El segundo juego de la NLDS entre Padres y Dodgers se demoró cerca de 9 minuto porque los fanáticos arrojaron objetos al campo
LOS ÁNGELES -- El inicio de la parte baja de la séptima entrada del domingo se retrasó y cerca de dos docenas de guardias de seguridad se alinearon en las líneas de foul del Dodger Stadium, luego de que los fanáticos lanzaran objetos al campo en el Juego 2 de la SDLN, lo que aumentó aún más las tensiones entre Los Ángeles Dodgers y los San Diego Padres, rivales de la división.
Dos pelotas de béisbol fueron lanzadas en dirección al jardinero izquierdo de los Padres, Jurickson Profar, quien en la primera entrada se divirtió con los fanáticos al alcanzar las gradas para robarle un jonrón a Mookie Betts, y tras pasar un tiempo los dejó en ridículo al revelar que había atrapado la pelota.
Profar tuvo una acalorada discusión con los umpires luego de que las dos pelotas de béisbol estuvieron cerca de golpearlo en la séptima, lo que provocó que todos los jugadores de los Padres, junto con el mánager Mike Shildt, ingresaran al campo y se reunieran a su alrededor. Momentos después, cuando los jugadores defensivos se posicionaron nuevamente en sus lugares, tres objetos fueron lanzados a la pista de advertencia del jardín derecho en dirección a Fernando Tatis Jr.
La tensión comenzó en el campo, cuando el lanzador abridor de los Dodgers, Jack Flaherty, golpeó a Tatis Jr. en el lado izquierdo con un sinker 0-1 para comenzar la sexta entrada. Flaherty se disculpó brevemente, pero Profar y el receptor de los Dodgers, Will Smith, quien fue noticia a principios de la temporada al llamar a Profar "irrelevante", intercambiaron palabras en el plato.
Momentos después, Flaherty ponchó a Manny Machado, le gritó y le hizo señas para que regresara al dugout. Machado se dio cuenta de los comentarios de Flaherty cuando se acercó a la barandilla del dugout y miró fijamente a Flaherty mientras lo sacaban del juego inmediatamente después. Machado y Flaherty continuaron discutiendo cuando Machado regresó para la defensa en la parte superior de la séptima.
Los fanáticos se involucraron, lo que provocó una demora de nueve minutos.
San Diego ganó el juego 10-2, para empatar la serie al mejor de cinco 1-1.