"Ya está, ya está". En medio de los festejos por la conquista de la Copa del Mundo de Qatar 2022, Lionel Messi miró a su familia y expresó su alivio por haber cumplido el objetivo más importante de su carrera. Después de lograr el título más importante de todos en su quinto intento, el mejor futbolista de su época (y quizás de todas las épocas) supo que todo había tenido sentido.
Casi veinte años en el primer nivel europeo lo elevaron a una categoría que solo él conoce. Ganó todos los trofeos posibles, tanto individuales como colectivos. Rompió casi todas las marcas existentes. Inspiró a millones. Hizo todo. Hasta lo que jamás se imaginó posible. Por eso, ahora tiene derecho a decidir qué hacer con su vida.
"Estoy en un momento donde quiero salir un poco del foco, pensar más en mi familia. Quiero volver a reencontrarme con el disfrute, con disfrutar de mi familia, de mis hijos, del día a día y por eso fue un poco también la decisión de no darse lo de Barcelona", afirmó al dar a conocer su determinación de jugar en los Estados Unidos. Es decir, que su búsqueda hoy es fuera del primer plano del fútbol internacional.
Messi quiere estar más tranquilo. Algo que es imposible en las principales ligas europeas y en la UEFA Champions League. La intensidad de la competencia, la presión incluso para el mejor futbolista del siglo y las obligaciones ya no son parte de su disfrute como lo han sido durante casi dos décadas. Porque el crack rosarino se alimentaba de todo eso. La competencia era su combustible.
Sin embargo, a los 36 años y después de haber conseguido lo que siempre soñó, llegó el momento de parar la pelota y cambiar de frente. ¿Es algo definitivo? ¿Messi ya no volverá a trotar las canchas más prestigiosas del planeta? Nadie lo sabe.
Es fácil afirmar que la carrera europea del siete veces Balón de Oro está terminada. Sin embargo, nadie puede estar seguro de eso. Más aún al conocer las ambiciones y las motivaciones del Diez. Hoy, Messi dejó claro que desea salir del foco. Mañana es una incógnita.
Porque está impecable desde lo físico y desde lo futbolístico. Hace menos de seis meses fue el mejor del mejor Mundial de las últimas décadas. Marcó siete goles, tuvo actuaciones conmovedoras y lideró a Argentina hacia un título brillante. Será el mejor del planeta hasta el día en el que deje de jugar. Entonces, su vuelta al primer nivel de Europa solo depende de él.
Hay ejemplos de sobra. A los 36 años, Zlatan Ibrahimovic dejó Manchester United para jugar en Los Angeles Galaxy. Solo dos temporadas después, retornó a AC Milan para jugar allí cuatro años más. Y eso que el sueco tuvo más lesiones que el argentino en su carrera. Algo similar sucedió con David Beckham.
Messi aún tiene fútbol para regalar. Lo hará en Inter Miami y en la Selección, con la que se prepara para jugar las Eliminatorias, un torneo muy intenso, y la Copa América 2024. Verlo en cualquier cancha es un regalo. Y el futuro está por escribirse