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Y, ¿por qué le vas a los Browns?

Bien por los Cleveland Browns, bienvenidos de regreso; ahora vendrá lo más difícil, darle continuidad, consolidar el proyecto y cambiar la historia

Los Cleveland Browns están de regreso en la postemporada por primera vez desde 2002; una franquicia sufrida, que ha protagonizado momentos bochornosos en los últimos 35 años; un equipo que he seguido toda mi vida, que aprendí a querer y que en ese proceso también asimilé y entendí el sufrimiento que conlleva asociar sentimientos y emociones para con un equipo perdedor.

Los Browns han sido parte de mi filia deportiva desde 1985, cuando Bernie Kosar, el gigantesco pero torpe quarterback, apareció en escena para transformar un conjunto que navegaba en la mediocridad; quedé atrapado por la fortaleza de su línea ofensiva que provocó dos corredores con más de 1,000 yardas terrestres en la misma temporada, Earnest Byner y Kevin Mack; imposible ignorar las habilidades de receptores como Webster Slaughter, Reggie Langhorne, Brian Brennan o el ala cerrada miembro del Salón de la Fama, Ozzie Newsome.

La defensiva de aquellos Browns era comandada por el ilustre Clay Matthews y por backs defensivos de primera línea como Frank Minnifield y Hanford Dixon. Surgiría la leyenda de la defensa de “los perros”; los esquineros de Cleveland ladraban a los receptores para tratar de intimidar y distraer al contrario, situación que fue aprovechada por el público para adoptar el ladrido como grito de guerra y aparecer disfrazados en la tribuna con cualquier alusión canina y con comportamiento hostil en una de las cabeceras del antiguo estadio municipal de Cleveland, que terminó siendo conocido como la “perrera municipal”.

Los Browns son una franquicia gloriosa de la NFL en la época previa al Super Bowl, dominante en las décadas de los 40, 50 y 60 con un jugador insignia y posiblemente el mejor corredor de la historia, Jim Brown; lamentablemente para Cleveland, el equipo nunca ha aparecido en un Super Bowl y la mayor parte del público actual en la NFL, no entiende ni quiere entender que antes del Super Bowl ya había NFL.

Sobra decir cuán duro ha sido ser fanático de los Cleveland Browns; un equipo que llegó a perder tres Juegos de Campeonato en la Conferencia Americana en un lapso de cuatro años, y todos ante el mismo rival, los Denver Broncos y John Elway quien fue la bestia negra de los Browns en los ’80.

Cleveland ha sido conocida por ser una tierra con problemas para ganar en los deportes profesionales de los Estados Unidos. En la NBA obtuvieron un campeonato con LeBron James, pero habían fracasado una y otra vez en el pasado, e inclusive queda la sensación de haber ganado muy poquito para haber tenido al mejor jugador de baloncesto de los últimos 30 años; en el béisbol de Grandes Ligas, los Cleveland Indians han perdido series mundiales ante Florida, Atlanta y Chicago. No ganan un clásico de otoño desde 1948; y en la NFL ,el último campeonato de los Browns fue en 1964.

Los Cleveland Browns han fallado miserablemente desde que volvió la franquicia a la ciudad, desaparecieron por algunos años cuando el dueño decidió llevarse al equipo a Baltimore para crear a los Ravens en 1996 y que increíblemente ganarían el Súper Bowl del año 2000 para acentuar aún más la maldición que pesa sobre los Browns.

Hoy, los Browns han regresado a la postemporada, 18 años después, están de vuelta; no hay muchas esperanzas de trascender en playoffs, pero de alguna forma el entrenador en jefe novato Kevin Stefanski ha logrado dar vuelta a años terribles en donde el equipo tocó fondo con campañas de 1-15 y 0-16.

Estos Browns han evolucionado poco a poco, tienen un buen cuerpo de receptores, jóvenes, fuertes y con tamaño; aunque la ausencia de Odell Beckam Jr. limita el panorama. Sus alas cerradas son de primera categoría y la línea ofensiva está entre las mejores de la liga; si a eso sumamos la presencia de Nick Chubb y Kareem Hunt, la ofensiva es respetable. La mayor interrogante es Baker Mayfield quien no logra consistencia, es frágil y con tendencia a los balones perdidos.

El COVID-19 se ha ensañado en las últimas dos semanas con los Browns, múltiples jugadores y coaches han quedado fuera de actividad; poco a poco se han ido recuperando pero vuelven lejos de la forma que solían tener.

Esta versión de los Browns va a competir el domingo ante los Steelers en Pittsburgh, difícilmente podrán ganar pero van a hacer un duelo cerrado. Lamentablemente la gran mayoría de su defensiva secundaria está fuera de circulación; el safety Grant Delpit se rompió el tendón de Aquiles y no ha visto acción todo el año, el esquinero Greedy Williams también se ha perdido todo el año y Denzel Ward el cornerback contrario es frágil, se lesiona con frecuencia y acaba de sufrir COVID-19.

Es decir, Ben Roethliberger va a sufrir mucha presión de los frontales comandados por Myles Garrett, pero explotará su magnífico cuerpo de receptores ante la pobre defensa contra el pase que suelen jugar los Browns.

Como sea, es motivo de celebración ver a los Browns de regreso en la postemporada; son muchos años siendo el hazmerreír de la liga. El objetivo es erradicar de a poco la cultura perdedora del equipo y de la ciudad. No será sencillo, hay mucha presión, hay miedo a ganar, hay miedo a fracasar, hay miedo a seguir siendo mediocres; pero también es cierto que la motivación es grande, se han dado cuenta que pueden y deben dar vuelta a la página.

Quizás no trasciendan mucho en la postemporada de 2021, pero es un hecho que van en el camino correcto. Ya no duele tanto verlos perder, así ha sido siempre, pero las victorias saben diferente. Se percibe a leguas el pánico a cerrar los partidos, pero lo lograron 11 veces este año; el objetivo era tener una temporada ganadora, meterse a playoffs y cambiar la tendencia. Lo lograron, jugarán sin presión y son peligrosos.

De eso a que den vuelta a la historia, es otra cosa, pero por algo se empieza. Browns debe entender que su dominio del juego parte del ataque terrestre, tienen en Chubb a un jugador que puede cambiar el rumbo de la franquicia, pero, lamentablemente es muy difícil ir contra la tendencia de la liga que es lanzar, lanzar y lanzar. Nunca pasará de moda dominar el reloj, defender correctamente y correr el balón; eso es prioridad, debe ser sistema y no recurso.

Bien por los Cleveland Browns, bienvenidos de regreso; ahora vendrá lo más difícil, darle continuidad, consolidar el proyecto y cambiar la historia; se dice fácil, pero es un camino lleno de espinas y con sinfín de piedras de tropiezo, aún para sus fanáticos que están acostumbrados al eterno tormento de la derrota en sus peores formas.

Y, ¿por qué le vas a los Browns? No sé. Ni quiero saber.