El Jacob deGrom de 2021 fue una síntesis de excepcional atleticismo, perspicacia, competitividad y analíticas, y es lógico que lo que fue el verano pasado, antes de quedar fuera de juego por un problema en el codo, fuera el mejor lanzador abridor que jamás hayamos visto. Aportó en 10 carreras como bateador, anotando cuatro e impulsando seis, y como lanzador permitió 11 carreras limpias en 92 entradas. Los oponentes tuvieron un extrabases contra él con corredores en posición de anotar.
Sin embargo, hay una pregunta que los evaluadores han planteado discretamente: ¿estarían mejor él y los Mets de Nueva York si el mejor lanzador del planeta retrocediera un poco? Más específicamente: ¿se beneficiaría deGrom si reduce su velocidad récord y, en cambio, trabaja de manera más consistente a una velocidad que no requiera extender su capacidad al límite con cada lanzamiento?
En sus 15 salidas la pasada temporada, el promedio de velocidad de la recta de deGrom fue de 99.2 millas por hora, la más alta para cualquier lanzador con al menos 200 bolas rápidas lanzadas como abridor (la data se remonta al 2008, el inicio de la era del registro de lanzamientos).
El que deGrom haya alcanzado esa velocidad en una temporada en la que tuvo 33 años de edad refleja cuánto ha crecido su entendimiento en el uso más eficiente de su cuerpo -en cómo aplicar sus largas piernas, brazos y dedos al catapultar la pelota. Acorde a miembros del equipo de los Mets, deGrom regularmente pregunta cómo estuvo su velocidad, entendiendo que es un buen barómetro de cómo utiliza su cuerpo.
Pero como la velocidad de las rectas ha aumentado entre todos los lanzadores en los últimos años, existe una conversación paralela: si los lanzadores estaran aumentando las posibilidades de lastimarse mientras se esfuerzan por lanzar más fuerte. Entre las bolas rápidas que lanzó deGrom la temporada pasada, el 61.9 % fueron a 99 mph o más. El último lanzamiento que lanzó en su apertura el 7 de julio, a Jace Peterson de Milwaukee, fue de 100.2 mph. Y no tiró otro en un juego en 2021.
Durante años, el procedimiento operativo estándar entre muchos lanzadores de élite, desde Pedro Martínez hasta Roger Clemens y Justin Verlander, fue reservar sus rectas de máximo esfuerzo para los grandes momentos, aumentando su velocidad cuando intentaban cerrar una jugada, una entrada. El ex lanzador de los Yankees, Masahiro Tanaka, hacía esto de manera rutinaria, generalmente lanzando su bola rápida a 89-91 mph antes de aumentar a 94-95 mph cuando era necesario, como un corredor de larga distancia que hace un empuje final al acercarse a la línea de meta.
¿Estaría mejor deGrom lanzando a 93-95 mph, confiando menos en la velocidad y más en su dominio excepcional?
El año pasado, deGrom seguía siendo un gran lanzador incluso cuando no lanzaba a 99 mph o más. Paul Hembekides analizó estos números y dijo: "su bola rápida no necesita alcanzar los tres dígitos para que sea increíblemente efectivo".
Su velocidad en realidad podría ser su segunda mejor arma. El dominio total de DeGrom de esa franja de espacio sobre la esquina del plato del lado del guante (de afuera para los bateadores diestros, de adentro para los zurdos) marcó la diferencia. Como señaló Hembekides, permitió un OPS de .329 en 2021 en lanzamientos en la mitad exterior. Eso es comparable a cómo los lanzadores batearon en toda la liga la temporada pasada (OPS de .293). Casi un out automático.
Un exmiembro del personal de los Mets que conoce y admira a deGrom cree que para el lanzador derecho, la noción de reducir la velocidad es, bueno, impensable. "Es un jugador y una persona tan competitiva como jamás haya conocido a alguien", dijo el miembro del personal. "No sé si es capaz de bajarle, aunque sea por su propio bien".
Y ese tipo de ajuste es más complicado de lo que suena. Un ejecutivo de otro equipo comentó que los lanzadores de esta generación entrenan sus cuerpos para trabajar a mayores velocidades. "El ha estado lanzando a esa velocidad y su cuerpo está condicionado a lanzar a esa velocidad", dijo. "Está aplicando equis cantidad de energía, con equis eficiencia, y trabajar a velocidades menores podría incluso recargar la carga sobre las partes de su cuerpo involucradas en el lanzamiento. El cuerpo responde a diferentes fuerzas y torque. Cuando usted cambia la mecánica de su lanzamiento, no significa necesariamente que se va a lastimar, pero puede ocurrir".
No está claro cuál es el status de deGrom para el inicio de la temporada 2022. Pero en la pasada demostró que, cuando está en el montículo es el mejor, quizás el mejor de la historia.
Estos son los principales diez lanzadores del béisbol de Grandes Ligas, basado en la consideración de evaluadores de la industria, seguido por los principales diez relevistas: