El Super Bowl LVI dejó diversas historias de los nuevos campeones, los oficiales y lo que depara el futuro
Al final, las estrellas se hicieron cargo del Super Bowl LVI. Cuando parecían estar en la lona después de perder a Odell Beckham Jr. y un desastroso inicio en la segunda mitad, Los Angeles Rams se encaminaban a ser la última víctima de la fórmula de playoffs de los Cincinnati Bengals.
Los monarcas de la Conferencia Americana parecían tener contra las cuerdas a la poderosa ofensiva de los Rams provocando entregas, generando jugadas explosivas de sus receptores y consiguiendo goles de campo en la zona roja. Los ejemplos de sus victorias en la postemporada contra los Tennessee Titans y Kansas City Chiefs, en condición de visitantes, parecían repetirse cuando los Bengals tomaron la ventaja en Inglewood, California.
Después, cuando el equipo que lo apostó todo con sus canjes en pretemporada y en pleno calendario regular parecía estar sentenciado, sus dos mejores jugadores se hicieron cargo de la asignatura. Primero, Aaron Donald ayudó a maniatar a la ofensiva de Cincinnati que en su primera serie del tercer cuarto consiguió una anotación de 75 yardas para después limitarlos a sólo cinco primeras oportunidades en sus últimas seis posesiones. La ofensiva de los ahora monarcas tampoco estaba produciendo mucho, pero Cooper Kupp estuvo imparable en la serie que les dio el Vince Lombardi. Von Miller y Matthew Stafford, dos jugadores que llegaron para la presente campaña, también tuvieron un papel clave junto a las estrellas del equipo, pero los Rams salieron del hoyo en el que se habían metido para conseguir el primer campeonato en la era de Sean McVay y, de paso, sus superestrellas alcanzaron la gloria:
El ajuste defensivo que valió un Super Bowl
Estaba clara la amenaza desde un principio del juego que Donald y compañía podían destrozar el plan de juego de Zac Taylor. El mariscal de campo Joe Burrow estaba operando a máxima velocidad desde la primera jugada. En promedio, tomó 2.41 segundos antes de lanzar sus pases, cifra que no había tenido en toda la temporada. En la primera mitad, detenía el cronómetro en 2.35 segundos; para tener algo con qué compararlo a lo largo de la temporada regular, entonces debemos fijarnos en lo que hacía Ben Roethlisberger en el primer y segundo cuarto de sus partidos con un promedio de 2.39. Parecía que los Bengals estaban cómodos con la ofrensiva rápida, sin gente en el backfield y confiar en que Burrow podría desprenderse rápido del ovoide.
La criticada línea ofensiva de Cincinnati hizo relativamente un buen trabajo de contener a Donald y sus colegas por la mayor parte de la primera mitad. El centro Trey Hopkins parecía tener instrucciones claras: a menos que estuviera bloqueando a alguien o que los Rams colocaran a más gente de algún lado de la línea, su prioridad sería voltear hacia el lado donde estuviera Donald y ayudar a bloquearlo. El equipo de Los Angeles colocaba por todos lados al egresado de Pittsburgh y algunas veces apostaron por enfrentamientos cinco contra cinco, pero por lo general sólo tenían a cuatro jugadores presionando y los Bengals hicieron un trabajo decente para evitar que molestaran a Burrow.
Sin embargo, al final de la primera mitad, los Rams encontraron una fórmula que repitieron con éxito en el tercer y último cuarto y eso cambió el juego para su presión al mariscal de campo. En la jugada en la que Donald (99) sacó a Burrow por las laterales y se le acreditó como captura, acercaron a Ernest Jones (50) a la línea de golpeo y lo mandaron a "atacar" a Burrow como parte de una presión simulada. Miller (40) salió a cobertura de pase del lado opuesto, lo que le permitió a los Rams colocar a siete para defender el pase y al resto a presionar al mariscal de campo para generar ventajas para la defensiva. Hopkins favoreció la ayuda contra Donald y, de esa forma, tres jugadores estaban enfocados en el tackle defensivo de los Rams, por lo que entonces sus compañeros tenían la ventaja en un tres contra dos en el otro lado de la línea. Los Bengals ya no pudieron corregir y, a pesar que Burrow pudo salir de la bolsa de protección, Donald lo persiguió hasta las laterales:
Rams bring a sim pressure and drop Miller into coverage. C actually turns right and there's three people focused on Donald, so Rams get three rushers vs. two blockers on the left side, play gets blown up, Donald comes across the formation to clean up. pic.twitter.com/3IyuVGfN68
— Bill Barnwell (@billbarnwell) February 14, 2022
A partir de ese momento Donald dominó el juego y bien podría pensarse que se debió a la molestia que le generaron los empujones en las laterales, pero la realidad es que los Rams encontraron un esquema que no pudieron ajustar los Bengals. En las siguientes tres posesiones, utilizaron versiones diferentes de ese concepto una y otra vez. Continuamente ponían cinco jugadores sobre la línea de golpeo --algo que suelen dominar-- para crear enfrentamientos uno a uno, pero ahora disfrazaban esto ya que aparecían cinco defensivos en la línea pero uno finalmente salía a cobertura de pase, lo que desconcertaba al rival al no saber si habría duelos uno a uno y también estaban bien protegidos para defender el pase.
En nueve intentos de pase en esas series, los Rams capturaron cinco ocasiones a Burrow y sólo permitieron una primera oportunidad, que fue en un acarreo en una cuarta oportunidad con una yarda por avanzar. Eliminaron la ayuda que los guardias Quinton Spain y Hakeem Adeniji recibían de Hopkins al colocarle un hombre enfrente al centro o poner a un tackle defensivo en su zona, lo que obligaba a los guardias a comunicarse en tiempo real y mantener la protección. Donald empezó a destrozar a Adenji con su fortaleza para presionar al pasador. Miller hacía magia del lado derecho contra Isaiah Prince con su presión y "limpiando" la presión interior de sus compañeros.
La última jugada de esa serie fue aquella en la que Burrow fue capturado por el Jugador Más Valioso del Super Bowl 50 en la que parecía salir lesionado de la rodilla. A partir de ese momento, la estrella de segundo año no volvió a ser el mismo. Parecía no tener la misma confianza en sus pases y ya no era una amenaza para salir corriendo. Tampoco le ayudó mucho cuando Tyler Boyd dejó caer un pase en tercera oportunidad cuando faltaban 6:23 por jugar, pero sus números en ese lapso eran cuatro pases completos en siete intentos para 26 yardas, pero la mayoría de esas yardas fueron en una jugada en la que Jalen Ramsey quiso adelantarse en un pase que finalmente atrapó Ja'Marr Chase y se escapó para 17 yardas.
Cuando Burrow no se desprendía rápido del ovoide, los Bengals estaban sentenciados. La estadística de ESPN llamada pass block win rate (PBWR) "tasa de victorias en bloqueo de pase" rastrea la frecuencia con la que un liniero ofensivo le "gana la batalla" a un liniero defensivo en los primeros 2.5 segundos de una jugada. Cincinnati apenas obtuvieron un 18 por ciento de la estadística anteriormente mencionada, lo que fue la peor actuación en toda la temporada 2021, sin importar de qué equipo se hable. Así, como bien pueden deducir, los Rams se impusieron en el 82 por ciento de las ocasiones, entregando su mejor actuación del año en ese rubro.
La amenaza de la presión generada Donald, Miller y compañía evitó que los Bengals pudieran utilizar el play-action. Burrow tampoco fue precisamente brillante en este concepto a lo largo del 2021, pero tuvo un promedio de seis jugadas de play-action por partido a lo largo de la temporada regular y sólo tuvo dos el domingo en el Super Bowl. Una de ellas fue el pase de anotación de 75 yardas con Tee Higgins al comenzar el tercer cuarto, lo que nos deja ver lo peligrosa que es esa arma si los Bengals pudieran proteger bien a su mariscal de campo.
Durante la mayor parte de la segunda mitad no parecía que este tema podría ser clave para ganar el partido. Los Rams se enfriaron tras la lesión de Beckham ya que no obtuvieron primeras oportunidades cinco de sus siete series significativas subsecuentes. La ofensiva de McVay tuvo hasta tres series consecutivas en las que salieron después de sólo tres jugadas antes de comenzar una posesión desde su yarda 21 con 6.13 por jugar. A partir de ahí, Kupp (y Stafford) salvaron su temporada.
El inevitable Cooper Kupp
Antes de la última serie, Kupp estaba teniendo un juego debajo de sus estándares. Es cierto que el Jugador Ofensivo del Año tenía una recepción para anotación en la primera mitad, pero sólo contaba con cuatro pases atrapados para 53 yardas. Los Bengals estaban enfocados en comprimir el centro del campo y quitarle la habilidad de elegir la ruta. Pese a perder a Beckham y al ala cerrada Kendall Blanton durante el juego, Stafford no lo buscó en las series que salieron después de solo tres jugadas. Lo más llamativo de su rol hasta esa altura del compromiso quizá fue el truco que intentaron en el que se "convirtió" en mariscal de campo para buscar a Stafford como receptor, papel que, de estar disponible, seguramente le hubiera correspondido a Beckham.
Después de eso, Kupp tomó el juego en sus manos. Probablemente salvó la temporada de los Rams al conseguir lo que no habían hecho en sus anteriores 18 acarreos: una primera oportunidad. Los Rams presentaron un frente en el que vendieron la idea de una jugada personal con Stafford pero fue entonces cuando, en movimiento, les ganó por velocidad para conseguir la primera oportunidad. El profundo Vonn Bell era el jugador libre de los Bengals en la línea y el que tuvo la mejor oportunidad de taclearlo, pero, con la velocidad y ventaja que llevaba Kupp, lo superó.
A partir de ahí, Kupp atrapó cuatro pases para 39 yardas, incluyendo el touchdown de la victoria. También generó tres castigos, incluyendo el polémico pañuelo contra Logan Wilson por sujetarlo, una falta personal en un golpe tardío de Bell que finalmente se borró por un castigo contra los Rams y una interferencia de pase contra Eli Apple (ya hablaremos de los oficiales más adelante). Fueron capaces de alinearlo en coberturas personales en cada uno de esos pases completos e inclusive tuvo la ventaja en dos de esas jugadas al enfrentarse a los apoyadores y, finalmente, contra Eli Apple en la anotación del triunfo.
Elegir a Apple fue quizá la táctica ofensiva más interesante de Los Angeles. Consiguieron un par de anotaciones contra su cobertura. Una de ellas fue temprano en el juego cuando los Bengals parecían presentar una cobertura en la que cada profundo estaba encargado de un cuarto del campo y los Rams optaron por una jugada de play-action. En un principio, Apple estaba libre en el flat y prestaba atención a la zona profunda, pero aunque empezó a correr cuando Kupp lo superó, ya no había forma en que lo alcanzara. Stafford encontró a su receptor en el fondo de la zona de anotación.
En el touchdown del triunfo, los Rams movieron a Kupp de la ranura al exterior, garantizando el enfrentamiento uno a uno con Apple, quien se quedó colgado como lo hizo 50 Cent en el show del medio tiempo. El pase de Stafford en sí pareció más un envío hacia el hombro externo que el plan original, confiando en el hecho que su compañero iba a ganar la posición en un pase vulnerable. Esa confianza fue recompensada.
Sin embargo, la relación casi telepática y la confianza entre Stafford y Kupp fue aún más evidente en lo que recordaremos como el pase más importante en la vida del egresado de Georgia. El pase de 22 yardas que Stafford lanzó a Kupp en la serie final fue quirúrgico. Bryce Hopkins estaba abierto, lo que provocó que Bell se saliera de la línea de pase y entonces hizo su mejor impresión de Patrick Mahomes al lanzar el pase sin mirar hacia la zona justo cuando Kupp apenas estaba haciendo el corte en su trayectoria. Los Rams cambiaron dos selecciones de primera ronda por un mariscal de campo con la esperanza de que haga lanzamientos como este:
The 22-yard slant to Kupp. pic.twitter.com/63sLffIjJc
— Bill Barnwell (@billbarnwell) February 14, 2022
Lo que ocurrió el domingo nos sirvió como recordatorio del porqué los Rams hicieron este movimiento y el porqué él había sufrido tanto para llegar a esta instancia antes del 2021. Comenzó el juego encendido con un hermoso pase a Beckham para los primeros puntos del Super Bowl. La ofensiva, después de eso, se pasmó y Stafford también tuvo algunos errores. No podemos culparlo por su segunda intercepción, pero no podemos decir lo mismo de la primera ya que evitó un posible gol de campo para su equipo al arriesgar un pase a la zona de anotación que, simplemente, no tenía ningún sentido. Los Rams sabían lo que obtenían con este tipo de errores, pero también les daba una mejor oportunidad y, aunque no siempre se sintieron cómodos, esta decisión les ayudó a ganar un Vince Lombardi.
Cómo los Bengals casi lo lograron
Debemos darle mayor crédito a los Bengals, quienes ofrecieron una gran batalla y, probablemente, fueron mejores la mayor parte del partido. A final de cuentas, no tuvieron herramientas suficientes para detener a los cazamariscales, pero pudieron tomar la ventaja y estuvieron cerca de ganar al atacar las debilidades de los Rams. Así como fue importante señalar cómo los Rams fueron capaces de imponerse en el partido cuando sus estrellas se echaron el equipo a la espalda a través de las estrellas que obtuvieron a cambio de material en el draft, también debemos subrayar la falta de profundidad en el equipo y los jugadores de menor impacto entre sus titulares que estuvo muy cerca de pasarles factura.
Primero, los Bengals tomaron ventaja de la falta de profundidad en el cuerpo de receptores una vez que salió lesionado Beckham. La mayoría de los equipos aún así se sentiría cómodo con un jugador como Kupp como su receptor principal, pero no había mucho más detrás de él. Van Jefferson, quien no ha superado la barrera de las 65 yardas en un juego desde la mitad de la campaña, tuvo 23 yardas en ocho pases en su dirección y tampoco hizo mucho por evitar la intercepción de Jessie Bates en el cierre de la primera mitad. Ben Skowronek, quien adquirió un mayor protagonismo tras la ausencia de Beckham, fue buscado en cinco ocasiones y culminó con 12 yardas. El jugador de 24 años no pudo quedarse con un pase que acabó en una intercepción y después no pudo desarrollar su ruta en otra jugada que culminó con un pase incompleto.
Tyler Higbee y Jacob Harris estaban descartados y Blanton limitado a 30 jugadas por una lesión, los Rams también estuvieron forzados a utilizar a su cuarta ala cerrada (Hopkins) en todas las acciones. La selección de cuarta ronda del 2020 fue el mejor de los anteriormente mencionados al registrar cuatro recepciones para 47 yardas y también contribuyó a la hora de bloquear. Hopkins fue capaz de contener a Sam Hubbard en la línea de golpeo para el acarreo de Kupp que, finalmente, ayudó a que Los Angeles siguieran con vida.
Los Bengals fueron capaces de atacar a los profundos y apoyadores de un perfil más bajo en las coberturas. Nick Scott fue "quemado" en el pase del corredor Joe Mixon a Higgins. Taylor Rapp, quien regresaba de una conmoción cerebral, permitió tres pases completos en el mismo numero de intentos para 32 yardas. Cincinnati también atacó a David Long, alineado en la ranura, con Chase y Boyd. Troy Reeder, otro de los jugadores que fue constantemente probado en la Final de Conferencia ante los San Francisco 49ers, otra vez estuvo en el microscopio cuando buscaban atacar el centro del campo.
El equipo de Zac Taylor completó cinco pases para 160 yardas y una anotación contra la cobertura de Ramsey, su profundo estelar y alguien que, definitivamente, no se considera una debilidad la mayoría de las semanas. El exjugador de los Jacksonville Jaguars no jugó tan mal como sus números lo dicen, pero tampoco fue su mejor presentación. La anotación de Higgins de 75 yardas requirió de un espectacular sujetando de la máscara que no fue sancionada por los oficiales. (De nuevo, ya hablaremos de este punto más adelante).
Chase le ganó por un paso a Ramsey en la jugada de 46 yardas, pero también vimos una recepción magistral del novato, quien probablemente está heredando el rol de Beckham como el receptor con las mejores manos de la liga. Creo que la peor jugada de Ramsey fue en aquella en la que intentó adelantarse a un pase que completó el jugador de primer año de LSU en el último cuarto y culminó en una jugada de 17 yardas en la ofensiva de los últimos dos minutos. Si Burrow hubiera tenido tiempo para lanzar el pase en la última jugada, Chase también ya había superado al esquinero estelar.
Oh man, Chase had a step on Ramsey on the final offensive snap of the game for the Bengals pic.twitter.com/tKAS6QPo4n
— Bill Barnwell (@billbarnwell) February 14, 2022
La otra gran debilidad de los Rams, en el papel, estaba en la ofensiva, ya que no tienen a los mejores linieros ofensivos interiores y tienen un entrenador que cree que su ofensiva está armada para ganar la batalla física del juego terrestre. Esa combinación casi hunde a los ahora monarcas.
Cómo el juego terreste casi le cuesta a los Rams el Super Bowl
Es muy raro ver que casi todo el universo del fútbol americano esté de acuerdo e inclusive fue más sorprendente que que casi todos los que vieron el partido del domingo coincidieron en dos temas clave. El primero es que el show de medio tiempo fue espectacular. y el otro es que los Rams necesitaban dejar de correr el balón. Una de las actuaciones terrestres más deplorables en los últimos años redujo drásticamente sus posibilidades de ganar.
Una de las mejores armas de los Bengals fue convencer a los Rams de entregar el balón a sus corredores. Acumularon 43 yardas en 23 acarreos. Según NFL Next Gen Stats, eso le dio a Cincinnati 9.2 puntos más de lo esperados en esos intentos. A su vez, de acuerdo con Keegan Abdoo de Next Gen, ninguno de sus primeros 19 intentos fueron "exitosos" en términos de mantener el ritmo a la ofensiva. Ningún equipo había tenido números similares a lo largo de todo un compromiso en el que tuvieron 10 o más acarreos.
Los Rams estuvieron cerca, aunque finalmente se quitaron ese estigma con el intento de Kupp que les otorgó la primera oportunidad y luego la única conversión que tuvo Cam Akers más adelante en la misma serie. Al final del juego, sólo habían producido carreras con yardaje positivo en el 8.7 por ciento de sus intentos. Esta fue la segunda peor marca de toda la campaña ya que sólo los Jaguars tuvieron un juego de ocho yardas en el mismo número de intentos.
Los corredores de Los Angeles no tuvieron un buen Super Bowl y Akers fue el primero en ser señalado. Tuvo 21 yardas en 13 acarreos y sólo la primera oportunidad anteriormente mencionada. El modelo de Next Gen (yardas por tierra sobre la expectativa, RYOE por sus siglas en inglés) sugiere que un corredor promedio habría conseguido esos intentos en 44 yardas y tres primeras oportunidades, pero los Rams pasaron gran parte del día en segunda oportunidad y nueve yardas por avanzar porque simplemente no conseguían nada con sus acarreos para comenzar la serie.
La buena noticia es que Akers estaba en camino de tener el peor juego individual de la temporada para un corredor antes de esa primera oportunidad. La mala noticia es que al jugador al que hubiera superado es... Cam Akers, quien, en la Ronda Divisional ante los Tampa Bay Buccaneers, apenas tuvo 48 yardas en 24 intentos y un par de balones sueltos (uno de ellos como receptor). Su regreso tras sufrir una lesión en el tendón de Aquiles ha sido notable, pero, en general atentó contra los Rams a lo largo de la postemporada.
En general, los Rams tuvieron una producción de -37 RYOE en sus 23 acarreos, lo que deja en claro que tampoco Sony Michel ni Darrel Henderson hicieron un buen juego. Después de observar con mayor detenimiento los intentos por tierra en este compromiso, comprendí mejor a los corredores. La línea ofensiva tuvo un día absolutamente terrible en este departamento, lo que también tuvo que ver con la gran labor que tuvieron los linieros defensivos de Cincinnati.
Cuando los Rams fueron maniatados por los New England Patriots en el Super Bowl LIII, el conjunto de Massachusetts los sorprendió con grandes dosis de un frente 6-1 que Los Angeles ya había enfrentado contra los Detroit Lions y Chicago Bears en esa campaña. Hemos visto equipos apostar por la carrera en situaciones en las que el oponente coloca dos profundos lejos de la línea de golpeo, una caja menos cargada y retan a la ofensiva a correr. Me encantaría decirles que hubo algo único, especial e inesperado sobre lo que Cincinnati hizo a la defensiva para maniatar a los Rams o convencerlos que siguieran "moviendo" el balón por tierra con la regularidad que lo hacían.
Desafortunadamente, no es así. Los Bengals sólo presentaron una vez el frente de 6-1, pero fueron capaces de provocar terceras oportunidades de largo yardaje con la presión de solo cuatro defensivos. Los californianos lo intentaron contra pocos hombres en la línea de golpeo, con una defensiva que ajustó para contener la carrera y también con dos profundos lejos de la línea de golpeo en nueve de los 19 intentos de sus corredores. Intentaron mover el ovoide por esta vía porque creían que iban a poderlo hacer y simplemente no pudieron.
Ciro Procuna y Pablo Viruega analizan los momentos clave del Super Bowl LVI.
Probablemente podrías contar con los dedos de una mano las veces que un liniero ofensivo de los Rams completó con éxito un doble equipo y llegó al segundo nivel. Los apoyadores de Cincinnati tuvieron rienda suelta para tapar los huecos y derribar a Akers, producto del gran trabajo de D.J. Reader y compañía. También hay que decir que, en muy rara ocasión, se marca el sujetando a la defensiva y, en este caso, Zach Kerr se salió con la suya en uno particularmente obvio en un acarreo de Michel.
Los Rams también fueron descuidados. Hubo múltiples ocasiones en las que un liniero o un receptor simplemente no bloquearon a nadie y su hombre atacó el backfield para una tacleada que significaba pérdida de yardaje. Las alas cerradas también tuvieron problemas, ya que Blanton se lesionó tratando de bloquear y luego no pudo evitar que Trey Hendrickson destrozara una jugada después de volver al juego. En la tercera oportunidad que convirtió Kupp, Hopkins falló en un intento de bloquear a Bell. Kupp también fue exhibido en este tema cuando no pudo contener a Germaine Pratt, quien detuvo a Akers. Inclusive, en las mejores jugadas del día para Akers y Henderson, tuvieron que esquivar un defensivo en el backfield antes de conseguir un largo yardaje.
Los entrenadores tienen que equilibrar esa delgada línea entre el plan de juego con el que arriban, lo que han visto a lo largo del juego y lo que pueden hacer para cambiar las cosas. McVay estaba claramente inconforme con la actuación de la primera mitad, ya que dijo en la entrevista previa a ingresar al túnel antes del medio tiempo que los Rams necesitaban mejorar en los primeros intentos. Luego mandó un pase en primera oportunidad, pero después de que Skowronek no pudo atraparlo y resultó en una intercepción, los Rams regresaron al juego terrestre. Estoy seguro de que McVay esperaba que bloquearan mejor a medida que avanzaba el juego, pero no sucedió. Cada vez que entregaban el balón a los corredores era un regalo que aumentaba las posibilidades de que Cincinnati ganara.
Oficiales
Ok, ya vamos a hablar de este tema. Los fanáticos de los Bengals están furiosos por el sujetando a la defensiva contra Wilson sobre Kupp en la última serie. Después de guardarse los pañuelos a lo largo del juego, quitando una salida en falso y otra sanción estúpida del esquinero Vernon Hargreaves, quien estando inactivo para el Super Bowl ingresó al campo de juego para celebrar en la zona de anotación con sus compañeros, los oficiales de repente se acordaron que eran parte del juego y empezaron a señalar castigo tras castigo en la última posesión de los Rams.
¿Deberían los Bengals sentirse afectados? Los oficiales fallaron con ambos equipos. El touchdown de 75 yardas de Higgins, que durante gran parte del juego fue la más importante, también debió echarse para atrás por la forma en que casi le arranca la máscara a Ramsey. El esquinero de los Rams también cometió un castigo en la zona roja contra el mismo oponente en una trayectoria de rápido dentro, pero podría decirse que Cincinnati tuvieron la llamada más atroz en un sujetando de Kupp en una jugada en la que fueron castigados por rudeza innecesaria, pero tampoco estoy seguro que ese golpe de Bell calificaba como foul personal.
Es por eso que debe considerarse como un fragmento de sonido vacío cuando la gente habla de cómo quieren que los árbitros se mantengan al margen y dejen que los jugadores decidan el juego. En la teoría suena como lo ideal, pero también es ingenuo pensar que los jugadores no cometerán penalizaciones y simplemente jugarán de manera limpia. Que los oficiales no lancen los pañuelos tampoco significa que no se producirán penalizaciones, solo significa que no serán marcadas. Como ocurre con cualquier cosa en el fútbol americano, lograr un equilibrio es clave, pero es mucho más fácil enojarse por situaciones que no se señalaron o por el hecho que haya demasiados castigos.
Sabemos que la NFL tiene un largo historial de tratar de evitar pañuelos en partidos importantes y los equipos utilizan esa información a su favor. Como señaló el exejecutivo de los Patriots, Scott Pioli, ellos jugaron deliberadamente de manera más física en los juegos por el Campeonato de la Conferencia y los Super Bowls, sabiendo que era poco probable que los árbitros decretaran penalizaciones. Si viéramos los partidos con el mismo detenimiento que analizamos un Super Bowl, entonces te darás cuenta esto ocurrirá con los dos equipos.
Para mi, el principal problema es el momento en que ocurrieron estos castigos. Al igual que la zona de strike en el béisbol, los jugadores parecen estar cómodos con la forma en que los oficiales llevan el duelo de forma flexible o estricta, siempre y cuando sean congruentes desde las primeras jugadas y, entonces, se puedan ajustar. En este caso, en un juego en el que los oficiales lucían permisivos con el contacto en las coberturas, Wilson fue sancionado por algo que, estoy seguro, elementos de ambos lados hicieron sin recibir sanción.
Esta es la segunda vez en dos temporadas que hemos visto a los oficiales dejar que las cosas vayan a un grado dramático antes de tomar medidas enérgicas con el juego en el alambre. La última vez, fue en el Juego de Campeonato de la NFC del 2020. Los Buccaneers y los los Green Bay Packers básicamente jugaron un juego de Mutant League Football durante 58 minutos. Sin embargo, en los últimos dos minutos, Kevin King fue penalizado con una interferencia de pase a la defensiva en tercera oportunidad, lo que extendió la serie final de Tampa Bay y permitió que se acabaran el reloj.
Ahora tenemos un par de ejemplos de planillas diferentes que sugieren que la liga podría permitir que los equipos hagan todo lo posible durante los primeros 58 minutos antes de alentar a los árbitros a tomar medidas enérgicas en los últimos dos minutos de los juegos. Cuando los entrenadores instruyan a sus jugadores en los juegos por el título de la conferencia y el Super Bowl del próximo año para que jueguen de manera más agresiva de lo que lo harían en un juego "normal", es posible que también deban decirles a sus profundos y linieros que vuelvan a bajar la intensidad tras la pausa de los dos minutos.
¿Qué sucederá con los Rams?
En medio de la algarabía de ganar un Super Bowl, los Rams parecen estar listos para entrar en un futuro incierto durante la temporada baja. Eric Weddle, quien dejó el retiro y se convirtió en un profundo en cuestión de semanas, ya ha confirmado que regresará a las canchas de baloncesto de tiempo complato. El tackle izquierdo Andrew Whitworth ha insinuado fuertemente su retiro, y sería una sorpresa que el jugador de 40 años regrese en 2022. Miller y Beckham, cuyo estado de lesiones aún no estaba claro el lunes por la mañana, son agentes libres sin restricciones.
Los informes del fin de semana generaron aún más incertidumbre. McVay insinuó que consideraba dejar los Rams después de casarse para comenzar una familia, alimentando los rumores que tiene interés en convertirse en locutor de televisión. Justo antes del juego, la transmisión de NBC también sugirió que Donald podría retirarse si los Rams ganaban el Super Bowl, y el tackle defensivo no confirmó ni negó esos reportes después de la victoria.
Perder a Weddle es decepcionante --y los Rams recibieron una gran aportación de parte Beckham y Miller--, pero sobrevivirán si esos muchachos se van. Perder a Donald o McVay sería catastrófico. Se puede decir que Donald es el mejor defensivo de la NFL y tiene un patrón claro de conseguir que los jugadores que lo rodean produzcan a un nivel mucho más alto. McVay fue mi elección como la mejor contratación de un entrenador en los últimos cinco años, incluso antes de ganar un Super Bowl, y su personal de entrenadores ha sido drenado por años debido a diversas contrataciones y salidas. Independientemente de las fallas que tenga como administrador del juego u ocasionalmente con su selección de jugadas, tiene más puntos positivos que negativos.
No sé qué pasará, pero en este momento no estoy seguro de que deba importar. Los Rams no estaban tan "all-in" como podría haber parecido cuando hicieron el canje de Miller, dado que obtendrán una selección compensatoria si abandona a la franquicia en la agencia libre, pero este no es un equipo diseñado para alcanzar su punto máximo y ganar dentro de cinco años. Estaban armados para ganar en esta ventana, y reunir a posibles miembros del Salón de la Fama en el futuro en su mejor momento con Donald y Ramsey.
Kupp y Stafford, que difícilmente entraban a la conversación para estar en la lista del Salón de la Fama, de repente están comenzando a acumular fuerza en esa dirección con lo que han hecho durante el último año. Whitworth, el ancla de una línea que se armó de una forma poco convencional, probablemente merece crédito para entrar a Canton. Además, los Rams fueron el quinto equipo más veterano de la liga este año.
Esto sin duda sería un tema mayor si los Rams hubieran perdido, dado que podríamos haber visto de manera realista un universo en el que pierden a McVay y Donald durante los próximos dos años mientras seguían lamentándose por la pérdida de las selecciones de primera ronda. Su ventana podría haberse cerrado plausiblemente sin haber ganado un Super Bowl. Quedarse corto durante la totalidad de la era McVay habría sido una reprimenda a la filosofía de Los Angeles, incluso si ayudó a obtener múltiples títulos de la División Oeste.
¿Y ahora? Los Rams están jugando con dinero de la casa. Cada movimiento que hace un equipo es con la esperanza de ganar un Super Bowl, y aunque sin duda le darán a Stafford una extensión masiva esta temporada baja y esperan construir un gran equipo sin importar quien se retire, no necesitan ganar nada más para justificar lo que han hecho y cómo lo han hecho. Como cultura deportiva, miramos constantemente lo que sucederá a continuación y lo que nos depara el futuro. Los Rams, más que cualquier equipo de fútbol americano, fueron un equipo construido para ganar en el presente.