Dentro de la frustración por la derrota, los Dallas Cowboys pueden encontrar un aspecto positivo de lo sucedido en su primer juego de la temporada regular 2020: serán más agresivos con Mike McCarthy y el propio coach parece decidido a serlo.
Uno de los aspectos que más le criticaron los aficionados de Dallas a Jason Garrett era la tibieza con la que su ahora ex entrenador en jefe enfrentaba momentos clave o la mala elección de jugadas. Lo que sucedió con McCarthy en Los Angeles indica que los Cowboys, incluso su nuevo coach, están inmersos en un profundo cambio de actitud.
Si bien no pudieron convertir esa cuarta oportunidad y tres en la yarda 11 de los Rams con más de 11 minutos por jugar y abajo 20-17 en el marcador, cabe destacar que los Cowboys nunca intentaron algo así con Garrett como coach (2010 a 2019). Ni siquiera McCarthy se atrevió a eso en las 12 temporadas y media que dirigió a los Green Bay Packers.
McCarthy simplemente confió en sus jugadores, jugó con el momento del partido, apostó y perdió, pero, ¿no era eso un aspecto que se le exigía a Garrett?
“Tenía confianza por la forma en que estábamos moviendo el balón”, dijo McCarthy tras el encuentro sobre su decisión de jugársela en cuarta oportunidad.
Los cambios de personalidad y actitud en un equipo no se completan de una temporada a otra y la mentalidad atrevida y de riesgo se transmiten desde la banca. El de McCarthy es un trabajo en desarrollo y la confianza que mostró al decidir ir por el primero y 10 es prueba de que el coach sabe del talento con el que cuenta.
Quizá en esta ocasión la responsabilidad recae más en los jugadores. Recordemos que era cuarta oportunidad y tres y que Dak Prescott envió un pase de dos yardas al novato CeeDee Lamb, quien no logró la separación necesaria para atrapar el balón y recorrer la yarda que necesitaba para mantener con vida a su ataque.
La derrota por tres puntos ante Los Angeles Rams hace olvidar fácilmente que los Cowboys sufrieron las sensibles bajas del ala cerrada Blake Jarwin y el linebacker Leighton Vander Esch durante el encuentro y el que no hubo duelos de pretemporada y, por ende, la mayoría de los equipos se mostraron fuera de ritmo.
Las excepciones en este punto quizá sean los Kansas City Chiefs, Baltimore Ravens y Seattle Seahawks. No sorprende de Chiefs y Ravens, porque son los equipos que más titulares regresaron en relación a la temporada pasada, pero esa es otra historia.
En Carolina olvidan que tienen a Christian McCaffrey
Los Carolina Panthers tuvieron cuarta oportunidad y una en la yarda 46 de Las Vegas Raiders con 1:22 por jugar en el último cuarto y abajo 34-30 en el marcador y en su roster tienen a uno de los corredores más versátiles de la NFL en Christian McCaffrey.
Lo lógico en una situación así es usar a McCaffrey, pero el coach de primer año, Matt Ruhle, parece que quiso descubrir el agua caliente y lo usó sólo de señuelo. El resultado: derrota en su debut como entrenador en jefe.
En cuarta y una, Teddy Bridgewater le dio el ovoide al fullback Alex Armah, quien fue detenido por los Raiders en la línea de scrimmage.
En abril pasado, los Panthers hicieron a McCaffrey el corredor mejor pagado de la NFL con una extensión de contrato que le da $16 millones anuales en promedio.
Si ya le pagaste a tu jugador estrella, ¡úsalo! Emplea una formación abierta en la que McCaffrey encuentre espacios para hacer cortes y ganar esa yarda y más o que salga como válvula de escape o en un pase pantalla.
Recordemos que Carolina perdía por cuatro puntos y estaban prácticamente en medio campo. Quizá darle el balón a McCaffrey sólo hubiera resultado en una muerte más lenta para los Panthers, pero los hubiera dejado vivos y con tiempo para buscar la anotación del triunfo.
El problema es que los Panthers no usaron a McCaffrey frecuentemente en el encuentro. Cuando Las Vegas se fue arriba 27-15, el corredor sólo había tocado el ovoide 10 veces. En ese punto, el coordinador ofensivo de Carolina, Joe Brady, se acordó que tenía a McCaffrey en su equipo y usó al corredor repetidamente en una serie de 75 yardas en las que McCaffrey tocó 11 veces el ovoide.
Cuando llegó la Hora Cero para los Panthers, Rhule y Brady decidieron darle el balón a Armah, quien sumaba sólo una yarda en una carrera hasta ese momento. El resto es histora.
McCaffrey corrió en 23 ocasiones para 96 yardas y dos touchdowns y atrapó tres pases para 38 más. Él era el indicado. Ojalá Rhule haya aprendido la lección.
El efecto DeAndre Hopkins
Kyler Murray, quarterback de los Arizona Cardinals y quien es considerado por varios como el jugador que más desarrollo tendrá en la temporada 2020, aprovechó las bondades de tener a un receptor como DeAndre Hopkins de su lado.
Y Murray aprovechó de todas las formas posibles al receptor que llegó a Arizona en un inexplicable cambio con los Houston Texans. Murray buscó en 16 ocasiones a Hopkins, quien fijó una marca personal con 14 recepciones con las que sumó 151 yardas (promedio de 10.8 yardas por recepción) en su primer juego con los Cardinals y ante una sólida defensiva de San Francisco 49ers.
Además de usar demostrar en el juego aéreo su felicidad por tener a Hopkins, Murray también aprovechó por tierra la forma en que el versátil receptor extiende el campo al encontrar varios caminos por donde correr.
En algún punto del encuentro, Murray llegó a sumar 100 yardas por tierra. Al final, acabó con 91 en 13 carreras para un promedio de 7.1 yardas por carrera.
Así impactó Hopkins en el ataque de Arizona, como una amenaza seria en el juego aéreo profundo que deja espacios amplios para aprovecharse por vía terrestre o pases cortos.