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René Rivera demuestra que merece estar en Grandes Ligas

René Rivera bateó .222 con seis jonrones y 26 carreras remolcadas en 65 partidos, incluyendo 59 que inició como receptor. Caylor Arnold-USA TODAY Sports

NUEVA YORK - Rene Rivera solamente necesitó un par de juegos como el receptor suplente de los Mets de Nueva York para demostrarle a todo el mundo que sí merece un lugar reservado en esta liga.

En vez de colocar como titular a Travis d'Arnaud en el partido de vida o muerte de los comodines de la Liga Nacional ante los Gigantes de San Francisco, el dirigente Terry Collins mejor confió en la seguridad le daba el boricua con la presencia de un joven como Noah Syndergaard en el montículo.

"Me siento bien contento por la oportunidad que los Mets me dieron", aseveró Rivera a ESPN Digital luego de la derrota de 3-0 que sufrió Nueva York ante los Gigantes de San Francisco Giants en el partido de comodines de la Liga Nacional.

El puertorriqueño de 32 años tuvo que aceptar irse a la fila del desempleo a cinco días del inicio del torneo del 2016 al ser dejado en libertad por los Rays de Tampa Bay.

El nativo de Bayamón experimentó una sólida pretemporada con un promedio de .320 con los Rays, pero fue dejado libre. Entonces los Mets, en búsqueda de un suplente para su receptor titular d'Arnaud, le dio un contrato de liga menor.

Su estadía en Las Vegas, el sucursal de los Mets en la categoría Triple A, no demoró tanto, recibiendo la promoción al equipo grande cuando D'Arnaud fue colocado en la lista de lesionados el 26 de abril, debido a un tirón en el manguito rotador del hombro derecho.

A pesar de que el joven Kevin Plawecki recibía la encomienda de la titularidad, Rivera se aprovechaba para familiarizarse con una de las mejores rotaciones de las Grandes Ligas, hasta que por suerte quedaban sólo dos miembros del quinteto en el último mes de la temporada regular, entre ellos el fenómeno de 23 años, Noah Syndergaard.

Cuando d'Arnaud se reincorporó a la novena neoyorquina el 26 de junio, sin lugar a duda era importante reconocer las huellas que Rivera había dejado en el personal de pitcheo y lo primordial que era destacar el máximo desempeño que sacaba de sus lanzadores, cómo conducía el plan de ataque y cómo manejaba las diferentes personalidades de los abridores tanto como los relevistas.

En los 59 juegos que Rivera tituló, los pitchers tuvieron una efectividad de 2.77 a diferencia de 4.27 en 73 partidos recibidos por d'Arnaud. Con Plawecki detrás del plato, los serpentineros de los Metropolitanos permitieron un promedio de 3.50 carreras limpias.

Rivera además demostró la precisión de su brazo con corredores en el sendero de las bases a pesar de que los lanzadores de Nueva York carecían en preocuparse con esa fase del juego.

El boricua anuló el 29.5 por ciento (18 de 43) de los corredores que intentaron robarle las bases. D'Arnaud retiró el 21.8 por ciento (17 de 61) mientras que Plawecki le hizo out al 24.4 por ciento (10 de 31).

"Como fue la temporada de nosotros, fue mi año también. Empezando en el equipo de Tampa Bay donde me dejaron libre antes de empezar la temporada. Entonces venir de Triple A y hacer mi trabajo en Grandes Ligas. De verdad que fue un año especial para mí", prosiguió el puertorriqueño, que bateó .222 con seis jonrones y 26 carreras remolcadas en 65 partidos, incluyendo 59 que inició como receptor. "Me voy contento por el trabajo que hice. Veremos qué pasa el año que viene. Estamos positivos. Tuvimos una buena temporada".

Aunque Rivera entró en conversación con los Vigilantes de Texas y Cardenales de San Luis cuando estaba sin trabajo, era muy probable que aumentaría a 15 las campañas experimentada en el sistema de Ligas Menores, que también incluyó 22 juegos en la Liga Independiente del Atlántico en el 2010.

No se le pudo presentar otra opción que la de una escuadra que al igual que él fue mentalmente capaz de superar todas las adversidades que se les presentaron para alcanzar los playoffs cuando muchos los descartaban.

"Aprendí personalmente que siempre hay oportunidades si tú siempre trabajas y te fajas y haces tu trabajo. Siempre va haber una oportunidad", enfatizó Rivera. "Gracias al Señor por la oportunidad que me dio de estar en este equipo. Hice mi trabajo y tuve buenos resultados".