NUEVA YORK - El mánager de los Astros, AJ Hinch, está consciente de todos los rumores que se han generado en torno al robo y desciframiento de señales de su equipo.
Que el abridor de los Rays, Tyler Glasnow, realizaba un movimiento específico cada vez que lanzaba un cambio, y que Houston tenía bien descifrado los gestos de los lanzadores de los Yankees, James Paxton y Luis Severino.
Pero, ¿y de dónde salió toda esta paranoia?
"Creo que es gracioso", expresó Hinch.
Un año después de que un hombre relacionado a los Astros fuera atrapado enfocando con un teléfono celular a los dugouts de los equipos contrarios, Houston ha vuelto a convertirse en un dolor de cabeza para los lanzadores rivales, muy posiblemente solo con su simple vista.
No existe regla alguna en contra de descifrar un lanzamiento. De hecho, durante esta Serie de Campeonato de la Liga Americana, Hinch le envió un recado a los críticos.
“Si no quieren que descifremos los lanzamientos, entonces deberían evaluar no hacer lo mismo una y otra vez”, destacó.
El espionaje dentro de la caja de bateo puede llevarse a cabo de dos diferentes maneras: descifrar un lanzamiento o robarse las señales. El primero es totalmente legal. Solo es cuestión de estudiar, bien, al contrario. Los bateadores pueden tener una idea clara desde el ángulo del guante del lanzador, o el movimiento de su muñeca.
Por otro lado, en el robo de señas, la legalidad es cuestionable. Un corredor en segunda base tiene una visión clara de las señales del receptor, y no hay ninguna regla que evite que el jugador le comunique esa información al bateador. Esta costumbre se ha llevado al otro nivel a consecuencia de los dispositivos inteligentes y otras nuevas tecnologías. Incluso, antes de que las alarmas sonaran en Cleveland y Boston en otoño pasado, la paranoia sobre las cámaras, relojes Apple y otros dispositivos, habían convertido el desciframiento de señas en una práctica a tiempo completo.
Las Grandes Ligas establecieron reglas para acabar con el espionaje digital. MLB dijo que "varios clubes" llamaron al comisionado, Rob Manfred, para expresar sus preocupaciones sobre el uso de tecnología para robar señales durante la pasada temporada. Aunque los equipos seguramente siguen sospechando sobre los Astros y el robo señas, la capacidad de Houston para reconocer las discrepancias en los movimientos del lanzador contrario preocupa cada vez más. Tras ser superado en el quinto juego de la serie divisional entre los Rays y los propios Astros, Glasnow notó en video que estaba los bateadores de los Astros ya sabían sus movimientos. "Era bastante obvio que yo hacía el mismo gesto en mis lanzamientos", confesó Glasnow.
Más sospechas surgieron en el segundo partido de la serie de campeonato, cuando los Astros le cayeron a batazos a Paxton. Las cámaras de televisión capturaron a Alex Bregman susurrando la palabra "guante" al dugout de Houston después de recibir una base por bola.
Bregman negó haber usado dicha información a su favor y expresó su molestia respecto al tema. No obstante, los fanáticos de los Yankees tienen buenas razones para sospechar. Paxton fue informado en abril por el asesor del equipo y exjugador de Nueva York, Carlos Beltrán, de que Houston seguramente sabía lo que vendría.
Otro exjugador de la novena neoyorquina está seguro de que Severino estaba exponiendo sus movimientos fácilmente en el tercer duelo de la serie, donde realizó 36 lanzamientos en una difícil primera entrada en la derrota 4-1 frente a Houston.
"Si nos fijamos en el lenguaje corporal de los bateadores de los Astros, esto nos dice que ya habían descifrado los lanzamientos", tuiteó Alex Rodríguez, quien ahora funge como comentarista.
Puede que Houston reconozca un movimiento del lanzador contrario, pero las cámaras igualmente pueden ayudar. Y legalmente también.
Los Yankees son cautelosos incluso sobre lo que las cámaras de televisión enfocan en el banquillo. Después de apalear al estelar abridor de los Astros, Justin Verlander, en el segundo compromiso de la serie, Aaron Judge le susurró algo en el dugout a sus compañeros de equipo, usando su casco de bateo para tapar el movimiento de sus labios. Lo que sea que dijo, no quería que en Houston o el público en televisión se enterara.
El mensaje secreto de Judge, sin embargo, no obstaculizó a Verlander, quien solo permitió dos carreras en seis entradas.
A Hinch no le molestó el gesto de Judge. Él cree que la búsqueda de pitcheo es un trabajo de reconocimiento básico en el juego de hoy. ¿Un chico gira su guante agarrando un cambio? ¿Tiende a lanzar bolas rápidas en 2-0?
Todo, juego limpio.
"No debería eclipsar la calidad del juego o los jugadores o lo que está sucediendo en el campo", dijo Hinch. "Sin embargo, la paranoia es real. Y es real en 30 equipos '', sentenció.
The Associated Press colaboró en esta historia.