La cruzada de Bill Belichick, Tom Brady y los New England Patriots hacia la historia de NFL no tiene fin.
Al menos no, todavía.
El próximo 4 de febrero en el U.S. Bank Stadium de Minneapolis, los Patriots aparecerán en su décimo Super Bowl --de 52 ediciones--, noveno desde que Robert Kraft es dueño de la franquicia. Para la dupla Belichick/Brady, se trata de la octava aparición, en busca del sexto anillo.
Sólo repasar esos números debe ser suficiente para producir asombro, pero adentrarnos un poco más lo que hay detrás de una nueva conquista de la Conferencia Americana realza la magnitud de la hazaña, por más que los detractores de New England --que no son pocos-- deseen que no hubiera pasado.
Para una temporada que presentó tantos retos, como perder a Julian Edelman en pretemporada o al líder de la defensiva Dont'a Hightower por 11 de los 16 partidos de temporada regular así como la postemporada, quedarse sin Rob Gronkowski antes del medio tiempo por una conmoción parecería algo pretederminado con libreto en mano... un esperado giro adicional en la trama que, al final, debe resolverse para acceder al ansiado desenlace.
Y por si le hacía falta dramatismo al asunto, Brady jugó con 12 puntos de sutura en la mano de lanzar tras un incidente en una práctica, una lesión que generó un altísimo nivel de especulación en las horas previas a la disputa del Trofeo Lamar Hunt.
En el U.S. Bank Stadium de Minneapolis, les estarán esperando los Philadelphia Eagles, quienes se impusieron en casa a los propietarios de dicho escenario, los Minnesota Vikings. Se tratará del segundo Super Bowl entre Philly y New England, luego de que los Pats se impusieran por 24-21 en la edición XXXIX.
La trama que se fueron hilando los Eagles para amarrar su tercera aparición de Super Bowl no es de despreciarse, tampoco.
Con la designación de Jugador Más Valioso de la temporada prácticamente en la bolsa, Carson Wentz quedó lastimado en su decimotercer partido para abrir la puerta al regreso en la ofensiva de Philly de Nick Foles, quien no había portado el verde de los Eagles desde el 2014.
Antes de eso, Philly también había perdido por el año a uno de los dos mejores tackles ofensivos de la última década y media en Jason Peters.
Como su próximo rival, New England, Philadelphia también logró culminar la campaña regular sembrado primero en su conferencia, pero la ausencia de Wentz hizo que sus dos rivales de playoffs, Atlanta Falcons en la Ronda Divisional y Vikings en el Juego de Campeonato, salieran como favoritos ante los Eagles.
Jugar contra la historia no es sencillo, y Minnesota no solamente no se convertirá en el primer equipo en disputar un Super Bowl en casa, sino que tampoco pudo convertirse en el primer equipo que juega como local en un estadio techado en conquistar un título de Conferencia en un estadio abierto.
Eagles y Patriots vencieron este domingo, respectivamente, a la mejor y segunda mejor defensiva en la liga en puntos permitidos en Vikings y Jacksonville Jaguars. Quizás no hablamos los suficiente de las defensivas de Philly y New England, cuarta y quinta en la NFL en el mismo rubro.
Por ahora, dos grandes historias están a un capítulo de la culminación, pero sólo una de ellas está destinada al final feliz; tendremos que esperar dos semanas para saber cuál.