Fútbol Americano
Sam Borden | ESPN Digital 6y

EEUU, México y Canadá obtienen la sede del Mundial de 2026

MOSCÚ – Estados Unidos no está participando en el Mundial a iniciarse este jueves. Sin embargo, sí consiguió una victoria histórica en Rusia: El mayor evento deportivo del mundo regresará a suelo estadounidense.

En una votación llena de anticipación, efectuada en la tarde del miércoles, más de 200 federaciones nacionales de fútbol seleccionaron la candidatura norteamericana, liderada por Estados Unidos, como sede del Mundial 2026.

La candidatura, presentada en conjunto por Estados Unidos, México y Canadá, venció a su única retadora, la postulación de Marruecos, por un total de 134-65, en una votación efectuada dentro del Congreso Anual de la FIFA. Una única federación (Cuba) se abstuvo, a la vez que Brasil fue el único país de América que votó a favor de Marruecos.

"Este es un momento increíble y sumamente importante para el fútbol en Norteamérica y más allá", indicó Carlos Cordeiro, presidente de U.S. Soccer.

El Mundial 2026 comprenderá una terna expandida de 48 equipos (la versión que se celebrará este verano se celebrará con 32) y es la primera ocasión en la historia de la FIFA que se le confiere a una candidatura presentada de forma conjunta por tres naciones la responsabilidad de organizar el gran evento del balompié.

Los planes iniciales muestran que 60 de los 80 partidos serán disputados en Estados Unidos (con México y Canadá celebrando 10 encuentros cada uno), incluyendo todos los choques a partir de los cuartos de finales. Se espera que la final sea disputada en el MetLife Stadium, ubicado a las afueras de Nueva York.

El torneo será el primer Mundial organizado en Estados Unidos desde la edición de 1994, y los ejecutivos de la candidatura unida han destacado la importancia de disputar un Mundial en ese país como una forma de apoyar (e impulsar) el constante ascenso de este deporte en Estados Unidos. Ganar esta candidatura fue un proceso de larga data: Estados Unidos (y muchos otros ligados al mundo del balompié) pensaron que el torneo de 2022 se disputaría en Estados Unidos. No obstante, ese país perdió ante la candidatura de Catar en una votación efectuada ocho años, la cual, posteriormente, se demostró haber sido manipulada con sobornos.

Esa votación se produjo bajo el sistema antiguo, en el cual varias docenas de ejecutivos de la FIFA decidían cuáles países serían sedes mundialistas en un proceso en el cual las negociaciones por debajo de la mesa estaban a la orden del día. Luego de una serie de arrestos a personajes de alto nivel en 2015 y con investigaciones (aún en curso) sobre temas de corrupción en el fútbol por parte del Departamento de Justicia de Estados Unidos y otros entes gubernamentales en todo el mundo, se produjeron cambios sustanciales al proceso de votación para elegir las sedes de los Mundiales. Ahora, cada nación miembro de la FIFA efectúa su voto en público.

En reconocimiento a esta nueva realidad, los líderes de la denominada “Candidatura Unida” (Cordeiro, Steve Reed, presidente de la federación canadiense y Decio De María, presidente de la Federación mexicana) pasaron varios meses de gira, cruzando el globo a fin de reunirse con la mayor cantidad de líderes federativos posible.

Cordeiro, quien cuenta con una buena base de relaciones establecidas debido a su participación en varios comités en el pasado, fue la figura principal, llegando a visitar hasta tres países en un mismo día. Partiendo de la base de que Marruecos recibiría los mayores apoyos en el continente africano, la candidatura norteamericana se concentró en el Hemisferio Occidental y luego contactó a federaciones en Asia y Europa para así redoblar esfuerzos.

"Estoy convencido de que fue crítico el poder estar en frente de la gente, hacer encuentros cara a cara", dijo Cordeiro. "Son oficiales federativos electos al igual que nosotros, en consecuencia, podemos conectar con ellos, se trate de países grandes o pequeños".

En sus reuniones con otras Federaciones, la Candidatura Unida debió responder preguntas y aclarar las preocupaciones con respecto a la situación política de Estados Unidos, lo cual se debe, en gran medida, a las políticas impuestas por el Presidente de ese país, Donald Trump, con respecto a los extranjeros. Por eso, los organizadores decidieron concentrarse en sus obvias fortalezas: dinero e infraestructura.

Organizar el Mundial en América del Norte produciría impresionantes ganancias por el orden de los $14 mil millones de dólares, según las previsiones de la candidatura, lo cual podría representar aproximadamente $50 millones adicionales para cada nación miembro. Gran parte de ello se debe, como es obvio, a la economía establecida y estructura corporativa existente en Estados Unidos, la cual ya está lista para manejar todos los aspectos relativos a un evento de la talla del Mundial de Fútbol.

Marruecos siempre fue la menos favorecida para ganar. Sin embargo, sus oportunidades de salir exitosa fueron altamente impactadas por el informe de evaluación de la FIFA, publicado el 1 de junio, el cual terminó inclinando la balanza a favor de la Candidatura Unida.

La candidatura conjunta de Estados Unidos, Canadá y México terminó con 402 puntos de 500 posibles, mientras que Marruecos apenas quedó con 275. Esto se debió, en mayor medida, a las carencias en infraestructura, junto a la admisión por parte de las autoridades marroquíes de requerir cerca de $16 mil millones para efectuar los trabajos necesarios de desarrollo de vías en todo el país.

El mismo informe publicado por la FIFA confirmó que Marruecos no reveló la extensión de sus leyes contra la comunidad LGBTI cuando cada campaña fue sometida a la evaluación de sus políticas de derechos humanos.

La Candidatura Unida no solo giraba en torno al glamour. Si bien la economía estadounidense es la mayor del mundo, de acuerdo a lo expresado por Cordeiro a los presidentes federativos, la nación del Norte sigue siendo pequeña en cuanto a su nexo con el fútbol. Por ejemplo, U.S. Soccer (la federación de ese país) cuenta con un presupuesto de apenas $100 millones, mientras que Inglaterra tiene un presupuesto cinco veces mayor, a pesar de contar con una población que no llega a la quinta parte de la estadounidense.

Con cerca de cuatro millones de jugadores de fútbol registrados en Estados Unidos (de una población total de 330 millones de personas), Cordeiro ve al Mundial 2026 como un potencial faro para el desarrollo y catalizador para una expansión mayor.

"Yo mantengo mi tesis de que somos una nación amplia y poderosa, pero tenemos gente acaudalada y humilde. Nuestra población de bajos recursos no está siendo bien atendida y, en muchas maneras, es en este segmento en el cual nuestro deporte tiene mayor resonancia", indica Cordeiro. "Si podemos atraerla hacia el fútbol, podemos pasar de 4 millones de participantes a 12 millones. Cada niño de 10 años que piense: 'Quiero jugar en ese Mundial dentro de 10 años', pues… ¿por qué no pueden hacerlo?"

Ahora, ese sueño está vivo. Tras un ciclo de eliminatorias en el cual la selección estadounidense sufrió la humillación de quedar fuera del Mundial, los aficionados norteamericanos pueden, por lo menos, decir que tienen una razón fundamental para sentirse orgullosos.

Sunil Gulati, el veterano presidente de U.S. Soccer quien decidió no postularse para otro mandato luego de la eliminación de su selección, fue el alma y corazón de la fallida candidatura de 2010 y puso en movimiento la postulación ahora ganadora. Para él, saber que el Mundial de Fútbol volverá a Estados Unidos es el resultado de un largo proceso.

"El 2 de diciembre de 2010, no podía decidir si quería volver a someterme a esto, o si deberíamos comenzar a trabajar inmediatamente en un nuevo intento", indicó, al recordar la derrota sufrida ante Catar y que posteriormente se demostró fue producto de la corrupción. "Pero estoy feliz de que decidimos seguir adelante. Y este es un día sumamente fantástico para el mundo del fútbol".

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