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¿Recuerdan cuando el 'tanking' dominaba la MLB? Esos días quedaron atrás

Benny Sieu-USA TODAY Sports

Hace dos años, antes que el mundo del béisbol se viera consumido por el escándalo de varios equipos astutos intentando ganar con tesón excesivo, teníamos una crisis inminente del extremo opuesto del espectro: equipos que no se esforzaban en ganar lo suficiente.

En aquél entonces, la frase "golpear botes de basura" podía haberse utilizado para referirse a lo hecho por los Marlins durante la temporada baja entre 2017 y 2018. Entregaron en sendos cambios a cuatro de sus mejores peloteros:(Christian Yelich, Giancarlo Stanton, Marcell Ozuna y Dee Gordon) durante un solo invierno, haciendo que un equipo que llegó al segundo lugar de su división se convirtiera en un candidato casi seguro a ocupar el sótano de la tabla de posiciones. Destruyeron su roster. Hicieron "tanking" (perder a propósito).

Y no fueron los únicos. Aproximadamente la tercera parte de los equipos de la liga no hicieron nada en ese invierno para mejorar o llegaron incluso a empeorar a propósito, solidificando su mala posición en la pizarra antes de siquiera jugar el primer partido. Según los estimados de probabilidades de clasificar a los playoffs calculados por FanGraphs en aquél entonces (que dependen tanto de la posición actual en la pizarra como de los estimados de proyecciones del talento subyacente de cada equipo), las posibilidades de que los Marlins avanzaran a los playoffs cayeron hasta el 0.0% a tres días de haberse iniciado la temporada, y otros cinco equipos se le unieron en ese cálculo de 0.0% a finales de abril. Si bien la ausencia de esfuerzos competitivos se vio limitada a las oficinas gerenciales (los peloteros seguían haciendo sus mayores esfuerzos sobre el terreno), el agente Scott Boras hizo referencia al precedente generado por los White Sox de 1919: "Expulsábamos de este deporte a la gente cuando intentaba dejar de ganar a propósito".

En ese momento, redacté una nota para ESPN The Magazine con respecto a la adopción, inicialmente de manera progresiva para acelerarse posteriormente, del "tanking", desde que el gerente Branch Rickey fuera pionero en el uso de la estrategia en la década de 1950, concluyendo que "la mediocridad se ha convertido en arma con propósito claro" y que comenzábamos a ver "la prueba extrema de esta estrategia de rendición". Era un panorama sombrío.

Pero muchas cosas pueden cambiar en dos años. O muchas pueden permanecer igual ¿Teníamos razón al plasmar ese panorama sombrío? ¿Cuál es nuestra situación actual con respecto al "tanking"? Analicemos algunas de las tendencias, datos, previsiones y vaticinios que describimos en ese artículo de ESPN The Magazine.

1. Lo que escribí entonces: "Decir "Moneyball" ahora es sinónimo de contar con la disposición de perder juegos, sin vergüenza alguna, si es necesario por un lapso de años, con el objetivo de construir algo positivo para el futuro. Apenas estamos comenzando a ver cómo esa estrategia de rendición es llevada al extremo".

Dónde estamos ahora: En aquél entonces, parecía que cada vez más equipos adoptaban la estrategia del "tanking", con equipos más acaudalados asumiendo esa actitud y mejores equipos también adoptándola, y los equipos que la adoptaron lo hicieron con efusivos abrazos de oso. ¿Eso sigue siendo cierto?

Si bien puede ser difícil saber con certeza si los equipos son malos a propósito o porque simplemente son de calidad terrible, podemos decir lo siguiente: Desde que redactamos esa pieza justo antes de iniciarse la temporada 2018, hemos visto cómo el nivel más bajo de los clubes de las Mayores han llegado al peor punto de su trayectoria desde, por lo menos, la última expansión hecha por las Grandes Ligas en 1998. Los cinco peores equipos del año pasado sumaron un increíble promedio de 105 derrotas. En 2018, los cinco últimos tuvieron promedio de 103 reveses. Ambos promedios son los más altos para los cinco peores equipos, al menos desde 1998. (En promedio, los cinco peores equipos perdieron 98 cotejos cada uno en dicho lapso).

Sin embargo, no podemos afirmar categóricamente que Blue Jays (95 derrotas), Royals (103), Marlins (105), Orioles (108) y Tigers (114) intentaron perder, o de forma agresiva dejaron de intentar hacerse con los triunfos. No obstante:

  • Esos cinco equipos redujeron sus respectivas nóminas en un promedio de $62 millones, en comparación con sus nóminas de 2017, lo cual representa aproximadamente una disminución del 40%.

  • Entre los 50 contratos más cuantiosos extendidos a agentes libres y firmados durante el pasado invierno, ninguno fue suscrito por uno de esos cinco equipos. La contratación de Tyson Ross por parte de los Tigers (por una garantía total de apenas $5.75 millones) fue la inversión más alta hecha por cualquiera de estos clubes.

  • Tal y como se mantiene la situación hoy en día, las nóminas de esos cinco equipos serán aún menores para este año (a pesar de que los Blue Jays y Marlins tuvieron un poco más de actividad significativa durante esta temporada baja).

Estas son señales evidentes de que dichos equipos no solamente son mediocres, sino que no tienen interés alguno en siquiera mejorar un poco.

Combinado lo anterior con el ascenso de un puñado de súper equipos, eso le ha dado a la pelota mayor el peor equilibrio competitivo visto en décadas. En una nota para Baseball Prospectus, Rob Arthur determinó que la brecha entre los mejores y peores equipos en 2018 fue aún peor en comparación a cualquier torneo desde 1954. Y en 2019, las cosas se agravaron aún más.

2. Lo que escribí entonces: "Rob Manfred, comisionado de Grandes Ligas, ha expresado que "esta estrategia se demuestra contra sí misma... Mientras más gente adopta dicha estrategia, su éxito se hace menos probable... Sólo un equipo puede conseguir tomar al primer seleccionado del draft".'"

Dónde estamos ahora: Si bien Manfred tiene razón con respecto a la relación casual (mientras más equipos hagan "tanking", la torta de equipos que pierden a propósito deberá dividirse en pedazos cada vez más pequeños), es evidente que la percepción de inminencia de un éxito futuro después de esos desmontajes radicales ha sufrido un fuerte golpe. En 2018, acabábamos de ver tres Series Mundiales consecutivas obtenidas, con precisión de relojero, por equipos que habían salido de procesos de reconstrucción profundos y dramáticos: Royals, Cubs y Astros, quienes hicieron predecible el perder hoy para ganar mañana, al punto que la revista Sports Illustrated fue capaz de vaticinar los tres campeonatos de dichos clubes con inequívoca anticipación. La Serie Mundial obtenida por los Astros fue (en parte, producto de sus trampas rampantes que fueron reveladas años después, pero también) una apuesta explícita por la predictibilidad de todo este asunto. Asumieron con brazos abiertos la vergüenza de cargar con esas derrotas porque estaban conscientes que, viendo las cosas a un plazo más largo, podían domar el elemento de impredictibilidad tan característico del béisbol.

Sin embargo, desde ese entonces la impredictibilidad se ha hecho más difícil de dominar. En el mismo año en el cual los Astros se alzaron con el título de Serie Mundial, vimos cinco equipos que pudimos haber descritos como anticompetitivos: mediocres y que no intentaron mejorar, al menos durante esta temporada: Padres, Reds, White Sox, Brewers y Phillies. FanGraphs proyectó que serían los clubes con menor cantidad de victorias antes de iniciarse el torneo, cada uno de ellos redujo su nómina en un 25% con respecto a su nómina más alta (sin ajustes por inflación), y ninguno contrató a agentes libres de repercusión en el invierno anterior. Todos ellos parecían evitar competir en 2017, con la expectativa de consolidarse y mejorar en 2018 o 2019.

Sin embargo, en un caso contrario al de los Astros y Cubs, que salieron disparados del sótano hasta la azotea como si fuera un hecho garantizado, esos cinco equipos han tenido resultados dispares en los años que han transcurrido desde entonces. Los Padres son un equipo emocionante y lograron armar uno de los mejores sistemas de granjas de todos los tiempos, aunque han terminado en el último puesto durante las dos campañas más recientes, a pesar de la incorporación de Eric Hosmer (antes de 2018) y de Manny Machado (antes de 2019). Los White Sox terminaron a 28 1/2 juegos del primer lugar en su división el año pasado y (al igual que los Padres) despiertan interés debido a su juventud, pero no se acercan en lo absoluto a una situación de victorias inevitables. Los Reds terminaron ocupando el sótano en 2018 y (con una nómina récord en la historia de la franquicia) quedaron en el cuarto lugar en 2019. Los principales prospectos de la organización de los Phillies provenientes de la era de reconstrucción han sido, en su mayoría, una decepción espectacular y a pesar de la incorporación de Bryce Harper el año pasado, no han sumado una temporada con saldo positivo desde su reconstrucción. Ellos, al igual que Reds y Padres, cesantearon a su manager.

Y tenemos a los Brewers, el innegable vencedor de este grupo. Pasaron de encontrarse en una posición de "tanking" aparente antes de 2017 a jugar el séptimo partido de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional en 2018 y hacer otra aparición en postemporada en 2019. Se trata de un equipo que puede servir de ejemplo e inspiración para cualquier gerente general. Pero incluso los Brewers no se acercan al prototipo que representaron Astros y Cubs: a pesar de las terribles predicciones de pretemporada que les persiguieron en 2017, les fue bastante bien durante ese año en particular, quedando a poco de clasificar a los playoffs. Eso nos sugiere que los grandes éxitos después de hacer "tanking" tienen menos que ver con los beneficios de esas derrotas a propósito y más con las ventajas de hacer astutas adquisiciones para desarrollar un grupo de peloteros que superen las expectativas de forma dramática. Adicionalmente, a pesar de estos éxitos, los Brewers no son un súper equipo con largo plazo para sumar éxitos, como sí lo fueron aquellos Cubs de 2017 o Astros de 2017: Fueron, fácilmente, el equipo más débil de la postemporada anterior y están proyectados para quedar en un nivel cercano a los .500 en 2020.

De hecho, entre los cinco clubes que acabamos de analizar, ninguno cuenta con proyecciones que los ubiquen entre los súper equipos de las Mayores. Las proyecciones ZiPS para 2020 hechas por FanGraphs ubican a Padres, Brewers, White Sox, Phillies y Reds con promedios de 82 victorias para este año; las proyecciones PECOTA de Baseball Prospectos suman promedio de 81 triunfos. Ninguno de estos cinco equipos tiene proyecciones superiores a las 87 victorias. Tres años después de que estas organizaciones pasaron por esa profunda depresión, ninguno de ellos (ni siquiera los Phillies, equipo de mercado grande) tiene mucha calidad.

3. Lo que escribí entonces: "De hecho, en esta década no se ha producido correlación estadística entre la tabla de una temporada y la clasificación tres años después. Todo el orden de los equipos cambia en cada ocasión, porque éstos se encuentran en etapas diferentes del "Ciclo del éxito". En una liga en la cual la coyuntura económica había marcado el rumbo de sus miembros durante gran parte de su historia, eso constituye un logro extraordinario, argumentándose que había logrado salvar al béisbol competitivo en mercados pequeños".

Dónde estamos ahora: Ese hecho (la no existencia de una correlación estadística entre la tabla de una temporada y la clasificación tres años después) servía para sustentar dos hechos. Primero, nos daba una prueba tangible de que la estrategia del "tanking" fue exitosa. Servía como evidencia de que ser un mal equipo sí rendía frutos en el futuro y que los equipos que asumían ser terribles estaban, de hecho, utilizando esa mediocridad de forma efectiva, para reubicarse en una tabla de posición que, de lo contrario, era poco favorable para ellos.

También fue un argumento a favor de que el "tanking" era, al menos de una manera, positivo para el juego. En lugar de que los equipos malos se hundieran literalmente en décadas de pérdidas, como lo hicieron los Pirates, los Royals, los Tigers y los Rays en los años 1990 y 2000, los equipos que se encontraban en la parte inferior ahora podían encontrar el camino de regreso. Las franquicias fallidas son malas para el deporte, pero las franquicias fallidas se habían vuelto bastante raras. (Por supuesto, hay muchos argumentos en contra que el "tanking" sea bueno para el juego).

Esa tendencia, la reorganización de tres años, se mantuvo durante los próximos dos años. La clasificación del año pasado no se correlacionó con la clasificación de 2016, y cinco equipos buenos para nada en 2016: los Cerveceros, los Mellizos, los Bravos, los Atléticos y los Rays, constituyeron la mitad de los participantes de los playoffs en 2019.

Sin embargo, el 2020 parece preparado para frustrar eso. La correlación entre los registros de 2017 y los registros proyectados del 2020 es sustancial, ya que casi todos los equipos buenos de 2017 siguen siendo buenos y la mayoría de los equipos malos de 2017 siguen siendo malos, o al menos mediocres. Si las proyecciones de PECOTA para 2020 se hicieran realidad, el cambio de 2017 a 2020 sería el menor cambio de tres años en este siglo. Incluso con el ascenso y la aceptación del "tanking", los equipos malos en los últimos tres años se han quedado estancados, en lugar de ascender gloriosamente del fondo.

4. Lo que escribí entonces: "... el agente Scott Boras describió este invierno como 'destructivo para nuestro deporte'".

Dónde estamos ahora: Más fanáticos van a los juegos de béisbol cuando piensan que esos juegos son importantes. En el mundo ideal de MLB, la clasificación mostraría dos tipos de equilibrio:

  • Paridad dentro de las temporadas, es decir, la mayoría de los equipos en la carrera al final de la temporada, con pocos desastres directos que están a 20 juegos a mediados de mayo.

  • Paridad a lo largo de las temporadas, es decir, la mayoría de los equipos pueden ofrecer a sus fanáticos algunas apariciones en playoffs cada década y una esperanza constante al menos a mitad de período.

El 'tanking' es el compromiso imperfecto. Como notamos, le cuesta al béisbol mucha paridad en la temporada, creando peores equipos malos y clasificaciones más desiguales. (En los últimos dos años, el 40% de los partidos de los equipos han sido con probabilidades de llegar a los playoffs de menos del 5%, un aumento respecto a pasadas temporadas.) Pero como hemos notado, en la última década ha coincidido, y quizás causado, con la paridad a lo largo de la temporada.

Sin embargo, si las proyecciones de 2020 se hacen realidad, MLB se encontrará en el peor de los dos mundos. Un grupo de equipos está entrando en la temporada prácticamente sin esperanza de competir: ocho equipos ingresan al año con una probabilidad de menos del 1% de llegar a los playoffs, según PECOTA, con seis de las probabilidades de esos equipos redondeandose a 0. Y la paridad de año a año que ha proporcionado el 'tanking' también se está rompiendo, tal vez anunciando una nueva subclase de equipos que se ponen realmente mal sin la promesa de que volverán a subir.

La conclusión es que eso le cuesta al béisbol mucha asistencia. En Baseball Prospectus, Rob Arthur construyó un modelo que estima la asistencia de cada día según el clima, el estadio, el día de la semana, el mes y la probabilidad de que cada equipo llegue a los playoffs. Arthur escribe: "Los equipos con bajas probabilidades de playoffs, específicamente, los que están por debajo del 10 por ciento, ven una asistencia exponencialmente menor, por juego, que los que están en disputa. La diferencia es bastante masiva, con un impacto cercano a los 8,000 fanáticos por partido pasando de probabilidades de playoffs de 0 por ciento a 50 por ciento ". La asistencia en toda la liga se ha reducido en casi 5 millones de fanáticos desde 2015. Según el modelo de Arthur, aproximadamente un tercio de esa caída se debe a que hay más equipos jugando más juegos sin posibilidades de playoffs.

5. Lo que escribí entonces: "Perder ya no cuenta como perder; es un vehículo para la esperanza. Tomó décadas, pero el béisbol superó ese sentimiento terrible y honesto que viene de perder".

Dónde estamos ahora: El argumento que sostuvimos en 2018 fue que el 'tanking' generalizado no solo representaba un cambio estratégico, sino filosófico: perder ya no se sentía mal porque podría ser renombrado como parte de un proceso inteligente. Si no hubiera ninguna vergüenza en perder 105 juegos, o algún otro incentivo fuerte, entonces seguiríamos viendo a los equipos abrazarlo como un camino casi infalible hacia la gloria.

Hay alguna evidencia de que no llegamos a ese punto y que los equipos en los últimos años han visto el hundimiento no como un paso obvio en el camino hacia el éxito, sino algo que se debe evitar, planificar y abrazar solo cuando el desastre ya ha golpeado. Está claro que los Reales, los Orioles y los Tigres han sido activamente no competitivos en las últimas dos temporadas y también lo serán este año, pero ninguno de los tres se puso terrible. Se pusieron terriblemente orgánicos, mientras todavía lo intentaban principalmente, cuando sus rosters construidos simplemente colapsaron. Luego decidieron que no tenían más remedio que aceptar sus fallas y hacer uso de ellas.

Mientras tanto, hemos visto que el frente medio y medio del grupo de equipos toma pasos previamente sin precedentes para resistir la canción de sirena del 'tanking' o evitar la necesidad de hacerlo. En algunos casos, esto ha sido bueno para la competencia: el año pasado, los Reds, Giants y Diamondbacks fueron todos vendedores en la fecha límite de intercambios, con probabilidades de playoffs de un solo dígito. Pero ninguno de los tres lo derribó todo. Más bien, vendieron y compraron, manteniendo rosters creíbles en el campo en caso de que un milagro cayera sobre ellos. En lugar de seguir la filosofía de hacer un 'tanking' para ganar buscando la meta más cercana a ellos, la mala, como hicieron los Marineros después de una temporada 2018 bastante buena, buscaron un punto medio y una competitividad básica.

El lado menos alentador de esto podría observarse en el extraño comportamiento de tres equipos límite de playoffs. En esta temporada baja, los esfuerzos de los Medias Rojas, los Cachorros y los Indios se han centrado en descargar una superestrella. Los Medias Rojas, a pesar de proyectar ser un equipo marginal de playoffs, intercambiaron a Mookie Betts (y David Price ) para ahorrar dinero y ser un poco más jóvenes. Según los informes, los Cachorros han estado vendiendo a Kris Bryant, y los Indians han estado vendiendo a Francisco Lindor, aunque cada club proyecta tener una probabilidad de 50-50 de llegar a los playoffs. Los esfuerzos se enmarcan en ahorrar dinero, pero también podrían verse como estos equipos que desean asegurarse de permanecer en la mitad superior de la liga, si no en la cima, en lugar de verse obligados a la reconstrucción larga y fea. Es un medio bastante grosero de mantenerse permanentemente competitivo, y podría decirse que está equivocado en la lógica: los Nacionales se encontraban en una situación similar después de 2018 y se mantuvieron firmes, y ganaron la Serie Mundial de 2019, pero al menos podría tranquilizarnos. sobre un punto: los equipos temen la vergüenza de un derribo completo. Reconocen que tiene un gran costo.

En resumen:

  1. Cuando los equipos se pongan mal en 2020, se van a poner muy, muy mal. Tan malos como cualquier otro equipo, y según las apariencias lo hacen con cierta intencionalidad. ¡Eso es 'tanking'!

  2. Pero no pueden contar con emerger como el tipo de superequipos que ganaron la Serie Mundial 2016 (Cubs) y 2017 (Astros). El 'tanking' no es, como uno podría haber temido después de 2017, un código para hacer trampas. Por cada equipo de los Braves, existe uno de los Phillies; por cada equipo de los Twins, hay uno de los White Sox.

  3. De hecho, el único beneficio del 'tanking' por parte de los equipos en la industria como parte de una estrategia, es que les da a las ciudades una salida confiable de períodos aún más largos de terribilidad involuntaria, pero esto podría estar a punto de desaparecer, si este año las proyecciones son una indicación.

  4. En general, esto probablemente le esté costando mucho dinero al deporte.

  5. E incluso si el 'tanking' ofrece algunas cualidades similares de esperanza a una oficina central desesperada, es algo que sigue siendo desagradable y que debe evitarse a toda costa. Aparte de los Mariners 2018-19, realmente no hemos visto equipos en los últimos dos años corriendo de cabeza hacia el último lugar, al menos hasta que ya estén allí.

En resumen: el 'tanking' es algo que sigue siendo muy real, pero todos están menos atraídos a ello.