El recuerdo que perdura de las ofensivas de los Seattle Seahawks, Tennessee Titans y Chicago Bears del pasado fin de semana, fue lo dóciles que fueron.
Incluso en una liga que impuso un nuevo récord de puntos, con más touchdowns que nunca, el trabajo de las defensivas es un lujo invaluable en la postemporada. Sólo hay que preguntarles a los quarterbacks que fueron las víctimas, incluyendo al ganador del Super Bowl, Russell Wilson, de los Seahawks.
Pregúntenle a Derrick Henry, el corredor All-Pro de las 2,000 yardas con los Titans y cuya producción en la derrota del domingo ante los Baltimore Ravens podría medirse en pulgadas.
Y a cualquiera en el ataque de los Bears, que lucieron más como osos de peluche que osos grizzly, gracias a la dominante defensiva de los New Orleans Saints.
"Nuestra defensiva jugó de manera sobresaliente", dijo el entrenador en jefe Sean Payton, tras la victoria de los Saints por 21-9. "Tacleamos bien en campo abierto. Los obligamos eventualmente a ser un ataque unidimensional, y cuando eres capaz de hacer eso, vas a ganar muchos juegos".
John Harbaugh y el coordinador defensivo de los Ravens, Wink Martindale, podrían decir lo mismo. El encargado de la defensiva de Los Angeles Rams, Brandon Staley, podría identificarse con eso. Al igual que su jefe, Sean McVay, un genio ofensivo cuya unidad se beneficia del caos que provoca su defensiva.
"Este podría ser el mejor triunfo del que haya sido parte", dijo Harbaugh, quien ganó el Super Bowl en la temporada del 2012, y ahora cuenta con ocho victorias fuera de casa en la postemporada, un récord de la NFL.
No hubo muchos aficionados presentes en ninguno de los juegos debido a las restricciones relacionadas con la pandemia de COVID-19, y los estadios fueron privados de los cánticos de “De-Fensa”. Cuando se tiene una buena defensiva, es más fácil transitar el camino al triunfo. Y posiblemente hacia el Super Bowl.
A pesar de toda la complejidad que presume la NFL actualmente, en donde las ofensivas cuentan con más esquemas, formaciones y variables que nunca --sin mencionar la gran cantidad de reglas que favorecen las puntuaciones elevadas-- la capacidad de presionar al quarterback ha demostrado ser el antídoto perfecto. El All-Pro, Aaron Donald, es capaz de colapsar la parte interna de la línea, en particular cuando cuenta con el complemento de un revitalizado Leonard Floyd y de esquineros estelares. Eso fue lo que presentó Los Angeles en su triunfo sobre Seattle, 30-20.
Un grupo veterano plagado de dinamismo en todas las posiciones es la manera en que la unidad defensiva de New Orleans está a la par de un ataque comandado por Drew Brees y Alvin Kamara. Esta bien podría ser la mejor defensiva que hayan tenido los Saints desde que Brees llegó al equipo en 2006, y si esta es su última temporada, sin duda cuenta con el complemento para que sea una despedida especial.