Si hay algo que distingue a la Selección de Ecuador que jugará la Copa del Mundo de Qatar 2022 es su frescura y juventud. La columna vertebral del equipo está formada por futbolistas menores de 24 años y su gran virtud es esa mezcla del atrevimiento y las ganas propias de los jóvenes con la categoría indiscutible que han demostrado tener. En ese contexto, Gonzalo Plata es la gran esperanza ofensiva.
Cuando se hizo cargo de la dirección técnica de la Tri, Gustavo Alfaro sabía bien que lo esperaba una generación muy prometedora. La mejor de la historia del país. Su principal acierto fue darle rodaje y confianza desde el comienzo de su ciclo a esos jugadores, que rindieron sin necesidad de adaptación. Hoy, Piero Hincapié, Pervis Estupiñán y Moisés Caicedo son inamovibles, mientras que Plata es uno de los más mejores argumentos de la Tri en ataque.
Nacido a fines de 2000 en Guayaquil, a los 11 años se unió a las divisiones inferiores de Independiente del Valle, que estaban camino a ser una de las mejores canteras del continente. En 2018 formó parte del plantel subcampeón de la Libertadores sub 20 junto a compañeros como Moisés Ramírez, William Pacho y Stiven Plaza. Ese mismo año debutó en primera división y enseguida se convirtió en una de las figuras del equipo de Ismael Rescalvo.
Tenía 18 años recién cumplidos cuando se destacó como uno de los hombres clave del histórico seleccionado campeón sudamericano sub 20 en 2019. En el conjunto dirigido por Jorge Célico jugaba como extremo derecho, con Leonardo Campana como centrodelantero, Alexander Alvarado como su socio y José Cifuentes en el centro del campo. También brillaron con un tercer puesto inolvidable en el Mundial de la categoría.
Plata era uno de los más chicos de esa generación, que en su mayoría había nacido en 1999. Sin embargo, el atacante guayaquileño fue uno de los que mejor y más rápido maduró. El salto al fútbol europeo llegó en ese mismo 2019 y, aunque sufrió cierta irregularidad, nunca sufrió el cambio físico ni futbolístico a otra liga. Sus problemas estuvieron más ubicados fuera de la cancha que dentro.
Las virtudes de Plata son conocidas. Es un extremo rápido, habilidoso y con capacidad de gol, aunque en este apartado debe seguir mejorando. Es el típico atacante que puede desnivelar sin contexto y eso puede marcar la diferencia en una Copa del Mundo. Alfaro no le dio la titularidad de forma definitiva, pero cada vez suma más minutos y hoy es el favorito para jugar en este puesto.
¿Por qué si juega en la Seleccion nacional desde 2019 y ya lleva un buen tiempo en el fútbol europeo tiene la etiqueta de "promesa"? Porque llegará a Qatar 2022 con 22 años recién cumpidos y, sobre todo, podría dar un paso al frente en el ámbito mundial. Plata tiene las condiciones y la capacidad para ser una aparición rutilante y una de las revelaciones de la Copa del Mundo.