SAN SEBASTIÁN - La Real Sociedad, donde juega el mexicano Carlos Vela, ha alcanzado este martes un acuerdo con el Olympiacos de Alan Pulido, para la cesión de Alberto De la Bella al club griego hasta el 30 de junio de 2018, fecha en la que el lateral catalán se desvinculará oficialmente de la entidad guipuzcoana.
Según informa el club en un comunicado, el lateral ya ha superado el reconocimiento médico en Atenas y, esta misma tarde, se ha incorporado a la disciplina del equipo heleno.
En su nota, la Real Sociedad agradece a De la Bella su "compromiso" y "orgullo" en la defensa de los colores blanquiazules, así como "la profesionalidad que ha demostrado durante sus siete años de permanencia en el club".
Desde que debutó en un partido de Liga frente a Las Palmas, el 29 de agosto de 2009, Alberto De la Bella ha disputado un total de 192 partidos con la camiseta txuri urdin.
Durante sus siete temporadas, ha marcado seis goles y ha vivido grandes momentos en el club guipuzcoano, ya que en su primer año, formó parte del conjunto que logró el ascenso a Primera División.
Entre sus momentos más destacados están la disputa de la Liga de Campeones y la semifinal de Copa, ambas en la temporada 2013-2014, así como la previa de la Liga Europa una campaña más tarde.
El jugador se ha despedido de los aficionados donostiarras mediante una carta abierta publicada en la página de la Real Sociedad en internet, en la que asegura que durante su estancia en el club se ha sentido "como un canterano más desde el primer día hasta el último."
De la Bella se muestra agradecido en su misiva a toda la afición, a los distintos estamentos del club y a todos los entrenadores que le han dirigido, de los que, según dice, ha aprendido "lo mejor de cada uno".
"A Eusebio le agradezco el trato y la claridad con la que siempre hemos dialogado. El último partido de Liga en Anoeta ya sabía que era el fin de esta etapa, y lo pude vivir como tal", desvela el lateral en su escrito, en el que también asegura que la amistad de sus compañeros es "de lo mejor" que se lleva de San Sebastián, ciudad a la que, según confiesa, volverá a vivir junto a su mujer y su hijo.