<
>

Desolación y llanto contenido en el vestidor de Astros

HOUSTON -- El clubhouse estaba silencioso, quizá como nunca. Los únicos sonidos que se escuchaban eran algunos suspiros o palabras de aliento y consolación entre compañeros.

Costaba trabajo para los Houston Astros resignarse a la idea de que perdieron la Serie Mundial en siete partidos contra los Washington Nationals, a pesar de que tuvieron dos oportunidades para coronarse en casa.

Houston, el equipo que tuvo la mejor marca de toda la temporada en Grandes Ligas y el que mayor cantidad de victorias tuvo en su estadio, fue incapaz de ganar un juego en su parque en el Clásico de Otoño.

“Ni siquiera sé cómo podría explicarlo“, dijo el receptor Robinson Chirinos. “Tantos juegos que ganamos aquí. Aquí dimos unos partidos increíbles y perdimos todos los juegos de esta Serie Mundial aquí. Bien dice mi mamá que en el beisbol, la pelota es redonda, pero viene en una caja cuadrada”.

Chirinos, como siempre, fue de los primeros peloteros de Houston que se paró frente a media centena de reporteros, muchos de los que tampoco podían creer que se haya dado la mayor sorpresa en casi un siglo en la Serie Mundial.

Los Astros eran favoritos para los apostadores por -239 con respecto a los Nationals.

“Nos va a costar mucho trabajo asimilarlo, pero es difícil pensar que vas a ganarle a un gran equipo como ellos, al que hay que darle mucho crédito, cuando perdonas tantas veces con corredores en las bases y en especial en posición de anotar”, agregó Chirinos.

Los Astros dejaron 10 hombres en las bases en el Juego 7 y sólo batearon un imparable en ocho turnos con corredores en posición de anotar. Tuvieron apenas dos hits con corredores en posición anotadora en la serie.

“Eso empieza por mí. Fui incapaz de tocar bien la pelota. Pude traer un par de carreras desde el principio si hubiera tocado bien la pelota”, reconoció Chirinos.

Para José Altuve, el de 2019 fue un Clásico de Otoño de pesadilla cuando se trató de pegar el batazo oportuno, luego de dejar 20 corredores en las bases durante la serie.

“Los dejamos, los dejamos… así es el beisbol”, respondió Altuve. “Nada es garantizado en este deporte. Tenemos que salir todos los días y así dejemos 20 corredores en las bases, nosotros vamos a seguir positivos. Ya perdimos el juego, ya lo que nos queda es prepararnos para el año que viene”.

Altuve, junto con otros Astros como Alex Bregman y Carlos Correa, pasaron buen tiempo sentados en el piso del clubhouse, muy juntos, aunque casi sin dirigirse la palabra. Ni siquiera revisaban sus teléfono celular, como suelen hacerlo todo el tiempo en cuanto entran al vestidor.

Enfrente de ellos, también en el vestidor, Héctor Rondon y Roberto Osuna también murmuraban entre ellos, con ojos vidriosos, como si aguantaran las ganas de llorar.

A un lado, el lanzador mexicano revelación de la Serie Mundial, Jose Luis Urquidy, reconocía que había sido un golpe duro para un equipo que regresó de Washington la madrugada del lunes, después de derrotar tres veces en fila a los Nationals, a un triunfo del segundo campeonato en tres años para una franquicia que ha ganado más de 100 juegos en temporadas consecutivas.

“Desgraciadamente no se logró el objetivo“, lamentó Urquidy. “Hay que darle mérito al equipo de Nacionales. Ni modo. Dimos lo mejor de nosotros. No se pudo. Esperemos lograrlo la próxima temporada”.