El tetracampeón no ocultó su malestar por la determinación de la dirección de carrera de haber decidido retrasar el inicio de la 13ª fecha en Spa-Francorchamps a la espera de que la pista se secara.
Primero hay que aclarar algo: la decisión de dirección de carrera de postergar el comienzo del GP de Bélgica a la espera de una mejora en las condiciones climáticas, complicaron deportivamente a Max Verstappen. No fue el único, claro está, pero el neerlandés había comenzado el fin de semana con su Red Bull muy descargado aerodinámicamente para defenderse con velocidad de los ataques de sus rivales en las largas rectas de la Spa-Francorchamps. El resultado fue fantástico: se clasificó segundo para la carrera sprint, superó a Oscar Piastri en la primera vuelta en la recta de Kemmel y firmó un gran triunfo. Todavía quedaba una decisión importante: ¿cómo clasificarse el sábado a la tarde? Con la lluvia anunciada para el domingo, sería imposible conducir el RB21 sobre el agua. Por eso, en el team de Milton Keynes determinaron cambiar la puesta a punto, resignar algo en la qualy y apostar todo a la pista mojada del domingo. Y llovió nomás, pero la dirección de carrera no comenzó la competencia.
La carrera se puso en marcha 90 minutos después del horario pactado, cuando ya no llovía y el sol se había asomado. Con el pasar de la primera decena de giros, el asfalto estaba seco y todos fueron por neumáticos lisos. El plan de Verstappen naufragó. "Madre mía", dijo el tetracampeón por radio cuando le avisaron que la partida se cancelaba, después de dar la vuelta de formación, en el horario pautado inicialmente. Después de la carrera, en la que Max fue cuarto y nada pudo hacer para atacar a Charles Leclerc (tercer con la Ferrari), mostró su enfado por la determinación. Y no solo por el perjuicio que le causó, fue más allá y habló de las bases de la F1.
"Tomamos una decisión con la configuración y solo nos permitieron conducir en condiciones casi resbaladizas, así que fue un poco decepcionante. Por supuesto, después de Silverstone hablamos de ser un poco más cautelosos con las decisiones, pero para mí esto fue el extremo opuesto. Fue una decisión que tomamos con la puesta a punto del coche, que luego fue errónea, por supuesto, porque no nos permitían correr en mojado (NdeR: después de la qualy el auto está en parque cerrado y no se puede cambiar la configuración). Una vez que pasamos a los neumáticos de seco, fui demasiado lento en la recta. Y, además, con los problemas de equilibrio que ya tengo con este coche, todo empeoró un poco", dijo Verstappen.
Max analizó cómo estaba la pista en el momento que se determinó la postergación: "Entre las curvas 1 y la 5 había bastante agua, pero si hubiéramos dado dos vueltas detrás del coche de seguridad, habría estado mucho más despejado. Y el resto de la pista estaba lista para la carrera. Cuanto más corras, mejor. Y si no puedes ver, siempre está la posibilidad de levantar. Llegará un momento en que verás... Como están las cosas, es mejor decir: '¿Sabes qué? Esperemos a que se seque por completo y luego empezamos con slicks'. Porque esto no es realmente correr bajo lluvia para mí. Al final, hacen lo que quieren. Pero me parece una pena para todos. Ya no se verán estas clásicas carreras sobre mojado", fue el duro mensaje del piloto de Red Bull.
Carlos Sainz tuvo una opinión completamente opuesta a la del campeón: "En una pista normal, se podría haber corrido, creo que podríamos haber salido unos 5 o 10 minutos antes. En Spa-Francorchamps y con la historia de este circuito, más vale prevenir que sufrir un accidente y lamentarlo". El tema quedó planteado.
