Los New York Giants han dejado a Daniel Jones y su ofensiva en manos de Jason Garrett para el 2020
La última reconstrucción de los New York Giants lleva, aparentemente, una década. Fuera de un atípico año de 11-5 en la primera temporada de Ben McAdoo como entrenador en jefe en el 2016, el resto de la mayor parte de la década --después de que conquistaran el Super Bowl XLVI con Tom Coughliln al timón-- ha sido para el olvido en la Gran Manzana.
El último cambio de dirección en la reconstrucción ocurrió apenas el pasado 8 de enero, con la contratación de Joe Judge como nuevo head coach.
Judge viene de los New England Patriots, donde fungió como coordinador de equipos especiales desde el 2015 al 2019. Aunque no es un paso necesariamente típico, pasar de equipos especiales a entrenador en jefe, no es un caso único, Lo mismo hizo John Harbaugh para asumir el mando de los Baltimore Ravens.
Las primeras reseñas salidas de New York, sin embargo, no son del todo positivas. Judge ha sido criticado por la feroz prensa neoyorquina por, aparentemente, caer en el mismo vicio que ha ayudado a enterrar a tantos otros que recorrieron el mismo camino: el querer convertirse en un clon de su antiguo jefe, Bill Belichick.
Algunas actitudes de Judge en su primer campamento no han sido bien vistas, incluyendo, por ejemplo, no referirse a los jugadores por nombre ante reporteros, sino únicamente por posición. El equipo ni siquiera ha disputado su primer encuentro bajo el mando de Judge, pero ya hay cierto escepticismo en torno a Judge. Claro, todo eso cambiará si los Giants empiezan a ganar. Eso sí, el nivel de talento general en la plantilla no sugiere que eso vaya a ocurrir muy a menudo en el 2020.
¿Podrá Jason Garrett llevar a Daniel Jones al siguiente paso en su desarrollo?
No quepa ninguna duda, Garrett pasó sus nueve años y fracción como entrenador en jefe de los Dallas Cowboys entre los más criticados de la NFL. Su manejo situacional de fútbol americano y administración de los tiempos, por ejemplo, era menos que ideal. A menudo, también se le atacó por una personalidad un tanto pasiva que parecía inspirar poco a la plantilla.
Dejando eso de lado, su mandato no fue un desastre total. En su tiempo con el cargo, el club sufrió solamente una temporada perdedora. Lo más importante, sin embargo, fue el trabajo que hizo, incluso, antes de asumir como head coach, desde el puesto de coordinador ofensivo al que accedió en el 2007.
Garrett, un ex quarterback de NFL, fue instrumental en el desarrollo de Tony Romo y Dak Prescott, quienes se combinan para seis Pro Bowls y cinco títulos divisionales bajo la tutela de Garrett. Claro, Romo siempre fue, y Prescott sigue siendo, muy criticado por no haber podido ganar un Super Bowl. Pero si Garrett logra exprimirle un nivel comparable a Jones --tomando en cuenta que no tendrá las distracciones propias que vienen con el puesto de head coach, sino se enfocará únicamente a las tareas de coordinador para New York--, su llegada a los Giants deberá considerarse un éxito.
Judge ya anunció de una manera muy pública que su ofensiva será muy similar a lo que hacía Dallas en el 2019. En términos de personal, Saquon Barkley es un talento comparable a Ezekiel Elliott, aunque de características muy diferentes. Y aunque Evan Engram debe ser un ala cerrada más dinámica de lo que fue Jason Witten el año pasado, el grupo de receptores abiertos liderado por Golden Tate, Sterling Shepard y Darius Slayton está claramente algunos escalones por debajo de lo que ofrecían Amari Cooper, Michael Gallup y Randall Cobb.
Aun así, la clave está en la posición de quarterback. Jones tuvo un inicio positivo en sus primeros minutos como titular, a partir de la Semana 3, debutando como titular con dos touchdowns sin intercepciones frente a los Tampa Bay Buccaneers, y ganando ese y el partido de la Semana 4, de gira ante Washington.
Más rápido llegó el apodo de 'Danny Dimes' que las derrotas de los Giants, quienes perdieron nueve de sus siguientes 10 compromisos. En este lapso, hubo salidas con números impresionantes para Jones, incluyendo actuaciones de cuatro touchdowns sin intercepciones contra los Detroit Lions y New York Jets (ambas derrotas), y una salida de cinco touchdowns sin intercepciones en otra victoria ante Washington. Sin embargo, en esos tres partidos, Jones también acumuló un combinado de seis balones sueltos, dos de ellos perdidos. En total, Jones sufrió al menos un balón suelto en cada uno de sus últimos ocho partidos, y en 10 partidos en la campaña. De 18 balones sueltos en total para el año, perdió 11, que hay que sumar a sus 12 intercepciones lanzadas como su mayor problema hasta ahora.
A diferencia de Prescott, quien ha sido muy cuidadoso con el ovoide a lo largo de su carrera, Jones tiene mucho por trabajar en este sentido. Reportes desde el campamento señalan que los balones sueltos son una tendencia que se mantiene --a pesar de que los defensivos tienen prohibido golpear al quarterback--.
Hay talento en el brazo de Jones, pero la primera asignatura de Garrett, incluso antes de sistema y conceptos, tiene que ver con no perder la posesión del balón.
¿Quién es el rostro nuevo a seguir?
Está claro que un quarterback que goza de protección deficiente estará más vulnerable a los golpes de los defensivos, y a partir de ahí, será más proclive a las entregas de balón. Jones sufrió 38 capturas el año pasado, un número bastante alto, considerando que ni siquiera inició los 16 partidos de la temporada. Hubo, incluso, un juego de ocho capturas ante los Arizona Cardinals. En esas situaciones, es complicado pedirle a un jugador que lance con ritmo y mantenga en marcha a una ofensiva.
No hay duda de que los Giants alinearon a una de las peores líneas ofensivas del año pasado. La llegada del guardia Kevin Zeitler para el 2019, junto al reclutamiento del guardia Will Hernandez en la segunda ronda del 2018, y el ostentoso fichaje del tackle izquierdo Nate Solder, también en el 2018, debían --supuestamente-- haber arrojado otros resultados, hasta ahora.
Por ello, los Giants no dudaron en invertir su selección de primera ronda del draft del pasado mes de abril en el tackle ofensivo Andrew Thomas de Georgia, un prospecto que de acuerdo a algunos analistas era el mejor liniero disponible, pero además, el más listo para jugar de inmediato.
Thomas va a ser puesto a prueba desde el inicio. Solder fue uno de los jugadores que declinaron jugar la temporada a causa del coronavirus, y el puesto de tackle izquierdo queda en manos del novato. Además, el puesto de tackle derecho, también está en manos de un novato, el recluta de tercera ronda, Matt Peart.
No será sencillo conseguir química para ninguna línea ofensiva con algún rostro nuevo este año, por la eliminación de la gran parte del trabajo de receso de campaña, pero los Giants saltarán con dos tackles novatos y un centro que solamente inició un partido el año pasado con el club, Spencer Pulley, además de Hernandez y Zeitler.
Entre la defensiva secundaria y la línea ofensiva están los grupos posicionales más vulnerables para New York en el 2020.
¿A quién van a echar de menos?
DeAndre Baker fue un esquinero seleccionado en la segunda vuelta del draft del año pasado, y terminó jugando en los 16 partidos de la temporada pasada, iniciando 15 de ellos.
No es que Baker ya sido una revelación, necesariamente, en su primer año en New York, pero el equipo tenía altas esperanzas para el producto de Georgia. Ahora, Baker podría terminar enfrentando hasta 10 años de prisión si es encontrado culpable por un incidente ocurrido en mayo.
Baker --quien se encuentra actualmente en la lista de exenciones del comisionado--, enfrenta cuatro cargos relacionados con robo a mano armada, después de supuestamente haber robado a punta de pistola a los invitados en una fiesta durante una partida de pokar, junto al back defensivo de los Seattle Seahawks, Quinton Dunbar.
El asunto legal con respecto a Baker podría estar lejos de encontrar resolución definitiva, y por el momento, no hay ninguna garantía de que pueda ser reactivado a tiempo para la Semana 1. Actualmente, Corey Ballentine está recibiendo las repeticiones que le tocarían a Baker como potencial titular al lado opuesto del presunto titular por el otro lado, y recién fichado agente libre, James Bradberry.
Para empeorar las cosas, el safety novato de segunda ronda, Xavier McKinney, sufrió una fractura en un pie, y es posible que, si alcanza a regresar para la temporada, sea solamente para el último mes de la campaña. Eso debilita todavía más a una defensiva secundaria que ya llegaba al verano con suficientes carencias.
Jugadores que declinaron la temporada a causa del coornavirus
Tackle ofensivo Nate Solder, receptor abierto Da'Mari Scott, esquinero Sam Beal.
¿Qué dicen las casas de apuesta?
En cuanto a sus posibilidades de conquistar la división, el Caesars Sportsbook coloca a los Giants terceros en el sector, con línea de +900. De acuerdo a esta misma casa de apuestas, nueve equipos tienen mejores probabilidades, de los 16, de ganar la Conferencia.
Caliente, por su lado, ha colocado la línea de ganados y perdidos para la temporada de New York en 6.5, con las altas pagando +100, y las bajas pagando -138.
Pronóstico para el 2020
Considerando los retos únicos que enfrentan los coaches nuevos después de la pandemia --además de las circunstancias usuales que se presentan año con año cuando llega un nuevo piloto a dirigir una nave--, la incertidumbre que rodea todavía a Jones como posible respuesta en la posición de quarterback, y los cambios que sufrirá la línea ofensiva, no siento gran optimismo en torno a la campaña neoyorquina.
A la luz de esas consideraciones, veo complicado que pensar en los Giants con una marca por arriba de un 5-10, en el mejor de los casos, en una campaña que afectará de peor manera a los equipos con menor continuidad organizacional.