Dave Roberts no quiso jugársela con el novato mexicano Julio Urías y decidió darle la pelota a su estelar Clayton Kershaw en el partido que puede significar para los Dodgers de Los Angeles la diferencia entre seguir con vida o irse de vacaciones hasta el 2017.
La serie divisional favorece 2-1 a los Nacionales de Washington, quienes con la victoria del lunes aseguraron al menos regresar a la capital del país en caso de ser necesario un quinto y decisivo encuentro.
Tanto Roberts, como Dusty Baker, el mentor de los Nacionales, demoraron bastante en anunciar a sus abridores, pues cabía la posibilidad de que los capitalinos emplearan a su estelar derecho Max Scherzer, derrotado por Kershaw en el primer choque de la serie.
Al final, Baker se decidió por el también diestro Joe Ross, un joven serpentinero de 23 años y apenas dos temporadas en las Mayores, quien estará haciendo su debut en playoffs.
Ross inició 19 partidos en la campaña regular, con saldo de siete triunfos y cinco fracasos y efectividad de 3.43. En 105 innings propinó 93 ponches y regaló apenas 29 bases por bolas.
La ofensiva le ha funcionado bastante bien a Washington y no se espera que el manager intente cambios en la alineación, no así Roberts, quien volverá a colocar una tanda mayoritariamente de zurdos ante el abridor derecho.
El problema de los Dodgers es que ni los zurdos, ni los derechos, han producido, con las excepciones del novato Corey Seager y el antesalista Justin Turner.
Los Angeles necesita que el mexicano Adrian Gonzalez aparezca y carbure, más allá de dos sencillos en 13 turnos (.154) y par de abanicados.
Por su parte, Kershaw vuelve a otra prueba de fuego, para tratar de borrar la imagen de perdedor en postemporadas.
En su primera salida, el pasado viernes, se llevó la victoria, pero todo el tiempo estuvo contra las cuerdas, con el agua al cuello y no lució dominante como acostumbra a hacerlo en calendario regular.
Apenas pudo sostenerse cinco innings en la lomita, en los que permitió ocho imparables y tres limpias, a pesar de propinar siete ponches. Fue sustituido antes de comenzar el sexto episodio, cuando ya acumulaba 101 envíos.
Su récord global en postemporadas es de tres victorias y seis derrotas, con una efectividad disparada hasta 4.65, elevadísima para alguien que trabaja para 2.37 en nueve campañas regulares.
En su caso llama la atención como aumenta su cifra de bases por bolas cuando llega octubre.
Kershaw regaló 11 pasaportes en 149 capítulos este año, pero en playoffs ha concedido 24 en 69 y dos tercios.
Para él y su equipo, es ahora o nunca.