y tres limpias, 11 abanicados, cuatro pasaportes y efectividad de 1.65.
Ya se sabe que Kyle Schwarber no podrá jugar a la defensa en los jardines, pues no recibió el alta médica de los doctores del equipo, así que quedará limitado en la banca para salir a batear de emergente, en caso de necesidad.
El manager Joe Maddon ha tenido un profundo hueco en la alineación con todos los jugadores que ha utilizado en el jardín derecho, pues entre Jason Heyward, los cubanos Jorge Soler y Albert Almora Jr. y Chris Coghlan, suman apenas dos hits en 55 veces al bate en la postemporada.
Por eso confiaba en poder usar a Schwarber para revertir esa situación, con todo el riesgo defensivo que implicaba un hombre físicamente no apto aún y que de por sí, es uno de los peores guardabosques de todas las Grandes Ligas.
Lo que sí sabemos de seguro es que el ambiente que se vivirá en la Ciudad de los Vientos en los próximos tres días será algo que muchas generaciones pasadas no han vivido, y que muchas generaciones futuras recordarán.