LOS ANGELES - Mientras los Astros de Houston celebraban su banderín de la Liga Americana el sábado en la noche, varios jugadores de posición reflexionaban sobre algunos momentos importantes en detalle. Pero cuando el tema de la conversación cambió hacia la falta de ofensiva del equipo, los Astros desarrollaron amnesia selectiva y tomaron una postura parecida a la de Mark McGwire, de 'no estamos aquí para hablar del pasado'.
Es difícil culparlos, dada la rara y poco característica sequía ofensiva que sufrieron durante gran parte de su odisea de 214 turnos ante los Yankees de Nueva York.
Nadie ha pasado un periodo más desesperante que el jardinero derecho Josh Reddick, quien tuvo 22 turnos consecutivos en blanco para empatar el futil record en una serie postemporada de Dal Maxvill de los Cardenales de San Luis de 1968. Reddick estaba a ley un elevado corto o un rodado 4-3 de infligirle grave daño al dispensador de agua del dugout -- parecido a como lo hizo Sean Rodríguez de Pittsburgh - cuando terminó su mala racha con un sencillo ante CC Sabathia en la cuarta entrada del Juego 7.
"Obviamente no fue mi mejor serie, personalmente", dijo Reddick. "Ese hit fue grande. La concurrencia lo celebró como si hubiese sido un hit para dejar tendido al rival".
Ahora Reddick y sus amigos buscan un nuevo comienzo y un reinicio estadístico ante los Dodgers de Los Angeles a medida que el Juego 1 de la Serie Mundial arranque el martes en la noche en L.A. Los bateadores no gustan de tener mucho tiempo libre en este punto de la temporada. Pero a juzgar por la manera que los Astros estaban sacándole el jugo a los turnos y expandiendo sus zonas ante los Yankees, ellos podrían beneficiarse de un día o dos para apretar el botón de "reinicio".
Al entrar a octubre, los Astros parecían como un equipo ofensivo poderoso por su alineación profunda y su habilidad para hacer contacto con autoridad de forma consistente. De acuerdo a la investigación del Elias Sports Bureau, los Astros de 2017 fueron apenas el séptimo equipo en la historia de MLB en tener el mayor porcentaje de slugging y la menos cantidad de ponches en una temporada. De los primeros seis, los Yankees de 1948 y los Indios de 1995 son los únicos desde 1911 en lograr ese raro doblete.
Pero los Yankees hicieron flaquear a la alineación durante gran parte de la Serie de Campeonato de la Liga Americana al atacar la zona de strike y poniendo a los bateadores de los Astros a la defensiva. Los Astros tuvieron números de .187/.271/.294 ante Nueva York - y ellos tuvieron que empujar bastante en la parte final de la serie en casa para que esos números finales lucieran algo respetables.
En retrospectiva, el receptor Brian McCann pudo haber sido el autor del momento clave para la temporada de Houston en la quinta entrada del Juego 6. El Minute Maid Park estaba desprovisto de emociones - y el juego estaba en cero - cuando McCann conectó una recta de 98 mph de Luis Severino para un doble por regla de terreno para darle a Houston ventaja de 1-0. A lo largo y ancho de la banca, los bateadores de Houston sintieron como se disipaba la tensión.
"Eso fue como una llamada para despertarnos", dijo el torpedero Carlos Correa. "Fue como, 'Aquí vamos'. Le envié un mensaje de texto anoche y le dije, 'Eso fue grande para el equipo'. Necesitábamos eso. Eso fue grande para nosotros".
Cuando José Altuve remolcó dos más con un sencillo, todo el mundo exhaló un poco más. Los Astros se fueron de 9-1 con corredores en posición de anotar en el juego final de la serie la noche siguiente, pero sus 10 hits ante Sabathia y el bullpen de los Yankees en el Juego 7 fueron la mayor cantidad en la serie.
"No estábamos bateando porque no fueramos buenos", dijo el manager A.J. Hinch. "No bateamos porque el pitcheo de los Yankees es realmente bueno. Para que alguien diera el paso adelante y consiguiera un gran hit y que metiera a la gente de nuevo en el juego, pienso que por eso nuestro equipo se puso a sonreir de nuevo. Y los chicos respondieron".
Incluso cuando los Astros lucieron abrumados ante Nueva York, Hinch se mantuvo con el mismo orden de bateo. Puso de titular a Cameron Maybin, hizo combinaciones con Evan Gattis a medida que la serie progresaba y puso a Reddick como noveno en vez de segundo bate ante Sabathia en el Juego 7. Cuando alguien hizo la pregunta sobre posibles cambios en el orden de bateo durante el pedazo de la serie en el Yankee Stadium, Hinch respondió medio en broma, "yo acepto cualquier sugerencia. Estamos colocando a nuestros mejores jugadores".
El reto podría ser mayor en la Serie Mundial, cuando los Astros se midan a un cuerpo de lanzadores de Los Angeles que fue líder en la Liga Nacional en efectividad esta temporada. El manager de los Dodgers Dave Roberts abrirá con los zurdos Clayton Kershaw y Rich Hill en Los Angeles y entonces pondrá a Yu Darvish, quien tiene historial de efectividad ante los Astros como rival divisional en Texas, una vez la serie se mueva a Houston.
Aunque las muestras son pequeñas, varios Astros han tenido problemas ofensivos ante Darvish. La lista de ofensores incluye a Altuve (7-en-32, .219), Reddick (4-en-25, .160), Correa (3-en-15, .200), Marwin González (2-en-14, .143) y McCann (1-en-11, .091).
Pero a los Astros no les importa mucho la historia. El haber sobrevivido a su peor racha ofensiva de la temporada ante Nueva York, los coloca en mejor posición de poder disputar lo que traigan los Dodgers en la Serie Mundial.
"Pienso que es cuestión de que todos entiendan que no deben intentar hacer de más", dijo Reddick. "En Nueva York, parecía que todos estabamos intentando hacerlo todo en cada turno al bate. Una vez este equipo comenzó a conectar hits, a conseguir boletos, a trabajar los conteos y a apoyarse los unos a los otros, ahí es cuando podemos hacer cosas especiales. Ahí es cuando despegamos".
Los Astros tienen tanta fe en sus habilidades de batear buen pitcheo, que ni siquiera las malas racha de 22-0 pueden minar su confianza. Quizás fue la euforia del momento o las burbujas de la champaña que hablaron por él, pero Reddick sonaba confiado luego del partido del sábado.
"Tenemos que dejar todo eso atrás", dijo Reddick. "Nosotros ganamos, y nos movimos, y lo hicimos con un equipo que no estaba bateando bien. Una vez este equipo se encienda, es posible que ni necesitemos los Juegos 6 y 7".