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Di Stéfano, el argentino que cambió para siempre la historia del Real Madrid

Alfredo Di Stéfano es uno de los grandes futbolistas de la historia. El mejor de su época, sin dudas, a la altura de Pelé, Maradona o Messi. Por eso, resulta fácil afirmar que el Real Madrid que durante años dominó Europa y fue considerado uno de los mejores equipos de todos los tiempos, logró esa supremacía gracias al aporte de la Saeta Rubia.

Su llegada al merengue fue tan decisiva como polémica. El hombre que debutó en River Plate en 1945, y que entre 1949 y 1952 jugó en Millonarios de Colombia, desembarcó en España en 1953. Parecía que su llegada sería en Barcelona, justamente el máximo rival, pero finalmente fue el Real Madrid el que se quedó con el futbolista en un traspaso que al día de hoy todavía se discute.

Lo cierto es que con ese fichaje los Merengues ya habían dado el primer paso para comenzar a escribir la historia de una época dorada. El argentino llegó con 27 años al club madrileño y para la gran mayoría era desconocido: en poco tiempo descubrieron que se trataba de un jugador distinto. Tenía visión de juego, capacidad de mando, liderazgo, pero sobre todas las cosas un talento enorme y un gran poder de gol.

Le gustaba, necesitaba, tener la pelota: los ataques del Real de esa época gloriosa pasaban siempre por sus pies. Era el que armaba el juego y el que luego estaba debajo del arco para marcar el gol. O el que tomaba el balón desde el borde del área y sacaba un remate que se colgaba en un ángulo. También, el que con su visión del campo daba una asistencia perfecta para el tanto de un compañero. Un verdadero DT en la cancha.

Ya venía con estadísticas que metían miedo para los rivales: 55 goles en 75 partidos en River, y 93 en 111 encuentros en Millonarios. El Real lo esperaba ansioso. Y no defraudó: marcó, en 396 presencias, 308 goles.

La Copa de Campeones lo disfrutó en toda su dimensión. Fue la cabeza dentro del campo de juego para que el Real Madrid conquistara cinco títulos de Europa seguidos, una marca que al día de hoy nadie pudo superar.

Es el jugador que más goles marcó en las finales de ese certamen: siete. Al menos un gol en cada definición, frente al Stade de Reims, Fiorentina, Milan, nuevamente Stade de Reims y Eintracht Frankfurt. Ese conjunto de estrellas del Real Madrid, que tenía entre sus figuras al húngaro Ferenc Puskas, otra leyenda del fútbol, no hubiera sido igual sin el aporte del futbolista argentino.

Gracias a la presencia de la Saeta Rubia, el Real pudo también comenzar una nueva era en España, donde el Barcelona dominaba en los últimos tiempos las competencias locales. Con Di Stéfano todo cambió. A partir de su llegada el club merengue sumó ocho Ligas, entre 1954 y 1964. Con 17 títulos logrados en el Real, se convirtió en el máximo ídolo de la institución.

Fue tan grande su aporte que en un momento se dejó de hablar sólo del Real Madrid: se hablaba del Real Madrid de Di Stéfano. Hasta 2009 fue el máximo goleador histórico del club. El Real siempre le rindió homenaje, y lo convirtió en presidente honorario en el año 2000.

No hay dudas: la grandeza del Real Madrid no hubiera sido la misma sin la presencia de Alfredo Di Stéfano.