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¿Qué pasó con el ex mariscal de campo JaMarcus Russell?

Los Oakland Raiders son una franquicia que ha vivido grandes momentos, con algunos puntos bajos como todos los equipos, muchas mudanzas y uno de los mayores fiascos en la historia del draft.

Era la primavera del 2007, Peyton Manning acababa de ganar su primer Super Bowl con los Indianapolis Colts y el que para muchos debió ser el Jugador Más Valioso de esa victoria sobre los Chicago Bears, el corredor Dominic Rhodes, acababa de firmar un contrato con los Raiders, que ese año tenían la primera selección global del draft.

Había muchas razones para estar ilusionado en Oakland luego de una terrible temporada 2-14 que culminó con el despido del entrenador en jefe Art Shell, por fin parecía que la suerte le sonreía a la franquicia.

Los Raiders apostaron entonces por un joven coach en Lane Kiffin para transformar la ofensiva del equipo y en el horizonte se asomaba un mariscal de campo que estaba acaparando los reflectores luego de llevar a los LSU Tigers a una temporada 10-2 y la victoria 41-14 sobre el Notre Dame Fighting Irish en el Sugar Bowl de ese año, su nombre: JaMarcus Russell.

En sus tres temporadas en LSU, Russell completó 493 pases para 6,625 yardas con 52 touchdowns y 21 intercepciones, números bastante sólidos que unidos a su gran tamaño --6 pies con 5 pulgadas de estatura y 265 libras de peso-- lo convertían en un gran prospecto para la posición, alguien que simplemente no podías dejar pasar en el draft.

Durante el Combinado de Talento, Russell registró 4.83 segundos en la carrera de las 40 yardas y mejoró su tiempo durante el pro day de LSU a 4.78 segundos, seguía siendo un gran tiempo para un quarterback de bolsillo que sólo tuvo 18 acarreos en su última temporada con los Tigers.

Era absurdo pensar que los Raiders dejarían pasar a un prospecto así y tomaron con la primera selección global, en un sorteo que tuvo a jugadores como el receptor abierto Calvin Johnson, el tackle ofensivo Joe Thomas, el corredor Adrian Peterson y el apoyador Patrick Willis, todos ellos candidatos al Salón de la Fama. También fue elegido en la primera ronda su primo el corredor Marshawn Lynch, quien este año salió del retiro para jugar con los Seattle Seahawks.

La carrera de Russell no comenzó de la mejor manera, estuvo involucrado en una larga disputa contractual que lo obligó a perderse todo el campamento de entrenamiento y se prolongó hasta que estaba iniciada la temporada. Los Raiders le dieron un acuerdo por seis años y 68 millones de dólares, 31 de ellos garantizados.

Lo largo de la negociación fue proporcional a la espera de Russell para debutar en la NFL, hasta la victoria Semana 13, 24-30 sobre los Denver Broncos. El primer partido como titular llegó en la Semana 17, en la derrota 17-30 ante los San Diego Los Angeles Chargers, en la que Russell lanzó un pase de touchdown y una intercepción.

Russell decidió no jugar su último año colegial con LSU, que esa temporada terminó ganando el tercer campeonato nacional de su historia detrás de Matt Flynn.

En el 2008, Russell arrancó la temporada como titular y poco tiempo después comenzaron los problemas, con el depido de Kiffin durante la semana de descanso luego de un inicio 1-3 y fue reemplazado por Tom Cable --el mismo Tom Cable que fue acusado de golpear en el rostro a un asistente-- en camino a terminar 5-11 con dos victorias consecutivas sobre los Houston Texans y Tampa Bay Buccaneers en las que Russell lanzó cuatro touchdowns y una intercepción, dando nuevamente esperanzaa a la franquicia de tener una mejor campaña en el 2009... pero nada más alejado de la realidad.

Para el 2009 comenzó a hacerse evidente el peso excesivo de Russell y su desempeño dentro del campo fue en declive luego de perder la titularidad durante la temporada y ser pasado por alto cuando se lesionó el suplente Bruce Gradkowski para dejarle su lugar a Charlie Frye. Russell disputó nueve partidos en los que lanzó tres pases de anotación por 11 intercepciones. El último partido de Russell en la NFL fue en el triunfo de la Semana 15 en Mile High sobre los Broncos, cuando salió de la banca y lanzó un pase de touchdown a Chaz Schilens con 35 segundos por jugar en el último cuarto para amarrar la victoria 20-19.

En la temporada baja del 2010, Russell se reportó a los entrenamientos de primavera pesando entre 290 y 300 libras provocando que los Raiders dieran vuelta a la página y adquirieran a Jason Campbell antes de cortar a Russell, quien no fue reclamado por ningún equipo.

Russell tuvo múltiples intentos de volver a la NFL, haciendo pruebas con los Chicago Bears, Baltimore Ravens, Miami Dolphins y Washington Redskins, pero no volvió a recibir una oferta para jugar.

En el 2016, durante una entrevista con Sports Illustrated, aseguró que estaría dispuesto a jugar sin cobrar.

"Lo que sea, puedo ser aguador o trabajar con el equipo de prácticas", indicó Russell en la entrevista. "No importa, jugaré gratis".

La pobre ética de trabajo y su incapacidad de sobreponerse a la adversidad marcaron la carrera de un jugador que parecía tener todas las herramientas necesarias para alcanzar el éxito en la NFL, con su gran estatura, un brazo potente y presencia en la bolsa de protección, pero todo terminó en tres años con un récord 7-18 en los que completó 354 pases para 4,083 yardas con 18 touchdowns y 23 intercepciones, además sufrió 70 capturas y nunca llegó a completar el 55 por ciento de sus pases.

Russell eventualmente desistió en sus intentos de volver a la NFL como jugador y terminó convirtiéndose en entrenador.

En el 2018, Russell regresó a Mobile, Alabama, para convertirse en entrenador de mariscales de campo en la preparatoria Williamson, donde jugó durante cuatro temporadas antes de ir a LSU.

"Es especial volver a la escuela donde todo comenzó para mí", declaró Russell de acuerdo a AL.com. "Es una generación diferente ahora, fui a una escuela con algunos de los padres de estos chicos".

La temporada pasada, Russell, de 34 años de edad, fue promovido a coordinador de ataque aéreo de los Lions luego de demostrar su deseo de ayudar al equipo y la comunidad en la que creció.

"Nunca pensé que querría hacer esto, pero salió de mi corazón", indicó a AL.com. "Llega un momento en tu vida cuando has hecho muchas cosas y quieres retribuir. En este momento, lo mejor para mí es seguir ayudando a mi comunidad a prosperar de cualquier manera posible. Sólo quiero transmitir lo que sé, lo que he visto como jugador para ayudar a la ofensiva, defensiva. Estoy aquí para ayudar al equipo a mejorar".

Tal vez este termine siendo el camino al éxito por el que tanto luchó Russell en su juventud y el que arruinó durante su carrera en la NFL, sólo el tiempo lo dirá.