Los diestros Jeff Samardzija y Kyle Hendricks suben este sábado a la lomita del Wrigley Field en el segundo juego de la serie divisional de la Liga Nacional entre los Gigantes de San Francisco y los Cachorros de Chicago.
Luego del duelazo de pitcheo que protagonizaron el zurdo Jon Lester y el dominicano Johnny Cueto, que se decidió con un solo swing del boricua Javier Báez en el final del octavo, el segundo partido es crucial en las aspiraciones de San Francisco.
Samardzija (12-11, 3.81) fue de más a menos en la temporada regular y al igual que el resto de los Gigantes, tuvo una segunda mitad del calendario con más penas que glorias, al perder seis de sus últimas nueve decisiones.
Esta será su segunda aparición en un juego de playoffs. La vez anterior precisamente jugaba para sus rivales de ahora, los Cachorros, pero apenas trabajó un episodio de relevo en el 2009 ante Dodgers de Los Ángeles, con una limpia y dos hits permitidos.
Su rival, Hendricks, viene de la mejor campaña de su aún corta carrera.
El diestro de 26 años ganó 16 juegos y perdió ocho, con efectividad de 2.13, la mejor de la Liga Nacional, pues el zurdo de los Dodgers Clayton Kershaw (1.69) no tuvo los innings suficientes para optar por ese liderazgo.
Hendricks está en su segunda postemporada, pues el año pasado abrió dos juegos, uno en la serie divisional ante los Cardenales de San Luis y otro frente a los Mets de Nueva York en la serie de campeonato de la Liga Nacional.
En ambas ocasiones se fue sin decisión, aunque recibió castigo de nueve imparables cinco limpias en 8.2 capítulos, para efectividad de 5.19.
Después de ver cómo se comportó la ofensiva ante Cueto, el manager Joe Maddon debería replantearse su alineación y no puede darse el lujo de tener dos huecos tan obvios en la tanda, con Jason Heyward, con todo y su contrato de 184 millones de dólares, y el cátcher David Ross.
El venezolano Willson Contreras en la receptoría y el cubano Jorge Soler en la pradera derecha, son mucho más sólidos y confiables con el madero que Heyward y Ross, aunque este último es el enmascarado preferido de Jon Lester y haya sido esa la razón por la que fue usado en el primer juego de la serie.
Para los Gigantes es un juego de vida o muerte, pues arrancar con desventaja de 0-2 ante el mejor equipo de todo el 2016 se antoja una tarea casi imposible de remontar, con todo y que las acciones se trasladen al AT&T Park de San Francisco para los partidos tres y cuatro, este último en caso de necesidad.
Para los Cachorros también resulta un encuentro de valor capital, pues no es lo mismo ir a California con la serie 2-0, que con empate 1-1 para tener que enfrentar en ese tercer juego nada menos que a Madison Bumgarner.