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Los Dallas Cowboys, una montaña rusa

Difícil que a un equipo al que le anotan tanto, pretenda ser candidato para ganar el gran juego

No podemos decir que no es emocionante. Cada juego de los Dallas Cowboys vale el boleto. Veremos puntos, muchos puntos a favor y en contra. Suspenso, finales inesperados, drama, rayos y centellas. Eso está muy bien para el rating, pero no para la estabilidad que necesita un equipo que pretende ser campeón.

Dallas tiene una victoria y dos derrotas. Bien podrían ir 0-3, porque el triunfo ante Atlanta fue un verdadero milagro. También podrían tener marca de 2-1, si no le hubieran interceptado a Dak Prescott el último pase que lanzó en Seattle. O podrían ir invictos, con los Rams perdieron por tres puntos y decidieron jugársela en 4a oportunidad cuando tenían un gol de campo a la mano en la primera mitad. Al final eres lo que tu marca dice: 1 ganado y 2 perdidos.

Los Cowboys tienen un serio problema a la defensiva. Permiten 32 puntos promedio por partido. Están peor hoy con Mike Nolan de coordinador de lo que estaban antes con Rod Marinelli. Las lesiones empezaron desde el primer día de temporada baja con Gerald McCoy, que iba a fortalecer la línea. Continuaron con la baja de Leighton Vander Esch en la semana 1, Sean Lee no ha estado disponible en toda la temporada, los esquineros Anthony Brown y Chidobe Awuzie se perdieron el juego ante Seahawks. Aunado a esto, no tienen profundidad. Entonces, ¡cada juego es un festival!

Si admites tal cantidad de puntos pones mucha presión en tu ofensiva. Por eso las 1,188 yardas de Prescott apenas han servido para una victoria. Peor cuando no estableces el juego terrestre como la base de tu ataque. Si eres vulnerable a la defensiva, te conviene tener el dominio del reloj de juego. Dallas no lo hace. El domingo ante Seahawks abandonaron la carrera; Ezekiel Elliott apenas tuvo 5 acarreos en toda la segunda mitad. ¿Para eso le pagaron 90 millones de dólares?

Dallas corre el balón apenas el 35 % de sus jugadas ofensivas. Son 79 acarreos por 145 pases. Eso es poner toda la presión en tu quarterback y en una defensiva llena de huecos. Mucho cuidado porque van a enfrentar a un equipo como los Cleveland Browns que fundamentan su éxito justamente en el juego terrestre. Con Nick Chubb y Kareem Hunt promedian 33 acarreos por partido, corren en el 53 % de sus jugadas ofensivas.

¿Recuerdan a los Kansas City Chiefs del 2018? Era garantía que podían anotar más de 30 puntos, pero también que su defensiva no era punto de apoyo. Le permitieron 43 puntos a Patriots, 54 a los Rams, 38 a Seattle y 37 más a New England en el juego de playoff en que fueron eliminados. Fue hasta que tuvieron estabilidad defensiva que ganaron el Super Bowl.

Dallas no tiene esa estabilidad. Esas emociones extremas de estar jugando con fuego muy seguido te llevan a quemarte. Sin duda que cada juego del “Equipo de América” merece la pena verse. Pero es muy poco sustentable para el objetivo máximo.