El Draft 1990 de la NFL fue el primero en la historia de la NFL en que se permitió el ingreso a jugadores con elegibilidad por agotar en las filas colegiales. Entre los 28 jugadores que recibieron el permiso de la NFL de saltar anticipadamente a las filas profesionales, estaba un quarterback con un brazo increíble --potencia de cañón con precisión láser--, aunque un paso un tanto tumultuoso por dos universidades.
Jeff George fue nombrado en 1985 por USA TODAY como el Jugador Ofensivo del Año a nivel preparatoria, después de guiar a la Warren Central High de Indiana a dos títulos estatales, invictos, y comprometerse a jugar para Purdue, apenas a 70 millas de su casa.
Inestabilidad universitaria
Esa campaña de freshman con los Boilermakers sería, sin saberlo, apenas una muestra de lo que le esperaría a George en el futuro.
El supremamente talentoso pasador estaba jugando para un programa bajo mucha presión y con poco talento, compilando apenas una marca de 3-8 que llevó al despido de su entrenador en jefe, Leon Burnett, el hombre que reclutó a George.
Después de solamente un año en Purdue, George se comprometió a transferir a Miami, para después revocar ese compromiso cuando Jimmy Johnson no le garantizó el puesto titular de los Hurricanes. Su destino fue, finalmente, la Universidad de Illinois, donde --después de quedarse sin jugar en la campaña del '87 debido a las reglas de transferencia-- encendió a la Big Ten. Su segunda temporada para el Fighting Illini fue particularmente impresionante, completando 242 de 386 pases para 2,738 yardas con 22 touchdowns y apenas 12 intercepciones, números que para la época eran de otro nivel, para llevar a Illinois a una marca de 10-2.
El Heisman de ese año fue para Andre Ware de Houston, pero los cazatalentos de la NFL tenían la mira puesta sobre el brazo derecho de George. Los Dallas Cowboys tuvieron la peor marca de la liga por segundo año consecutivo, pero esta vez, no pudieron ejercer el primer turno global del draft. Habían quemado esa selección en el draft suplementario del año anterior, con el quarterback Steve Walsh de Miami --el quarterback que Johnson no iba a sentar por George, unos años antes--.
Se viene el draft de la NFL
Los Atlanta Falcons contaban con la primera selección global.
"Nuestra meta ahora es tratar de firmarlo a un contrato", expresó al Chicago Tribune a principios de abril de 1990 Ken Herock, vicepresidente de personal de los Falcons. "... Ni siquiera sé si canjearíamos la selección ahora".
Las opiniones respecto a George parecían encontrar unanimidad entre los ejecutivos de la liga.
"Yo lo calificaría como un 12 [en escala de 1 a 10]", expresó un cazatalentos al Tribune, días después de que George lanzara envíos precisos de 80 yardas durante su audición ante visores de la NFL en Champaign, Illinois.
"Creo que existe mayor solidaridad de opinión sobre Jeff George en nuestra liga", dijo el entonces ejecutivo de los Cleveland Browns, Ernie Accorsi. 'El único argumento que escucharán en nuestra liga es si él o Andre Ware es el mejor quarterback. No creo que nadie, por lo que entiendo, lo tiene más abajo de eso".
El agente de George, el afamado Leigh Steinberg, sabía del interés obvio en Atlanta, pero también sabía que no era el único equipo interesado en los servicios del pasador. Los New England Patriots también elegían en la parte alta de la primera ronda, y estaban en busca de un pasador.
Otro de los equipos interesados eran los Indianapolis Colts, sedientos por un quarterback franquicia --y quienes veían al chico que había sido un héroe local a nivel preparatoria como la solución--, pero que no contaban con selección de primera ronda. Rumores apuntaban a que Eric Dickerson podría pasar en canje por la posibilidad de seleccionar a George.
Finalmente, llegó el canje, dos días antes del draft, y aunque no fue por Dickerson --quien a su vez estaba en medio de una disputa propia con el equipo--, fue uno de los intercambios más controversiales en la historia de la liga, con Indy cediendo al tackle izquierdo seis veces seleccionado al Pro Bowl, Chris Hinton, al receptor abierto de segundo año, Andre Rison, una selección de quinta ronda de ese año y la selección de primera ronda del '91 por el primer puesto en el orden general, y la posibilidad de seleccionar a George. El canje estaba sujeto a que los Colts pudieran acordar un contrato con George.
Resultó un tiro por la culata con la afición, que criticó fuertemente el movimiento, considerando que el pago había sido excesivo.
"Creo que toda esta conversación [cesará], una vez que tengamos a George sobre el campo", dijo el entonces propietario de los Colts, Robert Irsay --padre del actual dueño, Jim Irsay--, de acuerdo a The Sporting News. "La única ocasión que realmente tuve de llegar al Super Bowl es cuando tuve a Bert Jones, quien fue un tremendo quarterback. Es lo que espero que estamos recibiendo ahora. Así es como esperamos llegar al Super Bowl... con George".
Si el costo por el turno para seleccionar a George fue alto, el costo por el propio quarterback lo fue más. George firmó un monstruoso contrato por seis años y 15 millones de dólares, incluyendo 3.5 millones garantizados, récord absoluto para un novato de NFL. Para poner eso en perspectiva, tomemos en cuenta que Troy Aikman, representado, también, por Steinberg, había firmado por seis años y 11.2 millones de dólares, un año antes. Lo que es peor, George se convirtió, en automático, en el tercer quarterback mejor pagado de la NFL, solamente detrás de Jim Kelly y Randall Cunningham, y por delante de nombres como Joe Montana, John Elway y Dan Marino.
La temporada debut de George fue un desastre, George inició la campaña como titular, pero fue enviado a la banca a media temporada por el entonces head coach Ron Meyer en favor del suplente veterano Jack Trudeau, una figura que se había ganado el respeto del vestidor a lo largo de los años. Pero hacia la recta final de la temporada, con Trudeau de nuevo en la banca, George pareció encenderse, garantizándole el puesto titular para la siguiente temporada tras finalizar el '90 con marca de 5-7 como titular.
El '91 fue peor. George inició los 16 partidos de la temporada en camino a un registro de 1-15, la peor marca de la liga, completando 10 touchdowns contra 12 intercepciones. Meyer fue despedido a media temporada, pero nada cambió con su salida. Luego de lastimarse un dedo de la mano al chocar contra un casco en pretemporada, George no pudo iniciar la siguiente temporada, ahora bajo el mando de Ted Marchibroda, uno de los arquitectos de la explosiva ofensiva de Buffalo. George jugó a partir de la Semana 4, pero, de nuevo, fue enviado a la banca en favor de Trudeau, y, de nuevo, logró recuperar la titularidad para final de temporada. En esta época, empezó a circular el apodo de 'Boy George', para describir a un quarterback que mostraba actitudes infantiles de berrinche, y que a menudo parecía despreocupado por perder.
En el '93, el cuarto año de George en la liga, el quarterback se había ausentado del campamento de entrenamiento, y se reportó en algún momento que había ingresado a la oficina de Irsay demandando un canje, amenazando con perderse la temporada. Eventualmente, George reportó al equipo, e inició 11 partidos ese año, para una marca de 2-9. Naturalmente, nadie en el vestidor respaldaba a George.
Después de Indy, ¿Atlanta?
La afición y la directiva de Indy había tenido suficiente del quarterback, y en uno de los giros más increíbles del destino, los Colts lograron sacarle a los Falcons la selección de primera ronda de ese año --N° 7 global--, junto con una selección de tercera ronda y una selección condicional de segunda ronda --que eventualmente se convirtió en una de primera ronda por su desempeño-- de 1996 por el pasador.
Atlanta iniciaba la era de June Jones, uno de los padrinos del sistema Run N' Shoot, que había sido promovido desde el puesto de coordinador ofensivo que ocupaba para Jerry Glanville. Bajo Jones, George jugó un fútbol americano sólido, pero el éxito fue breve. Tras una marca de 7-9 en su primer año con los Falcons --irónicamente, lanzando pases a Rison detrás de la protección de Hinton-- y un registro de 9-7 que metió a Atlanta a postemporada, George se involucró en una batalla de gritos con Jones en la banca durante un partido de inicio de temporada del '96, y fue suspendido del club por el resto de la campaña. Jones perdió su empleo y George cambiaría nuevamente de domicilio.
La segunda selección de primera ronda que pagaría Atlanta por George se convertiría en el receptor abierto Marvin Harrison para Indy.
¿Quién más, sino Al Davis?
¿Y quién más sino el polémico propietario de los Oakland Raiders podría haber firmado, en ese momento, a George? El convenio, por cinco temporadas y 27.5 millones de dólares, todavía asombra.
"Ha habido algunos malentendidos con él, justo como los hubo aquí con [Jim] Plunkett", señaló en su momento a Sports Illustrated el entonces ejecutivo de Oakland, Bruce Allen. "Pero realmente se ajusta a nosotros como un guante, y obtenerlo es una inyección de adrenalina para todo el equipo".
En principio, Oakland quería explotar el potente brazo de George estirando el campo verticalmente, como habían logrado en sus mejores tiempos. Los Raiders estrenaban head coach en la figura de Joe Bugel, quien fue uno de los que responsables de la famosa línea ofensiva de los "Hogs" con los Washington Redskins, un equipo que bajo Joe Gibbs, acostumbraba a lanzar largo. Ese experimento duraría apenas una desastrosa temporada de 4-12 antes de entregar las riendas a un joven coach que venía del árbol de la Ofensiva de Costa Oeste de Bill Walsh, vía Mike Holmgren, Jon Gruden, quien favorecía pases más cortos y la obtención de yardas después de la atrapada.
George inició los 16 partidos del '97, cuarta y última vez como profesional que lograría esto, y aunque retendría la titularidad para el inicio del '98 en el debut de Gruden, la perdería por lesión, dando paso a Donald Hollas, quien venía de jugar en la Arena Football League con el Texas Terror. También, se reportó que George ignoraba las jugadas que mandaban desde la banca, mandando sus propias jugadas en ciertas situaciones de juego. El veterano Marc Wilson, con 16 años en la liga, inició los tres partidos finales para los Raiders ese año, antes de que el equipo se desprendiera de George y firmara a Rich Gannon.
Llega el destape
George firmó con los Minnesota Vikings, donde sería, por primera vez en su carrera, un suplente. El titular para 1999 era Cunningham, quien había brillado intensamente con una campaña de All-Pro a los 35 años de edad el año previo en Minny, y estaba también en plantilla el novato de primera ronda, Daunte Culpepper, quarterback del futuro. Desafortunadamente, la magia se había acabado para Cunningham, y tras un inicio de 2-4, fue enviado a la banca en favor de George.
Aquí fue donde George jugó su mejor nivel de NFL, cuando ya tenía 32 años de edad. George contaba con Randy Moss, Cris Carter, Jake Reed, Andrew Glover, Robert Smith, Leroy Hard y Moe Williams como armas a su disposición. George consiguió un registro de 8-2 en partidos de inicio ese año, y los Vikes, con marca de 10-6, avanzaron a postemporada como segundos en la NFC Central, superando a los Cowboys en la Ronda de Comodines --único triunfo de George en playoffs en su carrera-- y cayendo ante los eventuales campeones St. Louis Rams en la Ronda Divisional.
Los Redskins le dan una oportunidad
George tenía la esperanza de que Minnesota lo retuviera como titular por otra temporada, pero eso no iba a suceder con Culpepper esperando su turno. George se negó a firmar como suplente en Minny, y en cambió aceptó 18.25 millones de dólares por cuatro años con los Redskins, como suplente de Brad Johnson, quien venía de una campaña espectacular que lo llevó al Pro Bowl tras la temporada de 1999.
Sin embargo, ni Johnson ni Washington pudieron replicar su éxito previo, y el head coach Norv Turner fue despedido a media temporada, con Terry Robiskie terminando como interino. George inició cinco de los seis partidos en los que jugó, y a pesar de una marca de 1-5, logró quedarse con el equipo como titular para la siguiente temporada. Johnson, mientras tanto, emigró como agente libre a los Tampa Bay Buccaneers, donde, de la mano de Gruden, conquistaría el Super Bowl.
Marty Schottenheimer asumió como entrenador en jefe de los Redskins. Extrañamente, se mantuvo con George como titular a pesar de que él, como head coach de los Kansas City Chiefs, había evitado que firmaran a George en el '97, cuando fichó para Oakland.
El experimento duró prácticamente nada. George inició dos partidos y fue cortado, dejando a Tony Banks como titular en Washington. Fueron los últimos pases que lanzó George en un partido de temporada regular de NFL.
Los intentos de volver
El carácter de George, de sentirse siempre mejor que los demás, sin necesariamente tener que demostrarlo, se hizo presente cuando estuvo fuera de la liga. Firmó contratos con los Seattle Seahawks para el 2002, Chicago Bears para el 2004, y Raiders para el 2006, siempre como reserva al fondo del orden de plantilla. En el 2007, anunció sus intenciones de regresar a la liga con los Vikings, pero nunca se materializó nada.
"Siento difícil de creer que no hay un lugar en el juego para mí. Mi brazo se siente como de 25", expresó en noviembre del 2008 a Sirius NFL Radio.
En agosto del 2010, dijo a KFAN Sports radio que hubiera regresado con Minny si Brett Favre se hubiera retirado en al receso de campaña de sus dos años con los Vikes. En septiembre del 2011, arremetió de nuevo, señalando que --cuando no era aún claro qué sucedería con Peyton Manning y su cuello-- George declaró al LA Times que era capaz de aprender el sistema de los Colts "en cuestión de días", y jugar para Indianapolis. Al final, sabemos en qué terminó todo. Los Colts firmaron a Kerry Collins, no a George; Manning no jugó todo el año, tras someterse a una fusión de vértebras en el cuello, y el equipo terminó con la peor marca de la liga ese año, y la oportunidad de seleccionar a Andrew Luck primero global en el siguiente draft.
¿Dónde está ahora?
George nunca volvió a jugar en la NFL, pero sí invirtió en varias franquicias en el estado de Indiana, incluyendo Dairy Queen y agencias de seguro. También, se convirtió en el mayor porrista de sus hijos. Jeff George Jr. fue un mariscal de campo que inició su carrera en Illinois, donde fue titular dos años, antes de transferir a Michigan para ser suplente de Shea Patterson en el 2018, y a Pittsburgh, donde fue suplente de Kenny Pickett. Jayden George es quarterback suplente en Alabama, a donde llegó como walk-on.
Los dos hijos de George sí lograron igualar la hazaña de su padre, liderando a Warren Central High a títulos estatales.
"Tengo casi total seguridad de que somos la primera combinación padre-hijo-hijo en ganar títulos estatales", dijo George padre, al Pittsburgh Tribune-Review en agosto del 2019.
Para todo el talento que había en el brazo de George, capaz de poner con precisión un pase de 70 yardas en una ventana cerrada, el primer recluta global de 1990 se quedó a años luz de sus expectativas. La costumbre de culpar siempre a los demás cuando las cosas iban mal, y la idea de que las cosas se le debían, por ser Jeff George, en lugar de tener que ganárselas, le ganaron pocos seguidores en los múltiples vestidores de la NFL.
Tener un brazo espectacular es una bendición, sin duda, pero no sirve de gran cosa en la NFL si no viene acompañada de algo más, como una fuerte ética de trabajo y un sentido de liderazgo. George careció de los intangibles que se necesitan para tener éxito a nivel profesional, y es probablemente el pasador más talentoso que nunca logró ser estrella de NFL.