¿Cómo hay que hacer para ganarles a Max Verstappen y Red Bull? La pregunta que se hacen todos los equipos de Fórmula 1 no encuentra una respuesta y los resultados lo demuestran. Ahora bien, después del GP de Mónaco, séptima fecha del Mundial que se ve íntegramente por Star+ (no incluye México), la duda será: ¿se los puede vencer? Parece imposible tras la paliza conductiva del bicampeón, nivel de chasis y manejo de la estrategia que realizó el team de las bebidas energizantes.
Sí, es cierto, algún Gran Premio tal vez se les escape a los austríacos a lo largo del largo ejercicio 2023 de 22 carreras (se bajó una tras la suspensión de Emilia-Romagna). Pero que al cierre de la temporada Verstappen será el campeón de pilotos y Red Bull de Constructores paga muy poco. Lo de Mónaco fue magistral. Stop, rewind.
Es viernes en el principado. Arranca la actividad en las glamorosas calles monegascas con el primer entrenamiento. Verstappen se pelea con su RB19. “Si seguimos así voy a chocar”, dispara por la radio. El auto no tenía buen balance y el bicampeón se muestra preocupado. El sexto lugar final, a 872 milésimas de la Ferrari de Carlos Sainz, es la muestra cabal de un auto que no funcionaba. Red Bull no se duerme, con el genio de Adrian Newey (el ideólogo de cada diseño del Toro) a la cabeza, el equipo mete mano y terminan en lo más alto en la segunda práctica. La casa y ya estaba en orden.
Es sábado en Mónaco. La construcción de la magnífica victoria continúa el sábado con una infartante pole position que Verstappen logra en el último instante, cuando en Aston Martin se relamían con la chance de tener a Fernando Alonso en el primer cajón. Pero ni Red Bull ni Max fallaron.
Y llegó el domingo. El equipo inglés del magnate Lawrence Stroll apuesta por una estrategia diferente con Alonso: cubiertas duras para estirar la detención y apostar a ganarle a Red Bull. Verstappen salió con neumáticos medios y… Giró más que Alonso. ¿Por qué? Porque el chasis RB19 es imponente: es rápido y cuida el neumático. La carrera estaba terminada, pero cayó un invitado sin tarjeta: la lluvia. Caos total, ¿cuándo parar, que neumáticos poner, qué hacer, cómo evitar irse afuera?
Y ahí también ganó Red Bull. Porque Aston Martin llamó a Alonso cuando ya caían gotas y las nubes negras presagiaban más intensidad de agua, pero el encargado de la estrategia de Nano optó por ¡lisas! Sí, cubiertas medias para piso seco. Un error insólito que condenó cualquier posible intento para el bicampeón 2005/2006. Ya pensar en vencer a Verstappen era casi utópico, pero si para colmo puertas adentro se equivocan… Para vencer al neerlandés y a Red Bull hay que hacer todo perfecto, no fallar en nada y aguardar alguna cuota de suerte. El chubasco podía ser esa parte de fortuna y Aston Martin la dilapidó. “Fue difícil. Empezamos con duros y jugamos a una estrategia larga, pero Max manejó muy bien con medios y no hemos tenido ninguna oportunidad. La lluvia ha hecho que se complicaran las cosas y no era fácil conducir. No pude aplicar toda la potencia, las frenadas eran complicadas, me ha sorprendido que no haya habido ningún incidente, ni coche de seguridad", aseguró el asturiano, el único que pudo presentarle cara a Red Bull este año y que en Mónaco sumó su quinto podio en seis carreras (solo falló en Azerbaiyán).
Al error de Aston Martin se le puede sumar a Mercedes-Benz que no tiene un auto para luchar contra Red Bull, más allá de la mejora con el nuevo paquete aerodinámico; a Ferrari, que más allá de un SF-23 que no está a la altura, son una máquina de fallar en la estrategia (la furia de Carlos Sainz por la radio en Mónaco es la prueba); a Alpine, que ya se puede dar por contento con el podio de Esteban Ocon en el principado; y hasta a Checo Pérez. Sí, porque si Verstappen tenía (o tiene) un rival es su compañero de equipo, justamente porque cuenta con un arma similar. Sin embargo, el mexicano se mancó feo en la clasificación monegasca, condenó sus chances de pelear y perdió un terreno gigante en su sueño de campeonar.
Sin los rivales no tienen nivel técnico, fallas en decisiones y se equivocan cuando no hay que hacerlo, el camino de Verstappen hacia el tricampeonato está allanado. “Pude manejar bien los neumáticos medios en la primera parte. Después llegó la llamada correcta y las cubiertas correctas. Y luego fue mantenerlo en pista en las últimas 25 vueltas porque estaba muy difícil. Es más divertido ganar así”, dijo Max. Mejor resumen, imposible. Nadie está a la altura de la dupla Verstappen-Red Bull. La pregunta final que quedó flotando en Mónaco tras la paliza de fue: ¿cuántas fechas antes se asegurará el título?