Así como la dinastía de Michael Jordan con los Chicago Bulls tuvo estos días el estreno de su zaga cinéfila con The Last Dance, en algunos años veremos sin lugar a dudas su espejo de la NFL con la mágica trayectoria de Tom Brady y los New England Patriots.
Sin embargo la rivalidad a contar allí no será jugador-gerente general, sino el divorcio que se dio entre la estrella y su entrenador: Brady y Bill Belichick protagonizan la separación más famosa de la NFL, de la cual hablaremos y escribiremos durante años.
Juntos ganaron 219 juegos de temporada regular y 30 de playoffs; nueve veces llegaron a un Super Bowl y llevaron seis trofeos Vince Lombardi, el que se otorga a los campeones mundiales (como les gusta autoproclamarse), a las oficinas de los Patriots, en Foxborough, Massachusetts.
En los Estados Unidos la NFL es la liga principal, la que tiene más seguidores y la que mueve más dinero, pero no es algo que se traslade de manera automática a Sudamérica, donde hay una afición reducida (aunque muy fiel), que suele juntarse para ver las instancias decisivas de los torneos.
Es en esas instancias donde los medios de comunicación se hacen eco de lo que significa la NFL, generalmente desde lo colorido: las grandes estrellas que participan del espectáculo de medio tiempo o cuánto cuesta el segundo de publicidad en el Super Bowl, O para recordar el dato de que Brady ha formado familia con la súper modelo brasileña Gisele Bündchen.
Más allá de ese dato, el nombre de Tom Brady seguramente le suene al aficionado al deporte: con 43 años (nació el 3 de agosto de 1977), ha sido el gran protagonista de las últimas dos décadas en el fútbol americano. Juega como quarterback o mariscal de campo, la posición que lleva adelante cada decisión ofensiva del equipo.
Si bien hacía rato que Brady venía mostrando signos de disconformidad hacia su situación dentro de los Patriots, todo terminó de desarrollarse este 2020. El periodista Seth Wickersham, de ESPN, cuenta que todo tiene su origen en una extensión de contrato que no llegó para el mariscal de campo en 2017.
"Brady dejó en claro que quería jugar hasta la mitad de sus cuarenta. Prefería firmar un contrato para asegurar que se retiraría como un Patriot, pero el equipo se rehusó, y él estaba de acuerdo en seguir por otro camino. Él quería claridad. Se reunió con Belichick, y el encuentro terminó en una 'explosión'", detalla el periodista.
Así es que en 2020, Brady inicia, como él mismo lo ha bautizado, “un nuevo viaje” con los Tampa Bay Buccaneers, mientras Belichick se queda en New England sin un quarterback con el que pueda aspirar a ganar su séptimo título de la NFL.
Para los fanáticos argentinos, el equipo de Tampa Bay es todo un símbolo. Allí jugó el héroe local, el pateador Martín Gramática, el único jugador sudamericano en ganar un Super Bowl, en la temporada 2002/03, y uno de los tres nacionales en la híper profesional NFL: los otros dos fueron el hermano de Martín, Guillermo Bill Gramática, también pateador, y Robert Bob Breitenstein, un liniero ofensivo que se retiró en Atlanta Falcons en 1970.
UN SOCIO DE REGRESO
Pero la movida Brady (o de Brady, vaya uno a saber los vericuetos de la negociaciones) también tiene personajes secundarios, como sucede con la saga de Jordan y los Bulls.
En ese camino, en las últimas horas los Buccaneers consiguieron sacar de su retiro al ala cerrada Rob Gronkowski para ponerlo a disposición de su viejo camarada en los Pats.
Time to run it back @RobGronkowski! pic.twitter.com/d4wmZLUV9n
— @tombrady (@TomBrady) April 22, 2020
En una conferencia de prensa virtual que dio Gronk (como lo llaman los fanáticos) aseguró que no había manera de reincorporarse a la NFL si no era para recibir los envíos de Brady. Incluso si esto significaba tener una segunda etapa con los New England Patriots.
"Hablamos de eso (regresar a la NFL) un segundo y le dije, 'Estoy teniendo esa llama de nuevo'. Y él me dijo, 'Definitivamente estoy interesado en la decisión que tomes'. No lo presioné, pero le indiqué que si había una oportunidad de ir y era la correcta, incluso si regresaba a los Patriots, había posibilidad de que yo regresara. Ahí fue la conversación comenzó y él estaba emocionado por eso", aseguró Gronkowski.
Pero antes de regresar a las canchas el egresado de Arizona tiene que recuperar mucha masa muscular. El tight end (tal el nombre que recibe su posición en inglés, una traducción literal podría ser "final difícil", y Gronk es un especialista en cerrar jugadas difíciles tras un pase de Brady) aseguró que durante su primera etapa en la liga su peso rondaba las 265 libras (120.2 kilogramos) y desde su primer retiro la balanza marca 250 libras (113 kilos).
Gronk is back. 💪 pic.twitter.com/bwVjz9HGRW
— NFL (@NFL) April 21, 2020
NUEVA ERA
Tras 74.571 yardas para 541 touchdowns, ambas segunda mayor cantidad en la historia de la NFL, solo detrás de Drew Brees, Tom Brady llegó por primera ocasión a la agencia libre (disponer de libertad para negociar su opción de contrato con cualquier club o franquicia) y aseguró un contrato de 50 millones de dólares garantizados para pasar sus próximas dos temporadas en Tampa Bay, bajo las órdenes de Bruce Arians.
Con la decisión del mariscal de campo más exitoso de todos los tiempos, se cerró uno de los ciclos más fructíferos de la historia del deporte mundial. Desde que Brady fue elegido en la sexta ronda del Draft de la NFL del año 2000 en el puesto 199 global, tras graduarse en la Universidad de Michigan, conquistó seis anillos de Super Bowl, nueve títulos de la American Football Conference y diecisiete de la AFC Este con los Patriots, además de ser elegido cuatro veces MVP del Super Bowl y tres veces MVP de la Liga.
Y dos de los grandes socios de Brady en ese ciclo hoy quedaron en veredas opuestas: Belichick como uno de los responsables del cierre de esa etapa, Gornkowski otra vez como compañero de ruta en este nuevo viaje.
¿Si te interesa saber más de esta historia no te pierdas esta columna (en inglés) de ESPN.com.