“Sabíamos que iba a ser un fin de semana complicado para poner todo en su lugar. Fuimos mejorando y en clasificación pusimos todo. En el último intento fui precavido en la curva 1, pero di todo en el final. Estoy feliz de tener la pole position”, dijo Max Verstappen con una pasmosa tranquilidad que contrastó con la increíble y electrizante clasificación que se vivió en el GP de Mónaco, séptima fecha de Fórmula 1 que se vive por Star+ (no incluye México).
Muchas veces el callejero monegasco regala carreras soporíferas por su intrincado dibujo que no permite sobrepasos. Nadie sabe qué ocurrirá con la competencia de este domingo, pero el espectáculo ya se pagó con la clasificación. El cierre de la Q3, sin dudas, ya tiene asegurado un lugar en el resumen de lo mejor del ejercicio 2023. Pasó de todo: nervios, pilotos que nadie esperaba coqueteando con la pole, el veterano que da pelea, golpe a un muro… De todo.
Fernando Alonso se metió primero en el intento inicial de Q3, dejando lejos a Verstappen, quien cerró un giro muy malo. Y de golpe apareció Esteban Ocon con su Alpine en lo más alto. ¿Alguien lo esperaba? Nadie. Pero ahí estaba el francés. De la nada surgió Charles Leclerc para dominar, cuando faltaba poco más de un minuto para el final. La alegría le duró poco al local, porque otra vez se metió el español de Aston Martin. Los mecánicos del equipo del magnate Lawrence Stroll ya se abrazaban, pero en pista estaba él. Sí, Max, el que no deja nada y regala nada. Y en su último intento no venía bien, como él mismo lo dijo, por cuidar en la primera curva, esa en la que su compañero Checo Pérez había dilapidado sus opciones al pegarse durísimo contra el muro en Q1 (el mexicano largará último). Pero en el tercer pacial, Verstappen voló, si ¡hasta le pegó al muro en la entrada a la recta! Y le bajó el tiempo a Alonso para ser el 1. En el box del equipo inglés no daban crédito a lo que veían. En las caras se mezclaban sonrisas incrédulas con, caras de asombro y gestos de decepción. En las huestes del team de las bebidas energizantes explotaron todos, de alegría, porque el umbral de sorpresa con Vertappen ya está en otro planeta.
“Sin dudas que la pole acá es muy importante. Max fue un poquito más rápido en el último intento. Es una lástima. El sector final parece el más flojo para nosotros. Trataremos de ganar desde el segundo lugar de partida”, dijo Alonso, sin ninguna mueca de frustración. Claro, el asturiano está curtido por mil batallas. Leclerc, en cambio, no ocultó su bronca por partir desde la segunda fila: “No estoy contento con la posición tres. Fue una clasificación engañosa, tuve muchos problemas con el auto, rebotaba mucho. Pero lo manejamos para quedar cerca”, analizó el monegasco. Si el representante de la Scuderia no estaba feliz con el tercer cajón, pero estuvo un rato después cuando fue penalizado con tres grillas por obstaculizar a Lando Norris en el túnel durante la Q3.
Una vez más, todos vieron como Verstappen sacó a relucir todo su talento y el gran andar de su Red Bull para dominar. Desde el equipo de Milton Keynes ya habían avisado que Mónaco sería un trazado difícil para el RB19 y el neerlandés vivió de todo para llegar a la pole. Desde aquel arranque complicado de la primera práctica, en la que directamente dijo por radio que iba a chocar por lo mal que andaba el auto hasta esa pole mágica, con choque incluido, vaya paradoja. Este domingo llegará el momento de la carrera, de aguantar los embates de Alonso, y un viejo zorro que bien sabe que para superar autos en el principado hay que obligar al error del de adelante. “Puede pasar muchas cosas, auto de seguridad, lluvia…”, dijo Max. Ah, la chance de pista mojada está y ahí… Sí, una ruleta.