El primer juego de una Serie Mundial en Wrigley Field después de 71 años terminó igual que el último que se jugó allí en 1945: con derrota de los Cachorros de Chicago.
Fue un partidazo, decidido por la mínima, 1-0, tras un duelo de pitcheo entre los abridores Josh Tomlin, de los Indios de Cleveland, y Kyle Hendricks, de los Cachorros, aunque ambos salieron sin decisión, tras cuatro innings y dos tercios y cuatro episodios y un tercio, respectivamente, dejando todo en manos de los relevistas.
El bullpen de los Indios volvió a lucir inmenso, con cuatro y un tercio de labor sin permitir libertades, con apenas tres hits y siete ponches.
Lo de Andrew Miller fue una vez más, extraordinario. En un capítulo y un tercio abanicó a tres de los cuatro bateadores que enfrentó.
La única carrera del juego llegó en el llamado inning de la suerte, el séptimo, ante el derecho Carl Edwards, tercer serpentinero utilizado por el manager de Chicago, Joe Maddon.
El boricua Roberto Pérez volvió a batear oportunamente y abrió la entrada con sencillo, para dar paso al dominicano Michael Martínez como corredor emergente.
El mentor de Cleveland, Terry Francona, echó mano a todo su arsenal táctico disponible y le salió bien.
Un sacrificio en toque llegó a Martínez a segunda y un envío descontrolado de Edwards lo llevó a la antesala.
Rajai Davis recibió pasaporte y con corredores en las esquinas, Francona envió de emergente a Coco Crisp por Miller.
Fue aquí donde Maddon cometió un error que le costó el partido: dejó que Edwards, derecho, le lanzara a Crisp, ambidextro, pero mucho más efectivo cuando se coloca a la zurda.
El emergente sonó cañonazo remolcador al jardín derecho, a pesar de tener los Cachorros al zurdo Mike Montgomery listo en el bullpen.
En el final del noveno, ante el cerrador Cody Allen, Anthony Rizzo, abrió con sencillo y nuevamente Maddon equivocó la estrategia.
Debió sacrificar a Ben Zobrist para mover a la intermedia a Chris Coghlan, corredor emergente por Rizzo, con la potencial carrera del empate.
Sí, ya sé que pueden alegar que Zobrist es el cuarto bate, pero en realidad no es un verdadero cuarto bate.
El hombre terminó ponchándose y luego Coghlan avanzó a segunda en jugada de bateo y corrido, en la que fue puesto out en primera el venezolano Willson Contreras.
Jason Heyward, sustituto del cubano Jorge Solar, a pesar de que este disparó dos de los únicos cuatro hits del equipo, volvió a fallar, pero quedó con vida gracias a error del inicialista Mike Napoli.
Pero el boricua Javier Báez se ponchó para el out 27 y todo quedó en la amenaza.
Miremos atrás: si Zobrist se hubiera sacrificado y luego Coghlan hubiera llegado a tercera con la rola de Contreras a primera, habría anotado el empate con el error de Napoli y quizás todavía estuviéramos jugando.
Con esta victoria, los Indios aseguraron, al menos, regresar a Cleveland, si es que no consiguen ganar los dos juegos que restan en la Ciudad de los Vientos.