Ante la presencia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, Nueva Orleans está al límite de seguridad con miembros militares, de la marina y FBI
La ciudad de New Orleans se convirtió en un bunker con el arribo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al Super Bowl LIX. Elementos de varias corporaciones policiales, así como miembros de la Marina y del FBI desplegaron un operativo de seguridad masivo en la ciudad y en los alrededores del Superdome.
El recinto que albergará el Super Bowl LIX entre los Philadelphia Eagles y los Kansas City Chiefs contará con la presencia, por primera vez en la historia, de un presidente de Estados Unidos.
“Es bueno que venga el presidente y que alguien tan importante asista. Es bueno que me vea jugar este deporte y que alguien así muestre amor al juego”, declaró Patrick Mahomes, quarterback de los Chiefs, en la semana previa.
Ante este suceso, y el atentado del 1 de enero de este año en Bourbon Street, una de las calles más famosas e importantes de New Orleans en materia turística, el despliegue de seguridad fue inmenso y con miles de elementos por toda la ciudad.
Con filtros de seguridad, drones, elementos en los techos y mucha vigilancia a través de cámaras de seguridad, fue como las distintas corporaciones blindaron cada uno de los rincones de New Orleans.
Además de Donald Trump, se espera un desfile de estrellas sin igual, donde una de las principales es la cantante estadounidense Taylor Swift, quien es novia del ala cerrada de los Chiefs, Travis Kelce.