La NFL, aconsejada por las autoridades sanitarias, ha tomado muchas medidas para tener temporada completa, llegar a la cita del Super Bowl LV
Apenas pasaba la emoción del Super Bowl LIV, cerrábamos el capítulo de la fiesta en Miami con los Kansas City Chiefs cortando su sequía de medio siglo, Patrick Mahomes como el gran héroe levantando el Lombardi y confirmando que la nueva generación de mariscales ya está aquí. Recién sentíamos la resaca de cada año y experimentábamos el vacío de los domingos sin NFL, cuando en el mundo se hablaba cada vez con mayor fuerza del coronavirus y sus impactos en la salud, en la sociedad y su dinámica, en los gobiernos, en la economía, en los deportes, etcétera.
Como piezas de dominó que caen en hilera, fueron frenando las diferentes ligas y eventos deportivos en el mundo. La NFL se mantenía observando, tomando nota y manteniendo la esperanza de volver cuando todo hubiera acabado.
Las semanas transcurrían convirtiéndose en meses cada vez más desoladores, las cifras alarmantemente crecientes, y la liga profesional de futbol americano de los Estados Unidos planeaba la estrategia para no alterar su calendario que tenía a la ciudad de Las Vegas como sede del draft. El 23 de abril de este 2020 dio comienzo la edición 85 del reclutamiento colegial, con una versión streaming inolvidable. De ahí en adelante todo parecía más manejable; agencia libre, negociaciones, renovaciones, firmas de contratos, todo podía gestionarse a distancia, e incluso las reuniones de los equipos se desarrollaban de manera virtual.
Pero de abril a agosto el panorama no fue mejor, para entonces la Unión Americana ya ocupaba el primer lugar en número de contagios con más de 4.7 millones de positivos registrados y casi 158 mil fallecidos. Por ello, la National Football League anunció la suspensión del Juego del Salón de la Fama y posteriormente la cancelación de toda la pretemporada.
Ante la seria preocupación de no pocos jugadores y miembros del personal, la NFL otorgó en común acuerdo con la asociación de jugadores, un plazo determinado para que pudieran elegir participar o no de la nueva temporada. 150 mil dólares como compensación para quienes optaron por dar un paso al costado y de hasta 350 mil para quienes tuvieran mayor riesgo de salud. Ninguna otra liga en el mundo hizo tal cosa.
El tiempo se iba agotando, y mientras, las 32 franquicias tomaban máximas medidas para realizar al menos los campamentos de entrenamiento, único espacio que tendrían de acoplamiento entre los propios integrantes de los equipos, novatos a los que les será muy brusco el cambio de colegial al nivel profesional, jugadores que cambiaron de equipo y tendrán que aprenderse un nuevo libro de jugadas o un nuevo sistema de juego, y además cinco equipos que estarán estrenando head coach (Carolina Panthers, New York Giants, Washington Football Team, Cleveland Browns y Dallas Cowboys).
Así como creo que llevarán cierta ventaja los equipos que llevan más tiempo acoplados entre sí, también llevarán esa superioridad, aunque sea mínima, los equipos que tienen permitido recibir público en sus estadios, independientemente de la creación del sonido artificial de aficionados que implementaría la liga en todos los recintos.
Y es que en un país tan extenso en territorio y con situaciones tan distintas en cuanto a pandemia por estado, es comprensible que no se puede tomar una medida generalizada en cuanto a gente en las tribunas, pero aún así, hay cosas que cuestan trabajo entender, como que 26 equipos anuncian no tener aficionados en la primera fecha y otros cinco permitirán acceso limitado, y dentro de los que abrirán sus puertas se encuentran los Cowboys y los Miami Dolphins, cuando es por demás sabido que Texas y Florida son entidades donde el coronavirus ha impactado de manera más severa.
Me habría gustado que, siguiendo la línea de la NFL de buscar situaciones de competencia igualitarias entre todos, se hubiera determinado una decisión pareja, todos a puerta cerrada o todos con un porcentaje establecido de público cuando las circunstancias así lo permitieran, de otro modo puede ser una ventaja extra para algunos, y quita un punto a favor a equipos que suelen jugar mucho con ese factor.
Los Seattle Seahawks y Chiefs juegan en estadios que generan ambiente adverso para los rivales, que todo el que debía meterse en dichos escenarios, tenía que considerar alguna estrategia especial para arreglárselas ante lo complicado de comunicarse y el llamado de las jugadas. Los partidos se preparan también con base a dónde se juega. Además, tristemente, las tres franquicias que estarán estrenando estadio jugarán sin aficionados toda la campaña.
La NFL, aconsejada por las autoridades sanitarias, ha tomado muchas medidas para tener temporada completa, llegar a la cita del Super Bowl LV el próximo 7 de Febrero en Tampa sin ningún contratiempo, incluso se estudia la propuesta del head coach de los New Orleans Saints, Sean Payton, de jugar en una burbuja los playoffs, es decir, ya cuando se trate de un número reducido de equipos que se irán eliminando entre sí en un período corto de tiempo.
Sabemos que la NFL por metodología, tope salarial, orden de selecciones en draft, etc., es una liga muy pareja y competitiva, y si además la sumerges en su etapa más relevante en un “espacio seguro” como ellos prefieren llamarle, se vuelven aún más impredecibles los resultados, o al menos no tan esperado el triunfo de los equipos locales.
Mientras tanto, la liga seguirá haciendo pruebas diarias excepto el día de juego, y la situación es alentadora, pues en la primera semana de septiembre, solo hubo un caso positivo de 2,641 jugadores sometidos al testeo.
Eso sí, sin pretemporada, con un apresurado training camp, el carburar de los equipos pueden tomarse un par de semanas, de otra manera las lesiones podrían multiplicarse.
¡Pero tenemos temporada!
El desafío es que la temporada 2020 transcurra y termine como está planeada.
Feliz Año Nuevo a los apasionados de la acción en los emparrillados. La extrañamos más que nunca y ya está aquí.
Bienvenida NFL.