Una de las más grandes citas del beisbol, una que ha trascendido al deporte, fue expresada por el legendario innovador Branch Rickey, quien dijo, “La suerte es el residuo del diseño”.
Es una pena que Rickey ya no esté para que ofreciera su punto de vista sobre lo que sucede con los Gigantes de San Francisco.
Lo único que los Gigantes no podían permitirse sucedió el viernes por la tarde en el último juego de San Francisco en la Liga del Cactus. Durante la tercera entrada, Whit Merrifield de los Reales de Kansas City, conectó una línea que fue directo al cuerpo de Madison Bumgarner, quien, al hacer uso de sus reflejos, desvió la pelota al intentar atraparla con la mano izquierda, con la que lanza.
El resultado: un hueso roto y una estancia prolongada en la lista de lesionados.
En la cirugía a la que se sometió el sábado, se le insertaron unas tachuelas en el dedo meñique izquierdo de Bumgarner para sanar el fracturado quinto metacarpiano en la mano izquierda. Se espera que pierda de seis a ocho semanas, periodo tras el que tendrá que iniciar su proceso como lanzador desde el principio.
La lesión de Bumgarner se da luego de la noticia sobre la torcedura del pectoral que mantendrá al también abridor de los Giants, Jeff Samardzija, fuera de acción para el inicio de la temporada.
Se espera que Samardzija pierda de tres a cuatro semanas, dejando a San Francisco sin dos abridores clave en una rotación que se espera sea la piedra angular del equipo.
El mejor escenario es que Samardzija pierda algunas aperturas y que Bumgarner se recupere rápidamente y este de regreso en la loma para, digamos, el Memorial Day. Mientras tanto, los Gigantes esperarán poder obtener buenas entradas de lo que parece ser una rotación con opciones de nivel de sustitutos. O peor.
Es difícil no dramatizar el impacto que estas lesiones tendrían si duran por mucho tiempo. En fangraphs.com, la rotación de San Francisco está proyectada para un WAR de 12.0. Más de esa docena de victorias se atribuyen a Bumgarner (3.5) y Samardzija (3.0).
Más allá de este par de lanzadores y del número dos en la rotación, Johnny Cueto, ningún abridor de los Gigantes está proyectado para tener efectividad por debajo de 4.50. Los remplazos vendrán de un grupo que incluye a Derek Holland, quien está bien entrado en la fase de tener que lidiar con una fuerte carga de trabajo en su carrera, y Tyler Breede.
El problema más serio es que los Gigantes de 2018 no fueron construidos con base a un modelo de profundidad en el roster. La rotación no es profunda en talento y el bullpen podría tener nivel de sustitutos si el cerrador Mark Melancon no regresa a buen nivel de su temporada 2017 llena de lesiones.
Y, a la ofensiva, la cual cuenta con los veteranos Andrew McCutchen y Evan Longoria para mejorar a un grupo que terminó penúltimo en la Liga Nacional en carreras anotadas en 2017, tiene un nivel medio a lo mucho.
La rotación era el grupo que tenía calibre de Playoffs, si todo salía de acuerdo al pkan y otros grupos podrían jugar, al menos, a nivel promedio. Ese plan se desmorona rápidamente a sólo días del inicio de la temporada regular.
Ante este escenario, está el deseo de los Gigantes de mantenerse por debajo del impuesto de lujo en la actual temporada, haciendo poco probable cualquier adición de impacto desde fuera de la organización, a menos de que se pueda mover dinero o el plan de evitar el impuesto se descarte.
De acuerdo a Cot’s Contract, los Gigantes actualmente proyectan estar alrededor de $187,000 encima del tope.
Los Gigantes comienzan la temporada con una serie de cuatro juegos en casa de sus archirrivales, los Dodgers de Los Ángeles, y regresan a casa para enfrentar al campeón de la División Este de la Nacional, los Nacionales de Washington, en tres partidos, serie seguida por la visita de los Dodgers por tres juegos en el AT&T Park.
Es justo decir que no es un buen momento para que los Gigantes enfrenten esa clase de juegos en su calendario, pero difícilmente es una aberración. El Oeste de la Nacional tiene a cuatro equipos contendientes para Playoffs. La competencia será feroz.
Si San Francisco tiene un mal inicio, el reloj comenzará su marcha hacia lo que varios indicarán deberá ser una reconstrucción. Después de todo, este equipo perdió 98 juegos en 2017 y presentará a uno de los roster de mayor edad en 2018 si algunos de estos veteranos logran mantenerse sanos.
El intento de San Francisco por reclamar su nivel previo a 2017 al mantenerse agresivos en el generalmente pasivo mercado de invierno fue refrescante, incluso si uno argumenta que fue un intento sin guía. De cualquier forma, cuando se construye algo con la base de 98 derrotas, se necesita que las cosas salgan como se espera y la lesión de Bumgarner no es la clase de golpe de suerte que se tenía en mente en La Bahía.
El núcleo veterano de los Giants será puesto a prueba y pronto. El lado positivo de esto es que si San Francisco puede navegar y salir adelante ante estos tempraneros contratiempos, entonces, quizá, este veterano grupo de peloteros tendrá de regreso a su as para disfrutar juntos un verano más.
Si no es así, esos vientos veraniegos pueden enfriarse rápidamente en San Francisco.