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Ravens ponen la muestra de cómo vencer a la defensiva de Patriots

Los Baltimore Ravens dieron este domingo por la noche la muestra para los demás equipos sobre cómo se debe enfrentar a la mejor defensiva de la NFL, una unidad histórica, al mando de Bill Belichick.

Solo que hay un pequeño problema.

Lamar Jackson, solo hay uno.

El quarterback de los Ravens tuvo un inicio meteórico al encuentro, y Baltimore se encontraba arriba por 17-0 antes de que los Patriots tuvieran oportunidad de meter las manos. Más tarde, New England pudo hacer algunos ajustes y acercarse en el marcador, pero al final la derrota estaba trazada.

Se suele decir, con razón, que para ganarle a los Patriots hay que tener un juego perfecto. Los pupilos de Belichick son extremadamente disciplinados en todos los aspectos del juego, tanto en términos de concentración como de ejecución.

Baltimore no dio un partido perfecto, pero sí aprovechó que cometió menos errores que un atípico cuadro de New England que se vio afectado por penalidades y entregas de balón que usualmente no vemos en esos números cuando juega este equipo.

Claro, Jackson no lo hizo solo. El plan de juego fue acertado, con excelentes intervenciones de Marquise Brown, quien se reintegraba a los Ravens tras una ausencia por lesión. También destacó Mark Ingram II, y la defensiva --que no había sido precisamente lo más confiable de este equipo en la primera mitad de la temporada-- tuvo una de sus mejores exhibiciones del año. Baltimore obligó a los linebackers de los Patriots, a mi gusto la fortaleza de la unidad, a tener que correr en las cuatro dirección en una jugada dada, siempre con un ojo puesto sobre Jackson.

Los Pats se habían acostumbrado a lo largo del año a atacar, no a reaccionar.

No van a faltar los que digan que la marca de 8-0 con que entraban los Pats a este duelo era artificial, ayudada por el calibre de los rivales que precedieron a los Ravens. Eso es una falsedad. Ninguno de los equipos previos, aun pasando por mejor momento, hubiera representado realmente una amenaza mayor a New England, y por eso las ocho victorias fueron, mayormente, holgadas.

Ese argumento también le resta mérito a Baltimore, que es un equipo único, gracias a su quarterback y a que los coaches se han invertido en crearle un sistema ofensivo que, se decía, era imposible en la NFL.

Por supuesto, la victoria de este domingo es apenas una muestra. Falta la mitad de la temporada regular, los playoffs y el Super Bowl para determinar cuán exitoso puede ser, a largo plazo, un esquema ofensivo que ningún otro equipo está en condiciones de emular, por el momento.

Tampoco significa que los Patriots dejan de convertirse en uno de los mejores dos o tres equipos de la liga. Lo siguen siendo, a pesar del tropiezo, y sin olvidar que nadie hace mejores ajustes sobre la marcha que Belichick.

Nadie quiere perder, pero hay ciertos aspectos rescatables tras una derrota. Por lo pronoto, se acaba la charla acerca de una temporada regular perfecta. No es que sea algo indeseable, pero quizás la distracción que supone ello pesa más que el beneficio de no tener que hablar de eso, semana a semana, ante los medios.

Por otro lado, es el equivalente de salpicarse un poco de agua fría en el rostro. No es que Belichick vaya a permitir que sus jugadores pierdan el piso después de ocho triunfos. Conocemos a este equipo demasiado bien como para creer que pudiera ocurrir. Pero debemos asumir que el enfoque y concentración de los Pats, de aquí en adelante será mayor.

Para los Ravens, se trata de una victoria que vale oro en el panorama de playoffs de la AFC. Baltimore sigue lamentando una derrota ante los Cleveland Browns de inicio de campaña, pero se trata de un equipo que ha aprovechado la lesión y ausencia de Patrick Mahomes con los Kansas City Chiefs para meterse, junto a los Houston Texans, de lleno en la carrera por la localía de postemporada. Los Indianapolis Colts, que cayeron esta tarde, están allí, también, y quizás nos estemos olvidando de los Buffalo Bills porque nos parece, al menos a algunos, altamente improbable que terminen con mejor marca de temporada regular que los Pats para arrebatar la división.

La histórica defensiva de New England encontró su némesis esta noche, pero lamentablemente para el resto de la liga, solamente Baltimore es dueño de la kriptonita.