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Fórmula 1: Checo Pérez, envuelto en sus fantasmas y Leclerc, arriba en el arranque de Hungría

En las oficinas de Red Bull en Milton Keynes no son muy adoradores de Job, más bien, todo lo contrario. Job fue un patriarca que aparece en las escrituras de la Biblia y se lo conoce como el santo de la paciencia, porque soportó las pruebas más duras que Satán puso en su camino, siempre siguiendo el camino de Dios y sin blasfemar. El equipo de las bebidas energizantes no hace un culto de la tolerancia en la Fórmula 1 y para muestra sobra un botón: Nyck de Vries fue la última víctima de un sistema casi marcial, al ser destituido después de diez carreras en Alpha Tauri para ser reemplazado por Daniel Ricciardo. El australiano ocupó su lugar desde el GP de Hungría, 12ª fecha del ejercicio 2023 que se vive por Star+ (no incluye México).

El férreo Helmut Marko es quien lidera el sistema de dureza a ultranza. El austríaco, quien llegó como asesor del fallecido Dietrich Mateschitz (el creador de Red Bull) es el encargado del programa de desarrollo de jóvenes y quien toma determinaciones que hasta Christian Horner, director el team, escucha y acata. A Marko no le tiembla el pulso si tiene que descartar a un piloto casi como una moneda de cambio si no cumple las expectativas que recaen sobre sus hombros. Así paso con De Vries en los últimos días. Pero también ocurrió con Pierre Gasly o Alex Albon en su momento. Por estos tiempos, los ojos de Marko están posados sobre Checo Pérez. El mexicano llegó en 2021 para ocupar el lugar del tailandés y aportó en la causa llamada Max Verstappen. En 2022 se quedó con una espina clavada: el subcampeonato, posición que Red Bull quería para cerrar por primera vez un Mundial con el 1-2 en pilotos.

El arranque de 2023 fue prometedor para el tapatío. Ganó dos de las cuatro primeras fechas (Arabia Saudita y Azerbaiyán) y hasta se animó y lanzar una palabra muy fuerte: título. Sí, Pérez se ilusionó con la posibilidad de pelear por la corona de la 74ª temporada de Fórmula 1. Pero repentinamente un cono de sombras se metió de lleno en la actualidad de Checo. La racha arrancó en Mónaco y parece no tener fin: acumula cinco carreras en fila sin llegar a Q3 (Mónaco, España, Canadá, Austria y Gran Bretaña) y, para colmo, arrancó el GP de Hungría de la peor manera.

El mexicano se pegó contra un muro en la primera vuelta de instalación de la práctica inicial del fin de semana. Justo en el momento en el que debe rendir examen, más se envolvió en sus propios fantasmas. “No lo puedo creer”, dijo por la radio al tiempo que rogaba por el perdón del equipo. La transmisión oficial de la categoría, tras repetir el accidente de Checo desde varios ángulos (pisó el pasto con la rueda trasera izquierda en la quinta curva y perdió el control), la siguiente imagen fue la de Ricciardo en el Alpha Tauri. ¿Casual? Parece difícil que lo sea, porque justamente el retorno del australiano a la actividad en el segundo equipo de las bebidas energizantes se convirtió en una amenaza a futuro. “Es frustrante, Pérez cometió un error al poner las ruedas sobre el césped. Esperemos que el daño se contenga solo en la parte delantera del coche”, fue el lacónico mensaje de Horner. "Fue un error por mi parte, pero los chicos hicieron un trabajo fantástico reparando el coche para rodar en la segunda prácitca", explicó Pérez.

Es cierto, en la previa al desembarco en el Hungaroring, fue el mismo Horner quien habló de la dupla 2024 para Red Bull: “Obviamente Max y Checo volverán a ser nuestros pilotos el próximo año”, dijo el inglés. Claro, a De Vries también lo habían contratado para toda la temporada en Alpha Tauri y hasta lo confirmaban en su puesto cuando los rumores sobre la salida del neerlandés eran intensos. Eso sí, el director del equipo campeón dejó flotando algo más: “Siempre es bueno tener talento a mano", contó sobre el ascenso de Ricciardo de reserva de Red Bull a titular en Alpha Tauri.

RESULTADO DE LOS ENSAYOS

Verstappen fue consultado sobre el australiano y aseguró: “Nos llevamos muy bien; si le va bien donde está ahora, entonces, por supuesto, tiene la oportunidad de volver a subir. Estaría dispuesto a volver a formar equipo con Ricciardo. Nunca quise que se fuera". Nada bueno sus dichos para las huestes de Checo.

Pérez parece no poder salir de su pesadilla. A las cinco carreras sin entrar en Q3 le sumó un error de novato carísimo en Budapest. En la segunda tanda no pudo ir más allá del 18º puesto, en un entrenamiento raro en el que el campeón fue 11º. Solo Checo puede salir de la situación y sabe que debe asegurar el 1-2 en el Mundial de pilotos para Red Bull para que las palabras de Horner sobre 2024 se cumplan. Porque por encima está Marko, quien claramente está muy lejos de Job.

En un día raro, sin Verstappen en los primeros planos, Charles Leclerc puso arriba a su Ferrari en el primer día de actividad. La verdad se verá en la clasificación, allí donde Checo no puede volver a fallar.